My Despicable Rockstar | Chanho

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Debo ser honesto, ver como habían golpeado a Minho me hizo sentir culpable como la mierda, también jodidamente enojado, nadie tenía derecho de golpear a mi idiota e irritante asistente, mucho menos dañarlo así, su abultado labio rosado estaba herido, su rostro tenía rasguños, incluso su hombros y brazos, eso no era malditamente aceptable y si hubiera estado ahí habría golpeado a esas personas, sin importar si eran mujeres u hombres.

Ni siquiera tuve tiempo de enojarme por como detuvo la fiesta, para ser honestos si no hubiera estado tan enfocado en sus heridas, puede que me riera de cómo la gente se fue cuando él gritó que estaba embarazado y quería el divorcio, Minho tenía razón, debería meterme con gente más inteligente, no con una chica que se disculpa con un hombre por estar embarazado.

Después que todos se fueran y Ji Yeong llegara a curar sus heridas, como siempre discutimos, creo que es algo de nosotros, pero lo que dije es real, si Ji Yeong quiere un asistente, que se busque el suyo, además, Minho no puede estar lejos de mí, debo cuidar que no le suceda algo como lo de la noche anterior.

Por esa razón ahora voy caminando a su habitación, son las cuatro de la mañana y es hora de mi ejercicio, no puedo ir con el resto de la gente porque las fans llegan a invadir mi espacio, pero no puedo dejar de hacerlo tampoco.

Entró a su habitación abriendo la puerta con fuerza y lo veo sentarse enseguida en la cama, mira a todos lados buscando lo que sucede, pero yo avanzo hasta su maleta y como él lo hizo el día anterior busco su ropa de deporte y después se la lanzo.

—¿Perdiste la puta cabeza? —Gruñe en mi dirección.

—Querías hacer deporte conmigo, levanta tu culo de hamburguesa de la cama. — Su ceño se frunce y busca su у celular cuando enciende la pantalla rueda los ojos.

—Jódete, son las cuatro de la mañana, vamos al gimnasio en un horario normal. — Lo veo acostarse y me doy cuenta de que esto no será fácil.

No dudo un segundo en hacer lo que viene, avanzo hasta su cama y le quito todas las tapas, después lo siento y él me mira un poco impactado, sin tardar pongo una playera y una sudadera sobre su torso, después lo empujo para que quede acostado y sus ojos se abren con sorpresa cuando me agacho sobre él, mis manos toman la cinturilla de su chándal y lo bajo, lo veo tragar grueso y sonrió de lado, pero cuando dejo sus piernas desnudas me muevo para tomar el nuevo chándal y lo termino de vestir.

—Pon tus zapatillas, tenemos que salir— Mi tono de voz suena igual de plano que siempre y él niega con la cabeza y después se sienta en la cama.

—¿Hablas enserio? —Asiento.

—¿Por qué a las cuatro de la mañana? ¿tanto me odias? —Ruedo los ojos.

—No tiene nada que ver contigo, siempre hago ejercicio a esta hora porque así estoy tranquilo, no hay fans acosadoras. —Veo sus labios volverse un círculo perfecto ante mi aclaración.

—¿Puedo dormir cuando estemos de vuelta? —Pregunta mientras se pone sus zapatillas de deporte.

—Haz lo que quieras con tu culo cuando estemos de vuelta, mientras no incluya salir solo de la suite. —Respondo mientras cruzo mis brazos sobre mi pecho esperando a que termine poner sus zapatillas.

—Creo que tienes un enamoramiento por mi culo. —Sonrió de lado por sus palabras, hablar de un enamoramiento por su culo es mucho, pero hay que ser sinceros, por más que no soporte al hombre tiene uno de los mejores culos del planeta.