𝑬𝒏 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂 (𝑫𝒂𝒎𝒊𝒂́𝒏 𝑾𝒂𝒚𝒏𝒆 𝒀 𝑻𝒖)

Capítulo 01

Una pesada brisa rasgaba su piel, llevándola hacia su garganta seca que intentaba obtener alguna intrusión que contuviera aire. Al abrir los ojos pudo observar unos preciosos ojos cafés que se reflejaban con la luna y el ardiente calor que se manifestaba en forma de fuego a su alrededor, pudo observar el pequeño torrente que caía por su frente, sin embargo había una mano que evitaba que sus ojos se desviaran de sus ojos, extrayendo un sentimiento de desesperación y temor, que no le pertenecía.

"¡Ah!" inconscientemente ese ruido salió de su labios al sentir como se tambaleaba y a su lado el suelo comenzaba a fisurarse. En su cintura habían unos brazos protectores que pronto la alejaron de ese lugar.

"Papá te ama, ¿está bien...? Siempre lo haré" su voz se quebró en ese instante, sin comprender lo que sucedía en ese instante mantuvo su rostro firme ante el beso sobre su frente. Trato de girar su rostro con curiosidad hacia la oscuridad, aunque no fue posible "Quiero que recuerdes esto, mamá y papá te quieren, siempre lo harán" Sin comprender la situación trato de hablar, pero- sus ojos... fue lo último que observo antes de sentir que se derrumbaba.

La caída era ardiente, casi como si su piel fuera a quemarse en algún instante, y esperaba que eso realmente sucediera. Alzo la mirada encontrándolo, los ojos cafés, en conjunto de uno rojos que la observaban caer antes de que los ojos cafés se apagaran por completo y desaparecieran de su vista.

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Tosió ferozmente, dejando que la bilis resbalara de su garganta hasta el suelo aún lado de su cama. Era una sensación agria y ardiente que quemaba su garganta, obstruyendo la posibilidad de calmar su respiración. Tosió innumerables veces más, dando bocanadas de aire mientras la bilis dejaba de salir de sus labios.

Rápidamente las lágrimas no tardaron en llegar, cayendo en una sensación de desesperación mientras intentaba levantarse de la cama. Su pecho subía y bajaba de una forma atroz, al igual que el poco aire que entraba a sus pulmones se escapaba en un segundo.

"Maldición..."

Asomó su cabeza hacia el marco de la puerta, encontrando un corredor en la oscuridad y silencio. Suspiró con alivio. Caminó hacia el baño exterior, tomando toallas de papel, innumerables cantidades, llevándolo hacia su habitación para limpiar la bilis que se encontraba en el suelo. Lentamente, en cuestión de minutos el suelo se encontraba intacto, aunque él hedor aún permanecía ahí. Gruño antes de comenzar a tallar con una esponja la superficie rugosa, olisqueando de vez en cuando hasta que el objetivo fue totalmente concreto. Las gotas de sudor cayeron por sus mejillas, mientras que una migraña feroz aparecía en su frente en conjunto al ardor de su garganta.

Arrojó hacia un extremo la esponja, decidida a que su cuerpo no la dejaría descansar más de lo debido. Tomó un libro aleatorio, acercándose hacia la ventana donde se acomodó lentamente, recargando su cabeza sobre el cristal que alumbraba la oscura ciudad de Starling City.

Lentamente las horas transcurrieron, convirtiendo la silenciosa y oscura cuidad, en un ruidoso y estruendoso lugar. Prosiguió enfocada en el libro sobre sus manos, restando importancia a las horas que habían transcurrido. Recordaba vagamente el reloj.

1:30

Giró su mirada hacia el reloj, riendo con frustración ante la hora mostrada. 9:45. Ocho horas con quince minutos. Nuevo récord. Como si de un reloj se tratara la puerta se abrió, dejando ver a Wallance West, Alias Wally, de brazos cruzados y una expresión sin sorpresa.