𝐍𝐎𝐑𝐄𝐍 冬 ¡a sus 19 años, renjun
debería estar apoyando a su banda
favorita yendo a centros comerciales
a mirar la ropa de temporada que ha
llegado o juntando dinero para su
graduación de preparatoria.
pero no, a sus cortos (o largos)
19 in...
renjun revuelve la sopa dentro de la olla para que no se pegara. suelta un suspiro alto, tocando la parte baja de su espalda. apenas tiene cuatro meses de embarazo pero no es eso lo que le lastima la espalda. hoy, después de clases, tuvo que volver a pie de la preparatoria, que está en el centro y él vive en su pequeña casa del norte.
niega con la cabeza, echándole un poquito de agua a la mezcla. recuerda cómo era su vida hace tres semanas, antes de venirse a vivir con un alfa que gracias y sabe su nombre. cuando vivía con sus madres todo era diferente. no eran ricos, vivían bien, pero como era hijo único, todos los regalos iban para él. cuando le dijo a su madre beta que estaba en espera, ella dijo que estaba bien, que él tenía la última decisión, sobre quedarse o irse con el alfa responsable.
en corea era así, como una costumbre.
cuando un alfa dejaba en estado a un omega, debía llevárselo y arreglarse a solas. renjun estaba decidido a quedarse con sus madres y disfrutar de las comodidades que ellas le darían a él y a su bebé. pero no, jeno llegó una noche diciendo que el omega (ni siquiera se acordaba de su nombre) se iría con él, porque el cachorro que llevaba dentro era suyo. las madres de renjun lo vieron confiable y dejaron a su hijo ir con él. el omega nunca se quejó.
ahora deseaba haberse quejado, pero estaba tan aturdido que nada salió de sus labios, solo empacó su ropa en una pequeña maleta y con la misma, bajó.
renjun sabe que jeno se lo trajo a su casa por una razón. y no era por el bebé o porque él sea su omega, no. la simple razón por la que estaba aquí, ahora, era porque si él alfa no lo hubiese hecho, su ego dominante hubiese sido dañado y se hubiera sentido humillado.
vuelve a negar, no pudiendo creer que tan tonto fue. el cortejo de jeno fue el más vergonzoso. un día la puerta de la casa de sus madres fue tocada, renjun la abrió encontrándose con cierto alfa ahí parado, con la cara seria y la mirada sin titubear.
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— ¿puedo ayudarte en algo? — renjun había preguntado con medio cuerpo escondido detrás de la puerta, solo viendo cómo el más alto asentía.
