Chapter 34

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Desperté. 

Un ligero roce con mi piel fue lo que me despertó, Bill estaba pasando sus dedos suavemente por mi muslo. Voltee lentamente hacia el y vi como me observaba con una ligera sonrisa en el rostro, estaba posado sobre su brazo derecho y se inclino a darme un corto beso en los labios. 

- Buenos días -dijo con voz ronca-

- Buenos días -conteste en voz baja-  

- Ayer paso exactamente una semana de tu cumpleaños, hoy ya es 23 -dijo mientras quitaba un mechón de cabello de mi rostro-  

- ¿No deberías comprar un regalo para Svetia? Mañana es noche buena -dije intentando cambiar el tema- 

Exactamente, ya transcurrió una semana y Bill me dejo descansar en toda esa semana, fue uno de mis regalos de cumpleaños pero sabia que Bill no esperaría mas de la semana prometida. La semana había transcurrido tranquila y sin problemas, Bill llegaba ya muy noche ya que llegaba cuando yo ya estaba dormida así que casi no lo vi y no me hizo ninguna pelea, pero, se que ahora querrá que me acueste con el. Ya mañana será noche buena y tengo pensado en pedirle de navidad que me deje descansar otra semana pero dudo mucho que acepte.

- No iré a trabajar hasta el día 26 y hoy tenemos compras que hacer -hizo una pausa- Pero antes tenemos algo que hacer -finalizo- 

Se poso sobre mi y dejo unos cortos besos en mi cuello, pose mis manos en su pecho y lo aleje un poco de mi y el me vio un poco molesto. 

- ¿Usaste protección esta semana? -pregunte-

- ¿Que? -dijo confundido-

- Que si usaste protección, me refiero con las prostituas -Bill me vio sorprendido- Llegabas muy tarde, era de suponerse -dije tranquila- 

- Si, si use -contesto y comenzó a besarme- Y aunque no hubiera usado, te hubiera obligado -dijo entre el beso- 

Su comentario hizo que mi estomago se revolviera  pero no tuve mas remedio, mínimo debería de agradecer que descanse una semana. Bill quito mis pants y mis bragas y poso sus dedos en mi clítoris, supongo que quería masturbarme pero con el humor que yo tenía en ese momento, no sirvió de mucho pero al menos logro humedecer solo un poco mi intimidad y entro a mi, comenzó a moverse como de costumbre y solo me sostuve de sus hombros y dejaba soltar algunos quejidos de vez en cuando, así fue hasta que por fin termino y se quito de sobre mi, pero algo cambio esta vez, estaba molesto, bufo al levantarse de la cama y tuve miedo por un segundo.

- ¿Qué pasa? -pregunte-

- Nada -contesto molesto- 

- Estas molesto, ¿porque? -dije mientras me ponía de nuevo las bragas- 

- Parece que me folle a un cadaver -dijo entrando al baño- 

De repente entendí todo, su estúpido comentario me hizo entender, estuvo una semana con prostitutas, prostitutas que se saben mover y lo hacen, el no hacia todo el trabajo y se desacostumbro a que yo no me muevo y ni siquiera hago ruido. No me interesa lo que quiera Bill, pero ahora me pregunto, ¿Cuánto me costara que se haya molestado? ¿Me golpeara? ¿Me dejara sin comer? o tal vez, ¿me asesinara?...

Bill salió del baño, se sentó en la cama y me hizo un ademan con la mano indicando que me acercara el , fui y me senté junto el, el me observó por un momento y después tomo mi mano.

- No sabes cuanto me estoy conteniendo de gritarte -dijo con tranquilidad- Quiero darte una oportunidad, ya te e golpeado, te e gritado, te e obligado, te e castigado y el simple echo de que accedas no es suficiente para mi -hizo un pausa- No voy a matarte, sería un desperdicio, además, admito que ya me encariñe de ti -esas palabras retumbaron en mi cabeza- Si de verdad pones de tu parte, te llevare pronto con tus padres solo para que los veas, pero si sigues absteniéndote, te juro que encontrare mas formas de hacerte sufrir -apretó fuerte mi mano- ¿Entendido? -pregunto viéndome fijamente- 

Asentí con la cabeza y el soltó mi mano. Sentí la sangre helada en cuanto el se levanto de la cama, no me iba a dejar morir, me torturaría de por vida si no lo hago sentir que tiene una vida normal, cada vez mas confirmo que Bill esta enfermo, que se supone que hare ahora?

Después de mi crisis, bajamos a desayunar igual que todas las mañanas, subimos y cada quien se ducho para no tardar tanto, nos vestimos y salimos de casa. 

Nuestro día se vaso en ir a centros comerciales a comprar regalos, compro muchos regalos a Svetia, entre ellos ropa y juguetes. Compro unos regalos a su madre y sus hermanos y también llegamos a una tienda a encargar unas canastas con unos cuantos presentes para el personal de la casa y del casino. Todo el tiempo estuvo pidiendo mi opinión, me hacia sentir un poco extraña.

Todo el tiempo sentía que me observaban, como si todos me estuvieran viendo, esperaba que alguien me fuera a reconocer, pero llevaba un abrigo grande, bufanda, gorro y lentes obscuros, dudo que alguien fuera a reconocerme. Me sorprende como es que Bill todo el tiempo me a permitido salir a la calle sin sentir ningún miedo por que alguien me reconozca, pero en todo este tiempo, nadie lo ha echo.

Llegamos a una joyería reconocida, Bill me pidió que escogiera un collar y un brazalete para su madre y un collar y unos anillos para su hermana, cuando estábamos por entrar, me di cuenta el porque mucha gente nos veía, nos vi al reflejo de la ventana, es un hombre enorme con una gabardina beige y lentes obscuros y de su brazo lleva a una chica con un abrigo negro y lentes obscuros seguidos por dos tipos de traje, claramente llamábamos la atención. No se si la gente creía que era la adolescente mimada de papá o la arpía que se chupaba el dinero de su pareja, aun así no me importo mucho, solo era incomodo.   

Después de escoger lo que me pidió Bill, me dijo que eligiera algo para mi, a lo cual yo me negué, pero al final me dijo que mandaría a que comprar regalos para mi, le pedí que no lo hiciera pero le dio igual. 

Estábamos comiendo en un restaurant, yo casi no había tocado mi comida, me sentía abrumada, sentía una presión en el pecho y unas ganas muy fuertes de llorar, el nudo en la garganta no me dejaba tragar la comida, sentía miedo y me sentía incomoda. A veces me pesa mucho la vida que tengo que llevar, me hace sentir tan pequeña y débil.

Bill noto que no me sentía muy bien, a lo cual me pidió que comiera un poco mas y al poco tiempo nos fuimos, en el auto me abrazo y sin poder evitarlo comencé a llorar, a llorar con mucho dolor y ni siquiera podía explicar porque estaba llorando, solo sentía que todo me pesaba en el alma y sentía que me faltaba todo. Bill solo se dedico a acariciar mi cabello y no dijo nada en todo el camino, solo me abrazo y me dejo llorar.

En casa bajaron todo y Bill me acompaño hasta la habitación.

- ¿Quieres recostarte un poco? -pregunto mientras entrabamos-

No le conteste nada, solo me quite los botines y me recosté, casi al instante el se recostó junto a mi e hizo que mi cabeza se posara en su pecho. 

- Entiendo que valla a ser difícil para ti estas fechas -dijo en voz baja- 

Creo que le dio al clavo porque comencé a llorar desconsoladamente.

- Quiero ir a casa -dije llorando mientras apretaba su camiseta entre mis manos-  

- Aun no -se limito a decir-

Llore un rato mas en el pecho de Bill, hasta que mis ojos ardían, me gire en la cama para darle la espalda y el me rodeo con su brazo.

- Tengo una cena de navidad con unos colegas -dijo en voz baja- ¿Quieres ir conmigo? 

- No me siento muy bien, ¿puedo quedarme a dormir? -pregunte con la voz cansada-

Bill accedió a que lo esperara en casa, el empezó a arreglarse para la cena y yo me puse el pijama, Bill se despidió con un beso y al poco tiempo se fue, me sorprende lo comprensivo que fue hoy. Agradecí el que me haya dejado quedarme, llore un poco mas y avise a las chicas que no cenaría y después llore mas, al poco tiempo me quede dormida. 


Stockholm - Bill Skarsgård - I +Juliana Quistiano+Where stories live. Discover now