NAVIDAD

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--Claro que puedes... Navidad es el día más indicado.-- Recordaba vividamente las palabras de Odasaku aquella vez unos meses antes de Diciembre.

Comento al aire que había alguien que le "llamaba la atención" y sus amigos de inmediato se vieron entre si y al mismo tiempo comentaron seguros "Nakahara" y su plan de mantenerlo en secreto se fue al caño. Pero a partir de aquello ambos le dieron consejos para acercarse al chico.

Odasaku le dijo que fuera amable y le diera regalos, que se interesará por sus pasatiempos y que dejara de recalcarle sus defectos y lo alagara más. Pero claro, todo aquello era tremendamente difícil para el castaño, ser amable, interesarse por sus malos gustos y no molestarlo con su altura era casi un pecado en la mente de Dazai.

Los consejos de Ango no fueron muy diferentes a los de Oda. El dijo que fuera caballeroso y romántico cuando se encontrarán, que lo invitará a salir y que ir al cine siempre funcionaba... Pero de nuevo, aquello era lo más parecido a un pecado en la mente de Dazai. El insistía que tratar a Chuya tan suave no iba ni con el, ni con el pelirrojo en cuestión.

Luego de unas semanas, se le ocurrió que la Navidad sería un día perfecto para decirle a Chuya lo cuanto había intentado y no lograba dejar de pensar en otra cosa que no fuera el.

El día llegó al fin... Y tremendo fiasco que estaba logrando.

--¿Y ahora que te pasa? Hace un rato no estabas con esa cara de muerto fresco.-- Pregunto un pelirrojo en tono curioso, a lo que Dazai solo nego con la cabeza.

Había logrado llevar a Chuya hasta el centro comercial, el planeaba llevarlo a un restaurante donde le dieran su tan anhelado Petrus, llevarlo a comprar alguna otra cosa que le gustará y confesar su atracción en el brillo de la luna, claro que después de semejante plan el enano le aceptaría rotundamente pero... Su error fue decirle "Iremos a dónde tú quieras" a segundos de decir aquello se dió cuenta de su tremendo error y a consecuencia estuvo recorriendo el centro comercial de arriba a abajo una y otra vez, gastando el mísero salario que Mori le daba al mes (alegando que era aún un mocoso que no pagaba impuestos) en cosas de las que no entendía su uso.

En estos momentos estaban tomando un batido sentados en una banca cerca de la zona de comida, en silencio y con la mirada en el frente.

--Y... ¿Qué tal?¿Ya puedes decir que no tienes una vida deprimente?-- Su plan se había ido al demonio, ahora solo le quedaba esperar que quedarse sin comer todo el resto del mes halla valido la pena.

--Maldito Dazai...-- Chuya mordió el popote de su envase con molestia y le dirijo una mirada de reojo al castaño, al verlo suspiro y alejo su bebida de su boca con cuidado.

Chuya se puso a reflexionar un poco lo que acababa de pasar. Dazai le invito a salir para pasar la navidad. Dazai no había dejado que el pagará nada de lo que llevaban por más costoso que fuera. Dazai se esforzó por qué el tuviera un recuerdo memorable de estas fechas... El corazón de Chuya comenzó a latir más y más rápido, ya podía asegurar que no lo olvidaría fácilmente. Si lo que estaba haciendo como una de sus bromas estúpidas o como chantaje para luego usar todo el dinero que gasto como soborno, tal vez no se molestaría tanto.

Así que se levantó de la banca y tomo un par de bolsas que cargaban desde hace un rato. Si iba a agradecerle, el también se aseguraría de que fuera un agradecimiento que el idiota de su compañero no olvidará a la semana siguiente.

--Vamos, aún no he visto el jardín interior.-- Dijo el pelirrojo y comenzó a caminar con tranquilidad. Mientras que el castaño le seguía por detrás caminando con las ganas de levantarse que se tiene un fin de semana por la mañana.

Esa simple orden de su Chibi ya le había dejado en claro su fiasco. No había logrado nada.

En aquel patio interior en el centro comercial los adornos navideños lucian tan coloridos que no hacían falta las series de foquitos parpadeantes. Desde las bancas hasta las macetas estaban cubiertas con decoraciones mientras que un gran árbol de navidad se levantaba con brillantes decoraciones blancas y una gran estrella en su punta, rodeado por bancas de madera con pulcra y brillante pintura blanca.

A esas horas, eran pocas las personas que aún merodeaban por el lugar así que se podía decir que estaban prácticamente a solas.

Se sentaron en una banca mientras veían como una pareja traía de la mano a un niño y corría por ahí. Su silencio era opacado por las risas de la familia a la distancia.

--¿Sabes que? Yo...-- Aunque Chuya estuviera decidido a agradecer todo su esfuerzo decirle algo asi a Dazai era simplemente imposible o por lo menos muy complicado. A la mierda. Pensó Chuya tomando el valor para decir algo. --Te... ¡Te agradezco por lo de hoy!¡Ya tengo un recuerdo de navidad así que...!

Las palabras no llegaron a ser dichas en su totalidad pues al voltear a ver a Dazai, sus labios fueron callados por los de su acompañante. Un beso sin nada de movimiento, era solo el contacto entre ambos, pero para ambos fue como si los fuegos artificiales que habían presenciado hace apenas una hora estallaran en su interior, sus corazones latían a un ritmo desenfrenado y los ojos de Dazai estaban cerrados con fuerza mientras que los de Chuya seguían abiertos de par en par.

De pronto el ambiente que percibían se volvio menos gélido y mucho más suave que en la realidad normal. Chuya cerró por fin los ojos y descubrió porque Dazai se había esforzado tanto... Una cálida sensación se instalo en su pecho y se expandió por todo su cuerpo. Decidido, movió sus labios suavemente... Y Dazai estaba más que contento con esa manera que tuvo su Chibi de corresponder sus intenciones.

Segundos después se separaban para abrir lentamente los ojos y encontrarse frente a frente con un sonrojo espolvoreado por todo sus rostros. Ni bien se miraron desviaron la cara a direcciones distintas.

--¿De... De verdad yo... Te...?-- Chuya fue el primero en hablar aunque estuviera tan avergonzado como para hablar.

--Si... Chuya me beso...-- Dazai no cabía de la felicidad aunque no lo pareciera, por dentro estaba saltando y chocando los cinco con el mismo. De todo aquel fiasco, (según el) salió algo bueno...

--¡¿Qué?!¡No, animal!¡Tu fuiste el que me sorprendiste!-- Chuya se levantó de la banca eufórico y lo señalaba con el dedo acusatoriamente. Tan ruborizado que no se dudaba que aquel color rojo tan lindo a vista de Dazai se le extendiera hasta el cuello.

--¡Pero tu te moviste!¡Eso sí es un beso!-- Contraatacó el castaño también levantándose algo exaltado. Pero no tan ruborizado como Chuya.

--¡No!¡Es que yo...!¡Yo...!-- Chuya ya no sabía que decir, como siempre aquel maldito tenía razón.

Desvió la mirada al suelo y sintió como era tomado por los brazos, en un toque suave, tan suave como para ser Dazai quien lo estuviera sosteniendo, se atrevía a decir que más gentil que los ocasionales abrazos de Kouyou. Cuando se atrevió a encararlo se encontró con la primera sonrisa real que pudo ver en Dazai desde que lo conoció, ojos brillantes, conservando aún aquel rubor mínimo en sus mejillas.

--Pense que lo notarias antes pero... Creo que sigues siendo lento.-- Todo el encanto que tuvo su imagen se vino abajo con aquellas palabras, pero nuevas, hicieron a Chuya reconsiderar el fracaso de su compañero. --Yo... Realmente me gustas Chuya, nunca conocí a nadie que estuviera fuera de mis predicciones y quiero que seamos algo mucho más que el soukoku... Yo quiero que, seamos una verdadera pareja... ¿Te gustaría...?

Si, definitivamente el castaño se había esforzado...

Con los colores subiendo a su rostro nuevamente, Chuya asintió...

Dazai, está vez si que demostró lo feliz que estaba y levantó al pelirrojo por el aire abrazándolo y dando una pequeña vuelta que avergonzó más a Chuya al notar como la familia de antes presenciaba aquella confesión algo desastrosa.

--¡Bájame, bastardo!¡Nos están viendo!

--¡¿Y qué?! Soy feliz porque Chibi me ama

--¡¿Quien te dijo que te amo?!

Así fue... El primer recuerdo valioso que tuvo Chuya de la navidad...

UNA NOCHEBUENA [Three-shot SOUKOKU]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن