UN AMOR MÁGICO EN NAVIDAD

307 13 2
                                    

-¿Ya avisaste a los Sheldon? -preguntó mi madre, mientras revisaba la lista.

-Sip. La señora Susana dijo que llevaría su famoso pavo, relleno de queso y carnes, más aparte su buena salsa agridulce. ¡Ah! Y además algunos refrescos -asintió e hizo unos apuntes. Se acercaban las fechas navideñas, y como cada año, desde que yo tengo memoria, cada familia de la cuadra, se reunía y colaborábamos con alimentos, bebidas y demás, para pasar todo el día veinticuatro, celebrando hasta altas horas de la madrugada, debajo de grandes pancartas, en la calle previamente cerrada, para luego el veinticinco pasarlo cada uno en sus casas, recibiendo los regalos de navidad.

-Muy bien. ¿No faltó nadie en la lista entonces?

-Nop. Nadie. Ya están todos apuntados, y ya está escrito lo que va a llevar cada quien -asintió.

-Bien -comencé a sacar las luces del árbol, para revisar si aún funcionaban. Papá me ayudaba también, cuando mamá murmuró: -No están todos -advirtió, y mirándola, yo fruncí el ceño.

-¿De qué hablas? ¡Claro que lo están! -murmuré segura y ella negó.

-Eso no es cierto. Falta el nuevo vecino. Ese chico que vive en frente. El de tu universidad -resoplé.

-¿De verdad mamá? Sabes que ese chico es un amargado. No celebra estas fechas. Nos lo dijo el año pasado, ¿No lo recuerdas?

-Si lo recuerdo. Pero Serena, no hay que ser groseros. Aun así, debemos ser cordiales e invitarlo.

-¡Safus! Yo no lo haré -papá rio al escucharme.

-¡Serena! Ahora para que se te quite, irás.

-¡Ay no, mamá! Hago lo que tú quieras menos eso. No quiero decirle al Grin... -me interrumpió.

-¡Serena Elizabeth, ya te he dicho que no seas grosera! Y te advierto que quieras o no, le vas a ir a decir -refunfuñé.

-¡Papá, defiéndeme! Dile algo -papá se encogió de hombros.

-Sabes que yo no me meto en las decisiones o cosas que hace tu madre-resoplé.

-¡Cobarde! -murmuré bajo y él siguió riéndose.

-Mañana que vayas a la universidad, lo invitarás. ¿Entendiste Elizabeth?

-¿Qué pasa si me vuelve a hacer el desplante?

-Pues nada. Sería una pena. Pero al menos de nuevo fuimos amables.

-¡Mamaaaá!! Es que... ¡Es que no quiero! -lloriqueé como niñita consentida.

-¿Quién manda Elizabeth? -resoplé de nuevo.

-Tú -murmuré gruñendo, sabiendo que ya no tenía escapatoria.

-Eso pensé.

.

.

.

-¿Entonces lo harás? -murmuró Mina, una de mis mejores amigas, mientras caminábamos hacia el salón.

-Tengo que. Ya saben cómo se pone mamá de energúmena si la desobedezco -rieron y Lita de pronto, codeó mi costado.

-Y hablando del rey de Roma... -miré y ahí estaba él. Gruñí bajo.

-Para mí mala suerte, hoy si vino -Rei rodó los ojos.

-Nunca falta, lo sabes -asentí. Si, para mí desgracia así era. -¿Vas a ir a decirle de una vez?

-No. Más al rato -rio y Mina habló.

-¿Qué esperas? ¿O es que acaso le tienes miedo? -rodé los ojos.

-¡Obvio no! Simplemente no quiero amargarme el día tan temprano con sus desplantes -volvieron a reír. Y es que era verdad, no quería amargarme, al menos no ahora, pero sabía que tarde o temprano tenía que hacerlo. Hice una mueca. No, no era una cobarde, eso estaba claro. Pero, ¿Y si me decía que no? ¿De nuevo tendría que pasar vergüenzas al ser prácticamente rechazada? Resoplé ¡Daba igual! De todas maneras, debía hacerlo. No tenía opción.

ONE SHOTS NAVIDEÑOS (2020-//-2021)Onde histórias criam vida. Descubra agora