Capítulo 62: Las listas prohibidas.

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Cuatro años después - Estudio de fotografía de Lauren

Vero, Lucy, Normani y Ally entraban al edificio de trabajo de Lauren. Habían quedado con la ojiverde para almorzar.

― ¡Buenos días, Inés! ―saludaron a la asistente privada de la fotógrafa.

― ¿Dónde está Lauren? ―Entre que tenía apetito y que de por sí ya es impaciente, la latina estaba irritante.

―En su oficina, lleva horas hablando con Camila―señaló el lugar― Yo que ustedes entraría con cuidado―les advirtió.

― ¿Sexo telefónico de nuevo? ―Ally era la que preguntaba.

―Eso no lo sé, aunque es probable―todos sabían que antes de entrar a una habitación con Lauren o Camila había que hacerlo tapándose los cinco sentidos.

― ¡NO SEÑOR! ―Saltó Vero― Ningún sexo telefónico va a demorar mi almuerzo―apuró el paso hasta la puerta de la oficina de la artista―esa ojiverde hueca sexopata me va a tener que escuchar sea como sea―se ve que tenía mucha hambre.

― ¡ESPERAME VERO! ―Lucy no se iba a perder la posibilidad de agarrar a Lauren con las manos en la masa.

Vero no titubeo en abrir la puerta de un golpe― PERO QUE DEMONIOS ―Esto es un Dejavu, la oficina de Lauren estaba absolutamente llena de flores, ramos de rosas rojas en una esquina, ramos de lilas en otras. Calas por un lado, margaritas por otro... Era como vivir dentro de la primavera misma. Pero las flores no estaban solas, había cajas de bombones apiladas, bolsas de Victoria Secret, vestidos de marca, etc.

―Shhhh―Lauren la hizo callar tapando el auricular del teléfono. Cuando vio a sus amigas paradas en la puerta les hizo señas para que pasaran― Camila, cariño tengo que atender algo importante ¿Me llamas enseguida por favor? ― Lauren estaba usando su mejor voz de inocente.

―No me digas que lo volvió a hacer―Le preguntó Vero apenas la ojiverde cortó. Normani contaba los ramos de flores, Ally revisaba las bolsas de Victoria Secret que acompañaban a los ramos y Lucy hacía el baile mariposa festejando la primavera ― ¿Se desató otra vez la ira de la bestia? ―siguió preguntando.

―Sip, no quedó ni una prenda de ropa interior sana―les aseguró― En un momento de la noche, cuando pensé que se había dormido, me levanté para ponerme la parte de abajo y cuando volteé la tenía respirándome en la espalda de nuevo. Agarró mi cajón de ropa interior y lo tiró por la ventana, literalmente―Les aseguró Lauren sentada desde el sillón de su enorme escritorio― Si hubieran visto como me miraba el portero esta mañana―No fue fácil salir con la cabeza en alto del edificio― Gracias a Dios por los lentes negros―dijo.

― ¿Cuántas veces Lo? Dímelo, no tengas piedad―Vero ya no se sorprendía de los registros que marcaba la bestia.

―Perdí la cuenta después de la novena vez que grité su nombre... Es más no creo que haya estado consciente cuando vinieron los otros orgasmos―Lauren pudo ver como coordinadamente sus cuatro amigas giraron los ojos.

Un golpe en la puerta las sacó del asombro― Permiso―Inés entraba con una enorme caja en sus manos, varios hombres la seguían detrás de ella con más ramos y otros paquetes― Póngalos por allá―les señaló un espacio vació.

― ¿Los chocolates también? ―preguntó uno señalando su paquete.

―De esos nos encargamos nosotras―con algo tenía que matar el hambre.

―Creo que esté te lo dejo a ti―Inés dejó su caja arriba del escritorio― ¿Crees que van a seguir llegando muchos de estos? ―le preguntó a su jefa.

Cuando, Donde y Como el Amor Quiera (Adaptación Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora