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“Zendaya, Tom, & Jon Watts”
¡Alto!, ¡Alto!, Señor Holland deme un momento.
Se pauso el ensayo una vez más, todos estaban bastante cansados llevaban más de nueve horas metidos en ese lugar ya no querían nada más que descansar, sin embargo algo estaba pasando con el protagonista el productor lo estaba notando más distraído de lo normal y es que el chico de por sí padecía de déficit de atención, normalmente no se consentraba con facilidad sin embargo está vez sus equivocaciones eran más notorias de lo normal.
Perdón, me volví a equivocar lo siento, fue mi error.
Dijo este aceptando la culpa, pero era algo que estaba pasando demasiado seguido y ya no podían seguir soportando, porque estaba claro que cada uno fuera del set tenía una vida y querían salir a vivirla también, pero los errores de Holland no se los permitían.
Señor Holland dígame algo, ¿Que provoca esas distracciones tan seguidas en sus líneas?.
La voz del director parecía tranquila, sin embargo estaba muy enojado y apesar de estar acostumbrado a esto ya se le estaba acabando la paciencia.
Perdón señor no era mi intención, solo que he tenido mis exámenes y...
Mira hijo se que estás por terminar la Universidad y que bueno, sin embargo tu trabajo aquí es prioridad no puedes estar haciendo las dos cosas porque o le das más a uno, o más al otro, y aquí yo te quiero al 200% no quiero menos, ¿Ok?.
Holland asintió y después volvieron a los ensayos.
Tú puedes arácnido.
El pequeño apoyo de parte de Zendaya era muy importante para él, sin embargo que Olivia no estuviera en sus momentos más difíciles en verdad le partía completo el corazón. A la mañana siguiente se encontraba en su sofá con el guión en las manos la cabeza agachada y completamente dormido, el ruido de unas llaves lo despertó de golpe y miró a Olivia entrando con una caja de donas en las manos.
Hola, hola hermosito.
Le dijo la rubia intentando sobornarlo con una caja de donas glaciadas.
...se que no he estado últimamente, y creeme que no me siento muy orgullosa de eso pero eres mi mejor amigo y te amo más que a nadie.
Las palabras de la chica hicieron nacer en el una sonrisa cálida.
¿Te gustaría que saliéramos a cenar algo cuando vuelva? Es que en verdad necesito estar con alguien que me escuché.
Le pidió y Británico y esta asintió.
Sabes que siempre puedes contar conmigo, te amo chaparrito.
Lo abrazo con fuerza y ahí se encontraban dos corazones que latian el uno por el otro sin siquiera decírselo, ambos callando un amor que con el paso del tiempo se debilitaba más. Ya que los amores imposibles eran las cosas más complicadas. El chico se marchó con la esperanza de verla más tarde y por fin poder platicarle sobre los ensayos y demás.
