𝑬𝒏 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂 (𝑫𝒂𝒎𝒊𝒂́𝒏 𝑾𝒂𝒚𝒏𝒆 𝒀 𝑻𝒖)

Capítulo 04

La mañana había sido abrumadora, llena de ruidoso bullicio que podría escuchar desde el otro lado de la mansión. Omitió los abrumadores alardidos que eran tanto de Damián, como dé Jason, discutiendo como una rutina matutina habitual.

"Luces terrible" menciono Masón en el instante que se acomodó a su lado, tallándose los ojos junto a un bostezo de cansancio.

"¿Gracias?"

"Luces como si necesitaras una siesta de un par de horas o un par de días" Ante el abrumador estruendo que resonó repentinamente sus ojos se abrieron sin alguna señal de somnolencia.

"Las cosas han permanecido realmente horripilantes en la mansión, después del suceso entre ambos ni siquiera hemos vuelto a cruzar alguna palabra" suspiró por lo bajo mientras escuchaba como su cuerpo crujía mientras se meneaba de lado a lado "Además, Bruce ha estado enfadado con ambos. Realmente no sé qué podría ser peor" Masón tosió por lo bajo, ganando un gruñido ante la mala señal "No te atrevas a decir más" agitó un dedo alrededor del rostro de Masón.

"...Nuestra primera asignatura es Historia del arte..." negó con su rostro al observar cómo golpeaba su frente contra las casilleros, sollozando por lo bajo con negación "Creo que es mejor evitar esa asignatura por el momento" colocando la palma entre el casillero y su frente, espero pacientemente a que la frustración desapareciera, siendo remplazada por múltiples bufidos.

Lentamente la joven se dejó caer sobre los casilleros, llegando hasta la fría superficie debajo de ellos "Detesto esa asignatura" balbuceó entre sus labios mientras dejaba caer su cabeza contra los casilleros. Masón solamente susurro un asentimiento de concuerdo "¿Estas seguro...?" Masón había estado evitando cualquier aspecto que pudiera afectar a una gran conmoción como las anteriores.

"Lo estoy completamente. Una clase más o una menos no va afectar mi desempeño académico" sonrió a la par que Masón acomodaba su corbata con una sofisticada sonrisa en el rostro "¿Vienés conmigo?" Podría jurar en ese instante que observo un resplandor en sus ojos, dejando la escena mientras Masón tendía su mano hacia ella.

"Siempre" chilló en el instante que tomó su mano y fue arrojada hacia arriba en un arrebato inesperado.

"Vamos, debemos tomar tiempo antes de que algún rector decida aparecer delante nuestro" rápidamente asintió. Había admirado desde tiempo atrás a Masón, como había sido creado con los mídales adecuados. Mientras ella corría delante de él, él caminaba apresurado, pero con firmeza, manteniendo su cabeza en alto con una sonrisa en el rostro cada que decidía dar la vuelta para observar a donde él.

A lo lejano, en un aula desolada por alumnos que a penas comenzaba a ser habitada por ellos se encontraba un individuo, observando desde su asiento como un par de adolescentes caminaba en la dirección opuesta a las aulas. Frunció el ceño al encontrar una vívida sonrisa en el rostro de la joven, sintiendo un desolado sentimiento mientras sus puños ardían en un cierre voraz.

Un suspiró cansado salió de sus labios, resignado mientras continuaba observando desde la lejanía. Una mano se colocó en su labio, encontrando una pequeña bendita que había estado colocada por un largo tiempo, adornando su rostro. Chasqueó la lengua con resignación "Par de idiotas..." murmuro en conjunto chasqueaba la lengua, dejando que un extraño sentimiento invadiese sus entrañas.

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Lentamente el timbre resonó por él aula, siendo envuelto en un instante por múltiples adolescentes que comenzaban a charlar entre ellos. Camino alrededor de los pasillos, encontrando rápidamente la cafetería que se encontraba deshabitada, siendo por la excepción de dos adolescentes que sonreían en un rincón de ella.

Frunció los labios en conjunto del ceño, dirigiéndose atentamente hacia la desolada mesa del rincón, restando importancia a llamados desesperados que eran acatados por Dionne Evert