Consejo

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Capitulo 4

Asami despertó. Sentía su cuerpo pesado y su cuello la estaba matando, pero no le dio la más mínima importancia. Korra no estaba, su cama estaba vacía y todo estaba en silencio.  Tenía la idea que era tarde, pero no, eran las 7:30. Rápidamente se encaminó a tomar una ducha y a alistarse. Tenía el presentimiento de que ese día no sería nada fácil. Antes de salir de la habitación ya lista, tomó todo lo necesario y lo guardó en su portafolio.  Se encontró con algo que había pasado por alto, una pequeña nota sobre un escritorio.
“Asami
Me desperté temprano y pensé que estarías cansada así  que decidí dejarte descansar. Tengo cosas que hacer y no quiero molestarte. Si quieres podemos almorzar en la cafetería. Espero que tengas un lindo día.
Atte Korra”


―Que lindo detalle― dijo contenta.

Aquella nota había logrado sacarle una sonrisa. Nunca había despertado y se había encontrado con un detalle tan simple. Realmente era algo muy simple, pero que le alegro su mañana. Era un detalle hermoso.
Además quedó un poco más tranquila. Korra parecía alguien que tenía una habilidad asombrosa para meterse en problemas. Y sin más se marchó

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Se revolvía de un lado a otro en su cama, daría todo por seguir durmiendo, pero le fue imposible. De golpe se sentó en su cama malhumorada. Era extraño no estar en su habitación, en su cama, sin Naga. Y la vio allí. Asami dormía plácidamente y sin que lo notara sonrió.
Korra no entendía que rayos le sucedía. De donde ella venía, la tribu del agua del Sur, no había interactuado mucho que digamos con chicos de su edad. Nunca en su mente rondó la idea de enamorarse y casarse con un chico, no era de esas chicas, ella tenía su mente ocupada en otras cosas.  
Se levantó y decidió que era momento de tomar una ducha, pero antes decidió dejarle una nota para que no se preocupara. Llegó a las duchas, entró en un cubículo y comenzó a sacarse la blusa cuando escucho algo que le hizo hervir la sangre.
― ¿Escuchaste? La nueva estudiante ya llegó― dijo una chica entrando a las duchas.
Hablaban dos chicas que venían a ducharse que eran del mismo piso que Korra y Asami.
―Si, si. También escuche que le tocó compartir habitación con Sato.
―Ufh pobrecita. Es nueva y encima le toca compartir habitación con una chica rica mimada y malcriada. Sin contar que debe ser de lo más superficial y engreída.
Rieron las dos. Mientras que Korra estaba que echaba humo.
―Y claro, ¿sin dinero cómo se habría convertido en presidenta del consejo estudiantil?
―Me dijeron que  sobornó a todo su sector solo para que la votaran.
―Era de esperarse.
De pronto quedaron heladas cuando una puerta salió volando por los aires. Cuando miraron por qué había sucedido, se encontraron con una enfurecida chica.
― ¡¿Cómo pueden hablar así de alguien ―que estaba segura―, que ni conocen?!
Korra estaba fuera de sus cabales. Nunca le habían agradado las personas chismosas, que lo único que hacen es esparcir rumores como pólvora difamando a una persona cuando los rumores no tienen ni una pisca de verdad en ellos
―¿Eh?―alcanzó una a decir desorientada.
Ninguna de las chicas sabía que decir. Las palabras de Korra habían sido muy severas y sonado muy ciertas. Habían quedado pasmadas.
― ¡Nunca se puede opinar de alguien sin conocer! ¡Si se hubieran dignado de al menos hablar con ella sabrían que no es nada de lo que estaban diciendo!
―Nosotras lo sentimos mucho― se disculpó una.
Estaban muy avergonzadas. Aquello que ella decía era la pura verdad.

―No sabíamos lo que hacíamos― dijo la otra.
―Pues deberían ya so no es escusa. Solo no vuelvan a decir esas estupideces― dijo algo un poco más calmada.
Pero eso no significara que su enojo no siguiera a flor de piel. Realmente aquello la había molestado. Al notar que había rotó un cubículo entró al de al lado, dejando a las dos chicas desorientadas. Y mientras se duchaba no podía evitar pensar algunas cosas
“¿Cómo van a hablar así de Asami?” Pesaba molesta “¿Asami sabría de los rumores acerca de ella? Pero lo más importante ¿Por qué circulan este tipo de rumores? Asami es todo lo contrario de eso.”
Cuando por fin acabó se dirigió hasta el dormitorio. Dejó algunas cosas, tomó otras y se marchó.
Al llegar al lobby se encontró con quien menos pensaba.
―¿Y?―preguntó Korra a secas.
―¿Y qué?―preguntó Lin buscando molestarla.
―Ya sabes― dijo irritada.
―Nada. Quien lo haya hecho lo hizo muy bien.
―Sigo sin entender. ¿Por qué perjudicar a Asami?
―Veras Asami es alguien de mucho renombre. Presidenta del consejo estudiantil y heredera del las empresas Sato. Tengo mis sospechas hacia el consejo.
―¿El consejo? ¿Por qué?― preguntó, quería saberlo.
―¿Crees que te lo diría? Discúlpame pero no soy tan inocente como Asami. No hace un día que te conozco.
―Tks― hizo puchero.
No quería admitirlo pero Lin tenía razón. Ella jamás diría o traicionaría pero eso era algo que Lin aun no sabía.
―¡Korra!― escuchó gritar a sus espaldas.
“Genial ¿Y ahora en que lio me metí?”
Quien se acercaba furioso era Tenzin. El presidente pelón del Sector Aire. Korra había llegado antes, pero no fue avisado por ella, sino por su esposa que tuvo un casual encuentro con la nueva estudiante. Indignado, se apresuro a encontrarla.
―Suerte ―dijo irónica―, pero antes de dejarte quiero decirte algo. Ni se te ocurra hacer algo que pueda lastimarla, o me encargare de que sufras las consecuencias.
Korra entendió muy bien que se trataba de Asami, pero antes de poder defenderse Lin ya se había marchado.  Mientras que Tenzin acababa de llegar.
―Hola Tenzin― saludó nerviosa―, bueno… veras… ayer estaba por avisarte que llegue antes pero… ¿Se me olvido?― dijo encogiéndose de hombros.
―¿Se te olvido? ¡¿Se te olvido?! ― dijo rojo de rabia.
―Si― dijo inocente.
―Korra, debes ser más responsable y comprometida con tu uobligaciones, sabes quien eres pero…― fue interrumpido por su celular―, un momento.
Tenzin se alejo un poco para hablar por teléfono, mientras que Korra agradeció por un momento de paz antes del gran sermón que se le venía encima.
―Lo siento pero debo marcharme a una reunión muy importante. Pero estate segura de que no te libraras tan fácil mente de mí. Nos veremos pronto― dijo dando medía vuelta agitando su túnica.
―Como me salvé― suspiro aliviada―, ahora es momento de dar una pequeña vueltita― sonrió frotando sus manos.


Asami respiró hondo, debía calmarse y ser directa al consejo. Todo pendía de un hilo. Se encontraba en frente a unas grandes puertas que de pronto se abrieron para darle paso.

―Ya estamos todos. Que comience la reunión― habló una voz gruesa.
Asami entró y tomó asiento.
―Como ya deben de haberse enterado han hurtado de mi habitación el proyecto― habló Asami seriamente.
―Lo sabemos a la perfección― habló Iroh.
―Yo se que el plazo está marcado…― intentó continuar.
―No podemos hacer nada mas ―le interrumpió Kuvira inexpresiva como siempre―, si hiciéramos excepciones, siquiera por ti que eres la presidenta del consejo estudiantil, tendríamos que hacerlas por todos.
―Y de ninguna manera podríamos hacer eso. Dejar de lado las reglas significaría un caos inminente― dijo Unalaq.
El consejo era integrado por cuatro personas, cada una director o directora de un Sector Elemental. La Directora del Sector Tierra era Kuvira, una dura y severa directora encargada de representar al Reino Tierra. Kuvira no tenía tiempo para chistes o idioteces. Su tiempo era algo preciado y odiaba que lo desperdiciaran, pero lo más preciado para ella era su Reino y quería a toda costa volverlo a sus años de gloria como Imperio, costara lo que costara.
Por otro lado estaba Unalaq, Director del Sector Agua representante de las Tribus Norte y Sur, un hombre que parecía  poseedor de un increíble autocontrol y fuerte lazo con el mundo Espiritual tras años de haber estudiado todo lo relacionado a ello en busca de una mejor preparación para el futuro Jefe Tribal.
 Iroh, hijo del Señor del Fuego Izumi, representaba al Sector Fuego. Era un duro pero amable, con las enseñanzas de su madre, una mujer excepcional, se había ganado la fama de ser paciente y sensato al momento de tomar decisiones siempre pensando en el futuro y lo que esto conlleva, justo como su madre al mando de la Nación del Fuego.
Y último pero muy importante se encontraba Tenzin, ultimo maestro Aire y Director del mismo sector. La descripción de él podría ser bastante cambiante dependiendo de quién esté a su alrededor, sus hijos lograban sacarlo de quicio muy fácilmente, mientras que estaba en su horario de trabajo o con algún estudiante era un hombre sereno, inteligente y paciente, con Pema, su esposa, podía relajarse a gusto con la mujer que amaba, pero había pequeñas excepciones donde perdía la cordura y explotaba, estos serían sus hermanos y una joven un poquito problemática.
―Pero debemos tener en cuenta de que no ha habido un retraso o irresponsabilidad de parte de Asami, alguien ha robado todo su trabajo―Tenzin habló defendiéndola al instante.
Y hubo a quienes eso no le agrado para nada. Pero a Tenzin, a él no le agradaban para nada Kuvira o Unalaq, siempre aplastando y haciendo lo mejor para ellos sin pensar en el bien común.  Asami era una chica que daba todo su potencial y nunca le había fallado al consejo, podrían haber tenido un poco mas de consideración.
―Yo creo que Asami siempre ha cumplido con todas sus responsabilidades a tiempo y con excelentes resultados. Debería tener aunque fuera un poco de nuestro apoyo y ayuda ¿No lo creen?―dijo Iroh mirando al consejo.
El consejo se encontraba en el centro de  los Cuatro Elementos como símbolo del equilibrio entre los cuatro Sectores. Un gran escritorio en forma de media luna se encontraba en el centro, en el extremo derecho se encontraba Asami representante de todos los estudiantes, en el extremo opuesto se ubicaba Tenzin. Luego de Tenzin seguía Unalaq, a la Izquierda de Unalaq se sentaba Kuvira. Y entre medio de Kuvira y Asami se encontraba Iroh.
―Entendemos. Asami ―le habló―, entiende nuestra situación, a nuestro cargo se encuentra todo un sector. No podemos tomar todo a la ligera.
Unalaq la estaba irritando. Y Asami con toda sutileza y encantos, que poseía, mas su gran inteligencia decidió contradecirlo ‘amablemente’.
―Con el mas debido respeto, esto no es a la ligera, yo Asami Sato represento a los estudiantes de Cuatro Elementos, y mi proyecto significaba un cambio que revolucionaría Ciudad República ―si no era el mundo―, pero alguien se atrevió a invadir mi privacidad, que de por si es un delito grave, y aun mas se atrevió a robar mis planos. ¿Acaso no es eso suficiente para demostrar que nos algo “a la ligera”?― dijo con una sonrisa.
Unalaq se sintió humillado, pero no demostró su rabia enfrente a todos. Debía aprender de Kuvira, impasible y tranquila se erguía en su asiento demostrando completo control sobre la situación.
―Esta bien ―Kuvira se digno de hablar―, a mi parecer es necesario otorgarle más tiempo. Una semana será tiempo suficiente ¿No es así?― dijo dirigiéndose a Asami.
¿Una semana? ¿¡Una Semana!? Eso fue lo que me llevo hacer los bocetos iníciales.
―¡Kuvira!― escupió Iroh indignado.
―¿Crees que eso es suficiente?― habló molesto Tenzin.
Incluso para otros tipos de proyectos el plazo mínimo era de dos semanas.
―No se preocupe Director Tenzin, Director Iroh, me encargare de hacer los mejores planos que hayan visto en su vida― dijo mirando a Kuvira y Unalaq desafiante y con una sonrisa.
―Entonces doy por terminada esta reunión― sentenció  Iroh golpeando el estrado.


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