Apocalipsis• [Ohmnanon]

Un día.

Nanon. 🧟‍♂️

Abro otra bolsa de algas, mirando la puerta de la habitación donde ha dormido ese chico.

Sería poco amable de mi parte despertarlo tan temprano, porque voy a quedarme con toda su mochila.

—Solo fue una noche —digo abriendo una cerveza.

Si ha venido de un supermercado seguramente sabe como sobrevivir, y yo he cumplido con darle una habitación una noche.

Resoplo escuchando el sonido de la ducha de fondo y...

¿La ducha?

—¡Oye, la ducha! —grito sacando la llave de mi bolsillo y me meto directamente al baño para apagar el agua.

Mojándome y resbalando antes de poder salir.

Él me sostiene, apoyándose en la pared para no caer.

—Eres muy torpe —dice riendo— si querías bañarte conmigo, pudiste decirme.

Mi boca se traba un poco porque está desnudo, pero carraspeo y lo empujo para que me suelte.

Es tan descarado como guapo, así que logra intimidarme.

—No uses el agua.

—¿Por qué? —pregunta frunciendo el ceño.

—Es el fin del mundo —digo entredientes— qué nos asegura que será infinita.

—Vives en un hotel de ricos, al menos no estoy usando el jacuzzi.

Giro los ojos, porque no va entender.

—Si quieres la ducha, vas a tener que darme más que solo snacks.

Salgo del baño sacándome la ropa húmeda y sonrío un poco.

Seguramente no me agrada, pero llevo tanto tiempo sin interacción humana que incluso esto es mejor que el constante silencio acá.

—Te ves aún más lindo sin ropa —suelta apoyado en la puerta del baño y agradezco que al menos lleve una toalla en la cintura.

—Solo vístete y vete —digo señalando su ropa— la mochila es mía ahora.

—¿Una mochila por una noche?

—Sí.

—Eso es abuso... eh, ¿puedes decirme tu nombre para quejarme bien?

—Nanon —respondo buscando algo seco que ponerme en el armario.

—Es tu habitación, Nanon.

—Es mi habitación —confirmo colocando una camiseta en la cama— no confío en ti, y te quiero vigilado.

—Me tienes desnudo y a tu disposición, ¿qué podría hacer?

Carraspeo de nuevo colocándome otra camiseta, y giro los ojos sentándome en la cama.

—¿Eres gay o algo así?

Ohm ríe sentándose a mi lado y me pone nervioso que me mire de esa manera.

—Oye, estamos es el fin del mundo, ¿no deberías divertirte un poco más? —pregunta empujándome suavemente con su hombro— podemos morir en cualquier momento, no es sano estar tan amargado como tú.

—No me presiones, ya olvidé como socializar con alguien que no está intentando comerme el cerebro.

—Podemos desayunar en el comedor de los huéspedes, y así voy a ayudarte con tus habilidades sociales.

Veo que camina hacia mi armario y frunzo el ceño porque no puedo creer que aún no entienda que él y yo no tenemos la misma libertad en mi territorio.