Bruja ingrata

44 7 1
                                    

Narra: Daniela.

¿Nunca le a pasado que solo desean cerrar sus ojos y poder regresar ah el pasado?.

Ah ese momento que nunca creíste que extrañaría. Que no te de tuviste a disfrutarlo por que asumiste que siempre lo tendrías en tu vida, cuando creías que nada malo sucedería y que todo estaría bien por el resto de tu vida.

Que el matrimonio de tus padres jamás se acabaría, que su relación resistiría cualquier batalla. Que no existiría una ruptura y esos tiempos en familia, serían eternos.

Habeses descuidamos los bellos momento. Pero no parar y decir, no. No sucederá mañana, si no que ahora. En este momento.

Creo que considerar algo un hecho. Es un grave error, ya que si no sabemos lo que sucederara el día siguiente.

¿Como sabremos lo que sucederá en toda una vida?.

–¿Te quedarás?.

–No. Solo viene a traerte esto–le anuncio.

El solo asiente y se queda en silencio, ya habían pasado diez años de la separación de mis padres.

Pero aún no podía asimilar que ellos ya no estuvieran juntos. Que ya no fuéramos una familia unida, esas que se sientan los domingos en la sala de cine que hay en casa y ven películas unidos. Extraño tanto esos pequeños momentos, las fiestas.

Las risas. Las ocurrencias de Marco al contarnos sobre sus conquistas, cada segundo. Cada minuto que pasa, extraño lo que era nuestra vida.

Nuestra familia. Nuestros momento juntos, las vacaciones. Todo el camino escuchando la sabiduría, y a la misma vez. La estupidez de Franco.

Escuchar la risa de mi madre al estar junto a mis padres. Siempre fueron un ejemplo para mi, sus amor sin barreras ni fronteras. Tuvieron mucho que ver en las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

–Vamos princesa. Te veo muy poco y realmente me gustaría pasar más tiempo con ustedes.

–No comprendo por que te quejas. Al final, tú fuiste el que hizo todo esto–yo solo me pongo mis lentes de sol y salgo de su casa.

Demostrarme fuerte delante de todos, era muy fuerte en algunos momentos. Y más, cuando lo único que deseo es un fuerte abrazo y que alguien me diga que no estoy sola.

No se qué hubiese hecho sin German. Ha sido ese hombre maravilloso el que se a quedado hay para mi, sin importar que. Se que habeses puede aparentar una bruja sin sentimientos.

Pero la realidad es un diferente en verdad. Camino asia mi coche y un balón de baloncesto aparece de la nada.

Yo me agachó y lo tomo en mis manos, rápidamente. Un pequeño rubiecito se hace presente. Con una gran sonrisa me acerco a el.

–Creo que esto es tuyo–le digo sonriente.

–Si. Muchas gracias–muy alegre toma el balón de baloncesto en sus manos.

–Saúl. Nuestra madre nos llama–una rubiecita llega como si nada.

Esta niña no era igual al niño. Si bien, su parecido era indudable. En los ojos de la pequeña podías encontrar tanta arrogacia y superioridad, en cambio. El niño era más sincero, más tierno y alegre.

–Dile que ya voy Dayana. Solo quería darle las gracias a la señorita–y sin nisiquiera imaginarlo.

Una imponente Melisa se hace presente.

–Mi amor. Ya es ahora de irnos–pronuncia ella con ese tono tan cansón que me da dolor de cabeza.

–Ya se lo dije madre. Pero no ha querido escucharme.

–Daniela. Pero que coincidencia. ¿Que es lo que haces por aquí?–no creí en ninguna de sus palabras.

–¿Tu la conoces madre?–pregunta la niña curiosa.

¿Acaso escuché mal?.

–¿Madre?. ¿Son tus hijos?.

–Asi es.

–Haber si entendí bien. ¿Saúl?. ¿Y Dayana?–no pude evitar soltar una gran carcajada.

–Esta más loca de lo que pensábamos.

Pero pobre bruja ingrata.

–¿Que es lo que le causa tanta risa?–era una metiche como su madre.

–Valla. Ahora sí creo que sea tu hija, pero que pena. Realmente ruego por que no sea una bruja ingrata como tú–le digo sonriente.

–Tu no eres nadie para decirle bruja ingrata a mi madre–me reclama la chiquita con enojo.

–Vamos cariño. ¿Acaso sabes el significado de bruja ingrata?–la niña lucía confundida, mientras que el niño se encontraba serio pero se conservaba en silencio.

–Emm.... Nop, pero mi madre no es una bruja–le dice furiosa.

–Valla. Creo que sacó la misma cantidad de tus neuronas, que lástima que tus neuronas sean escasas.

–Dayana. Ya no hables más con esta señorita, ya me queda claro que cuando se nace ignorante. Se es ignorante toda la vida–la rubia solo tomo a sus hijos y sin más se los llevas.

Yo me adentro a mi auto y empiezo a manejar de regreso a casa.

El fin de la historia y un último secreto {Terminada}Where stories live. Discover now