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No me coloqué los audífonos, ya que no estaba sola

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No me coloqué los audífonos, ya que no estaba sola.

Esta vez no vine sola aquí, papá.

De repente unas gotas comenzaron a caer en mi rostro, las limpie creyendo que tal vez fue la brisa del mar, pero al parecer estaba comenzando a llover.

—Está lloviendo—. Alcé mi cabeza hacia atrás y sonreí.

—Vamos, te dará un resfriado si nos quedamos aqui—. Dijo Choso levantándose de la banca.

—Espera—. Cerré mis ojos y las gotas comenzaron a hacerse más pesadas. —Mala idea, mejor si, vámonos jaja—.

Tomé las galletas y las metí en mi bolso, a medida que pasaban las nubes, la lluvia se fue haciendo más intensa.

—Espera, _____________, tu café—. Tomó el vaso y entonces lo tomé de la mano y corrimos hacia el local. Entre risas, miradas y pisadas, corrimos.

¿Hace cuánto tiempo no sentía esto?.

Choso tropezó pero no se cayó, lo que me hizo reír y soltar unas carcajadas mientras llegábamos al local todos empapados.

Se asomó por la ventana y al parecer la lluvia no iba a tener fin por un largo rato.

—Le marcaré a mi hermano para saber si llego a casa de su amigo—. Se acercó al mostrador y se inclinó para tomar su teléfono.

—¿No está aquí?—. Pregunte confundida, ya que al salir me quede con la idea de que se había quedado en el local.

—No, dijo que saldría. Ah, Yuji, hola hermanito—. Se dirigió hacia atrás y yo me quedé sentada en una de las sillas que estaban ahí, esperando a que regresara.

Oh, es verdad. Esta el letrero ahí afuera "Cerrado".

Mientras el seguía al teléfono con Yuji, yo comencé a quitarme el suéter delgado que tenía puesto ya que estaba todo empapado.

Choso salió de aquella puerta que estaba al final del local y me sonrió, pero a medida que se iba acercando su rostro comenzó a ponerse rojo.

Se cubrió los ojos con la palma de su mano y me acercó la toalla que llevaba en su hombro.

—¿Que pasa?—. Pregunté confundida.

—T-tu blusa, esta mojada y—.

—¿Mi blusa?—. Mire hacia abajo y noté que mi blusa transparentaba todo mi pecho dejando ver fácilmente que no llevaba sosten.

Me puse roja de la cara y solo tomé rápido la toalla.

—Gr-gracias, iré al baño—. Me bajé corriendo de la silla y fui corriendo al baño.

—Esta bien—. Dijo apenado.

Después de terminar de intentar cecarme el cuello, el rostro y el cabello, fui con Choso. Tomé prestada una de las prendas que tenían ahí, me tomé el atrevimiento de ponérmela ya que no llevaba otra blusa de repuesto y realmente, ¿quién lleva una blusa extra en su bolsa?.

Coffee | ChosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora