Capítulo 5

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Capítulos unidos 10, 11 y 12

Notas de la Autora Capítulo 11: Otros dos capítulos más, en parte porque son cortos y porque este termina en cliffanger. —Risas.

*Si has leído hasta aquí, es probable que sepas lo que sigue, un pequeño recordatorio: revisa las etiquetas, Stiles hará todo lo que está en sus manos para rescatar a Derek y, como autora, se lo permito. ¡Disfruta de Stiles badass motherfucker!

Nota de la Traductora: Advertencia, violencia gráfica, tortura, angustia y muerte de personajes secundarios.

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Stiles no usa el GPS, la CIA probablemente tiene un rastreador en el auto y otras agencias podrían solicitar los datos del navegador, aunque es poco probable que La Agencia los comparta, si las cosas se van a la mierda, haber memorizado la ruta a la prisión le da cierta protección, porque está a punto de cometer asesinato, no en defensa propia ni aprobado por el gobierno (aunque podría argumentar defensa de otra persona), sin embargo, es asesinato y en masa. Debería estar preocupado, pero no le importa, tampoco su falta de moral, pensará en ello más tarde.

Maneja por debajo del límite de velocidad, no es que haya visto alguna patrulla, pero no es parte del plan B perder tiempo valioso por una multa. El plan B en realidad siempre ha sido el plan A, le siguió la corriente a los demás para tener acceso a toda la información, su plan no era malo, pero este es mejor, Derek odiaría si alguien más estuviera involucrado.

No está seguro de quién se va a cabrear más, si Derek, su padre o Scott, probablemente los tres, está bien, ya los ha decepcionado antes, una más a la lista de "Cagadas de Stiles" no es nada, además no es lo peor que ha hecho, si tiene éxito (y lo tendrá, fallar no es una opción), compensará el resto, tal vez, es una lista muy larga.

A las 4:14 a.m. gira en un camino rural, se estaciona entre dos árboles, donde el auto no puede verse desde la autopista, caminará la última media milla, así podrá explorar y acercarse sin llamar la atención. Saca las armas de la cajuela y se alista: un cuchillo en cada tobillo, dos más en la cadera, pone el silenciador en la Glock y la acomoda en su funda, se coloca el chaleco táctico de asalto donde guarda los cargadores y las granadas aturdidoras, agarra la H&K con el seguro puesto. Revisa por última vez y echa a correr en un trote constante. Por mucho que quiera aumentar la velocidad y gritar el nombre de Derek para hacerle saber que va por él, tiene que ser prudente, con el tipo de seguridad que tienen es probable que ya sepan que está ahí.

Seis minutos después, está agazapado en una zanja al otro lado de una carretera, observa a los guardias a través del visor de la Heckler. Como bien supuso, las 4:30 a.m. es un buen momento para atacar, el ritmo circadiano hace que los guardias estén distraídos, sean lentos y cometan errores, su corazón late a mil por hora, está aquí y está listo, así que se lanza:

Los dos primeros guardias están en la caseta de entrada, con la mirada en una pequeña pantalla, Stiles se acerca sigilosamente, sin darles tiempo de reaccionar, abre la puerta y pone un disparo en la frente de cada uno, dos guardias menos, faltan catorce.

Atraviesa el estacionamiento, se agacha a un costado de la entrada principal, no hay señales de movimiento, desbloquea la pesada puerta, usándola como escudo, se asoma por un pequeño espacio, no hay señales de guardias en el pasillo. Se desliza por el corredor, la armería está a la izquierda, intenta abrirla y está con llave, no hay forma de comprobarlo, pero es probable que esté ocupada, sigue adelante. La oficina es la siguiente, vacía.

«¡Demonios!», esperaba matar al líder antes de que supieran que estaba ahí, no importa, sigue con el plan, el vestidor también está vacío. Se resguarda en una esquina de la puerta que da al área común, pone la Heckler en automático, tiene que ser rápido, listo para enfrentar a cuatro guardias que podrían ser seis, hasta el momento solo ha gastado dos balas, perfecto. Saca una granada aturdidora, abre la puerta y la lanza, espera un latido, entra, los guardias están aturdidos, dos están en el centro de la habitación, los otros dos más al extremo, apunta y dispara en pequeños intervalos, cuatro guardias menos, faltan diez.

Soy la sombra de mis erroresWhere stories live. Discover now