Los concubinos de los dioses

IV: Esposa y concubino

Perdón fans de estos personajes femeninos pero necesitaba villanos y me dio paja crearlos yuy

TW: Mención de autolesiones

DESPUES DE 4 MESES EL CAP QUE PROMETI HACE MESES WUUWUWUWUWUWUW

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Chiaki miró de arriba a abajo a Komaeda sin expresión aparente pero el puchero y sus ojos llenos de odio la delataban. Parecía molesta, demasiado molesta, como una niña cuando le sacan su chupetín favorito, Nagito quería llorar pero no se mostraría como un inútil frente a Nanami, por lo que solo empezó a tirar de la cadena suavemente.

—Hajime ¿No había nada mejor, como para que me remplaces con esta basura?

—Nanami, haz el favor cállate, nunca dices nada y cuando lo haces es algo completamente irrelevante—se tomo la frente y cerró los ojos, mientras seguía caminando junto con Komaeda ahora tomados de la mano—lamento la actitud de Chiaki, ella simplemente es así—siguió caminando.

—Y-yo, la entiendo —Hajime paro el paso—soy una completa basura y ella es tan linda, tan dulce, tan...esperanzadora—soltó la mano del chico y se clavó las uñas en sus brazos fuertemente.

—Nagito—el nombrado se sorprendió nunca lo había llamado por su nombre, tomo su mano para luego seguir caminando mientras hablaba—deja de llamarte basura, tu eres un muy buen chico, eres muy pacífico, eres encantador—ambos se sonrojado pero al estar de espaldas no lo notaron—de echo me sorprende que nadie salga contigo todavía—y durante todo el trayecto se mantuvieron callados.

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—O-Ouma—Saihara estaba inmóvil, todos lo estaban, Ouma no podía dejar de temblar, sus ojos picaban en lagrimas y Shuichi no estaba mejor, sus manos sudaban y estaba muy pálido, más de lo normal además de escalofríos muy seguidos en toda su espalda.

—Y-yo—yo ninguno sabia que decir, solo se miraban con arrepentimiento—Lo siento tanto, Shumai—se llevo las manos a la cara, tratando inútilmente de secar sus lagrimas.

—Realmente, te quise odiar—ninguno hizo ningún movimiento—pero, aún así, no puedo odiarte o dejar de amarte—y corrió hasta llegar donde Ouma donde sin poder evitarlo lo estrechó fuertemente contra sus brazos, Kokichi lentamente acepto el abrazo y se destenso—yo también lamento lo que dije, no estás solo, me tiene a mi.

—Creo que eso es un si—dijo el encargado de los temas más cercanos a la realeza.

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—¡Byakuya-sama!—Lloriqueo la joven reina—¡Que malo eres!—Las lágrimas rodaron por sus ojos—¡Eso fue muy honesto!—se tomo sus trenzas con fuerza mientras lloriqueaba fuertemente.

—Entonces finge que nunca me escuchaste—Naegi le dio una mirada de desaprobación por tal acción tan poco amigable.

Ambos jóvenes salieron de la sala dejando sola a la reina, que era torpemente consolada por su dama de compañía.

—Creo que fuiste muy duro—sin embargo, Byakuya no le hizo caso.

—Esa mujer me tiene harto, no deja de acosarme, ya no se que hacer—freno para abrir las puertas de su habitación. Makoto suspiro y dio vuelta para poder irse a su habitación. La mano de Togami lo detuvo—¿A donde crees que vas?—cuestiono el dios.

—¿A mi habitación correspondiente?—frunció el seño cuando escucho una leve risa. Togami lo arrastro hacia adentro.

—¿Después de no verte hace por lo menos 1.000 años?—cuestiono—Ni soñando, querido—Makoto no pudo hacer mas que sonrojarse y asentir. 

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Hajime tomo los brazos ya sin estar ocultos por los guantes que llevaba anteriormente su concubino. Komaeda sentia que moriría del nerviosismo que sentia en ese preciso momento.

—Nagito—su voz se quebró—lo siento tanto—y lo abrazo aun llorando.