La mujer fregaba platos cuando vio los ojos, azules, mirarla desde el patio. Un plato escapó de sus manos por el sobresalto y se hizo añicos.
—¿Cariño? —preguntó.
Pero los ojos ya no estaban, habían desaparecido en un parpadeo.
—¿Mamá? —dijo la voz de un niño a sus espaldas.
La mujer se volvió y soltó un alarido. Su hijo avanzaba a tientas, dos agujeros negros en lugar de ojos, y lágrimas de sangre surcando sus mejillas.
—Mamá —repitió el niño—. Mis ojos. Alguien robó mis ojos.
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Microcuentos de Terror ✔️
HorrorRecopilación de los microcuentos que he escrito y que ya he subido a mis perfiles sociales. Ninguno tiene más de cien de palabras y se leen en medio minuto. Agrega el libro a tu biblioteca y sorprendente con las micro-historias.