Capítulo 23: La Sorpresa Para Akane.

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[triple actualización : 3/3 ]narrador omnisciente

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[triple actualización : 3/3 ]
narrador omnisciente.

—¿Ya puedo abrir los ojos, Junior? —preguntó Akane tocando el pañuelo azul que cubría sus ojos. Una sonrisa deslumbrante abarcaba sus labios y las ganas de saber que era lo que el chico le tenía iban en incremento.

¿Estaba nerviosa? Sí.

¿Emocionada? También.

Junior estaba siendo especialmente lindo hoy, y ¿para qué negarlo? Le encantaba.

—Espera un poco más, Akane —pidió el chico, tomándola de la cintura para comenzar a guiarla.

El corazón de la chica se aceleró en demasía, sin embargo, intentó dejarlo pasar y soltó una risa nerviosa.

—¿En dónde estamos? —habló nuevamente la rubia. Mentiría si djiera que no tenía curiosidad.

El viento soplaba con fuerza en ambos rostros, no había sol ya que estaba nublado y el frío de enero aún podía sentirse, poco les importaba a los adolescentes ya que la emoción y felicidad era demasiada como para prestarle atención a ese pequeño detalle.

—Solo unos cuantos más, preciosa —murmuró suavemente, queriendo reír por la impaciencia de la contraria.

—Necesito ponerte un apodo —pensó en voz alta.

Junior sonrío, el corazón se le acelero mientras pensaba «cada día mas cerca de tu corazón» anhelando poder lograrlo.

—Ya puedes quitarte la venda.

Tal vez fue la sorpresa, tal vez fue la emoción, la euforia, la felicidad... Pero cuando Akane se quitó el pañuelo de los ojos y vio un gran globo aerostatico frente a ella no pudo evitar saltar de la emoción, ¡el lo había hecho por ella! Estaba tan emocionada, que se lanzó a los brazos del morocho, de un salto para después enredar sus piernas en el cuerpo de él y con ambas manos en el rostro del chico, lo jaló hacía ella para fundir sus labios en un suave, lento y romántico beso.

Sus labios danzaban en una perfecta sintonia, trasmitiendo todo lo que las palabras no podían lograr; tantos sentimientos juntos eran imposibles de descifrar.

Aquel beso, para ambos fue una eternidad, y solo se separaron por que el aire estaba comenzando a faltarles.

Obviamente, la rubia no tenía idea de porque ni que había hecho, pero estaba bien con eso.

Al ver la sonrisa que el chico tenía mientras la sostenía por la cintura, no quiso saber nada más e hizo lo mismo que el.

—Muchas gracias —murmuró. Sus ojos empezaron a escocer, su nariz picó y atrapó su labio interior entre sus dientes para no llorar ahí mismo. Se sentía tan bien, quería llorar porque no terminaba de creerse que eso realmente estaba pasando.

Mi Peor Pesadilla - Junior Wheeler.✅Where stories live. Discover now