La Foto

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Después de que Antonio recibiera su don Mirabel se sentía aliviada y feliz por el. Temía por un momento que no recibiera un don igual que ella y estuviera triste, todos contaban en que Antonio recibiera su don esa noche o todo el pueblo en el encanto sufriría, sería la prueba de que el encanto definitivamente se estaba perdiendo y quedarían a Merced del mundo exterior y sus peligros.

Ella vio como todo el pueblo entro al cuarto de Antonio para celebrar y se unió contenta a ver las maravillas dentro de ese cuarto.

Abuela Alma no podía estar más contenta y orgullosa de Antonio y no dudo en demostrarlo y abrazo a su nieto. - un don igual de especial que tú mi vida, eres un orgullo para esta familia. Una foto, si vengan todos tomemos una foto.- Todos los de la familia madrigal se acercaron y posaron perfectamente para la foto. Todos excepto Mirabel quien venía desde atrás de la gente para llegar a la foto - Permiso señora, gracias, ahí voy, con permiso- decía mientas avanzaba, a lo lejos escucho " la familia madrigal" y el flash de la cámara. Se detuvo antes de llegar al frente y ya sus familiares estaban retirándose después de tomar la foto. No, no pudieron olvidarla...o si ?
Se fue de la habitación sin palabras, no comprendía porque la olvidaron. Sabía que no era perfecta como Isabela, ni fuerte como Luisa, ni graciosa como Camilo, ni siquiera podía hacer una arepa milagrosa como su propia madre. No quería sentirse así en el día especial de Antonio y se sentía egoísta de pensar solo en su pesar de no ser como su familia y no poder hacerlos sentir orgullosos de ella aunque sea una vez. Se paró frente a las escaleras y derrepente escucho un ruido. Volteo rápidamente y se dió cuenta que casita había dejado caer una teja.
-Casita?- dijo Mirabel mientras tomaba la teja pero sin querer se cortó con ella y la soltó de vuelta. Escucho otro crujido pero está vez el suelo se llenó con cuentos de grietas que avanzaban por toda la casa hasta la vela del encanto que comenzó a parpadear, por un momento Mirabel juraba que vio una luz verde salir de la vela y casi se apagaba. Alarmada sale corriendo para avisar a la abuela.
- La casa está en peligro! Hay grietas en todas partes y la vela casi se apaga!- grita Mirabel al llegar al cuarto de Antonio.
La abuela Alma se miraba preocupada y siguió a Mirabel junto con todos a fuera para ver qué ocurría. Para mala suerte de Mirabel todo estaba en su lugar, no había grietas, ni tejas rotas y la vela seguía brillando.
-N..no no entiendo, habían grietas muchas por todos lados, abuela te lo juro no miento...-
- Basta Mirabel!- dijo la abuela Alma con voz firme. - No pasa nada en la casa Madrigal, la magia sigue fuerte, y los tragos igual- dijo ella cambiando su tono drásticamente a uno más alegre. Agustín tomo esto como una señal y empezó a tocar el piano y todos volvieron a celebrar ignorando a Mirabel.
Ella se sentía muy impotente al no poder probar que no mentía. Su madre Julieta la llevo a la cocina para hablar con ella y curar su herida.
- Mamá te lo juro, jamás armaría una cosa así para arruinar la noche de Antonio, me creés?- dice mientras espera que su madre terminé de hacer sus arepas. Julieta la mira y le dice que sabe que fue una noche difícil para ella y que no tomara personal la actitud de la abuela. Le dice que la ama y que es mejor que descanse y mañana será un nuevo día. Mirabel deja la cocina y se va a la guardería donde ya solo estará ella sola. Al entrar ve las cosas de Antonio y le da pesar que ya no estará acompañándola, pero por otro lado el estaba feliz con todos los animalitos que tanto ama y eso la hizo alegrarse un poco. Mirabel decidió dormir bien pues el siguiente día quería compensar el mal rato que hizo pasar a la familia.

La Puerta de MirabelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora