Mikey quiere a Takemitchy! - Takemikey!

¡Takemichi sufre de acoso! pt.3

"No quiero sentirme valiente cuando salga a la calle, ¡quiero sentirme libre!"

"La cantidad de ropa que uso no determina la cantidad de respeto que merezco."

"Mi cuerpo no quiere tu opinión."

"¡Ni una menos!"

—Mujeres fuertes, mujeres valientes, mujeres decididas.

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Takemichi y Chifuyu, 14 años.

Luego de haber vivido el terrible suceso cuando tenía apenas trece, su ansiedad crecía ligeramente cuando le tocaba salir sola de su casa a hacer las compras de la comida. Ya había pasado un año del hecho y ahora que tenía catorce era en excesiva precavida, pero solo formaba parte de la seguridad diaria que ella misma se daba. 

Ahora que era denominada una "señorita" dio unos de los pasos más grandes y quizás uno de los más difíciles. Se atrevió a contar cada acoso que sufrió a lo largo de su vida, a su mejor amiga de la infancia. Matsuno Chifuyu y ella siempre fueron excelentes amigas. Se conocieron en el colegio y pasaban cada tarde juntas en el receso de su escuela, además de vivir relativamente cerca.

Takemichi podía pasearse con tranquilidad en la casa de su amiga cuando la visitaba, Chifuyu únicamente vivía con su madre al igual que ella; debido a todo el abuso que sufrió alguna vez el temor a los hombres adultos no disminuía, solo aprendió a ser precavida y a disimular un poco mejor. Por supuesto la tierna chica de ojos celestes claros notó lo tensa que se ponía Hanagaki al conocer a una persona nueva, siempre lucía a la defensiva. Temiendo lo peor.

Aunque no lograba comprenderla del todo, solo le daba ánimos y consuelo cada que lo necesitase, pues su madre siempre le advertía de los peligros a sus alrededores, sobre todo el no ser "demasiado confiada" con sus familiares cercanos. Chifuyu nunca había vivido una situación parecida pues su madre escasamente le daba permiso de salir sola o de ir a dormir en otra casa que no fuese la suya. Solo permitía que durmiera en la casa de su mejor amiga y no más.

La primera vez que Takemichi se atrevió a contarle cada cosa que vivió, Chifuyu quedó sorprendida. Pasmada ante la maldad y asquerosas que podían llegar a ser las personas... quiso preguntarle ¿por qué no hablo antes? Si cada cosa que le pasaba la hacía sentir miserable cada año, tal vez ella pudo... tal vez... Chifuyu en secreto se sentía culpable de no prestarle demasiada atención o de notar sus hábitos que lucían meramente exagerados, e intentó no quebrarse al escuchar las confesiones de su amiga, las recuerda con pesar.

"Me siento tachada, Fuyu-chan. Me aterra salir de mi casa y saber que en algún momento algo más me puede suceder. Me siento sucia, marcada. No puedo confiar en nadie y tampoco quiero hacerlo. A veces es tanta la ansiedad cuando voy caminando con mi mamá y me echan piropos o me tiran besos, como si yo los insinuara, como si me cuerpo se les insinuara. No se Chifu, yo no... yo no pedí ser mujer."

Luego de la sincera conversación en donde ambas terminaron llorando unidas en un animoso abrazo, se prometieron así mismas cuidarse la una a la otra.