⃟ Capítulo 12: Festival ⃟

566 88 2
                                    

Y aunque pareciese difícil de creer, finalmente, el primer semestre había llegado a su fin. En cierta manera, me alegra que hubiese podido sobrevivir sin Karma, aunque igual extrañaba compartir clases con él. Pero ya, basta de escuela. Basta de Karma. Basta de todo, quería disfrutar un poco.

Con un poco de insistencia de una prima que por casualidad se encontraba de viaje en la ciudad, he terminado acompañándola al festival que se festejaba todos los años acá. Para complacerla, nos hemos puesto unos kimonos a juego y recién la invite a jugar a algunos de los puestos.

Era bueno venir a este festival con alguien que quisiese divertirse y no con alguien que se paseara por los puestos recriminando a sus dueños sobre qué el juego era un robo.

–¿Y si probamos ese?– con cierta duda, señala hacia un puesto que había cerca.

Se trataba del característico juego de peces dorados sobre qué con una red de papel debías tratar de atrapar un pez, si la red se rompe, pierdes, y por supuesto, no ganas nada. Es más difícil de lo que parece, sobre todo si el estanque está repleto de los peces escurridizos. No recordaba cuando fue la última vez que había logrado ganar en este puesto.

–Vamos– le animé y luego de tomarla del brazo, nos encaminamos juntas al puesto de peces dorados.

Costaba doscientos yenes el intento.

Luego de pagar, el dueño del puesto nos entrega una red a cada una.

–Oh, no sabía que se podía hacer eso– murmura mi prima mientras señala el chico a nuestro lado que igual se encontraba jugando.

Mis ojos se abran con sorpresa al verlo, su red estaba intacta y sin mencionar la gran cantidad de peces dorados que había atrapado. Espera, ¿ese era...?

–Se puede hacer si eres, Isogai– le respondí de manera burlona–. ¿Para qué quieres tantos peces dorados? ¿Abrirás una tienda de mascotas o qué?

Me reí de mi propia pregunta, era bastante estúpida. Solo le pregunté eso porque no quería creer que Isogai quería los peces para otra cosa. No por nada a Isogai en la escuela lo conocían como el muerto de hambre. Como igual, Isogai era el único chico de nuestra edad que trabajaba.

–Solo aquí puedes conseguir tantos peces por un precio tan bajo– dice con alegría mostrando su bolsa plástica repleta de tantos peces dorados que ni siquiera podían moverse. Luego nos da la espalda y se va sumamente feliz con su premio.

Él no se los iba a comer enserio, ¿verdad?

Espera, si Isogai había conseguido esa gran cantidad de peces, yo podía conseguir muchos más que él.

Arremangue las mangas de mi kimono y me concentré en los peces que nadaban en el gran estanque frente a mí. ¡Sabía que podía hacerlo! Me concentre en uno en específico y convencida sobre qué lo atraparía puse mi red en el agua. Y al sacarla...

–Lo siento jovencita, mejor suerte para la próxima– estaba rota.

–Jo, yo igual perdí. De verdad quería un pez dorado– dice mi prima y suspira rendida.

–No te preocupes, sé dónde conseguir muchos sin tener que jugar– le dije con con una gran sonrisa.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Hola *la apuñalan*. Bueno, no sé qué decir siento que soy una malagradecida por el gran apoyo que he tenido y por mi poca responsabilidad con la historia, varios se han mantenido escribiéndome, y pues, acá estoy de nuevo, no haré promesas sobre mi actividad pero trataré de actualizar seguido. Gracias por todo. <33

➛ ¡ Akabane, Ámame ! 𖠵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora