6. Legado

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—Escuche tu conversación con papá anoche — Dijo Akihiro mientras cenaban — Papá no parecía muy contento por tu recomendación... Aún así irás ¿verdad? 

—Papá solo está preocupado, pero no necesita estarlo. Voy a ser ingeniera de apoyo como mamá — Kata hablaba de su futuro como si no importara, como si siempre hubiera estado decidido.

—¿Entonces para que se lo dijiste?¿Si estás tan segura por qué no rechazaste la oferta al momento? — Era casi escalofriante la facilidad con la que podía leerla.

—No importa lo que yo quiera si no puedo estar a la altura.

—Yo creo que lo estás.

—No es una cuestión de fe. — Esa conversación estaba siendo molesta. Había tomado una decisión y los planetas parecían alinearse para cambiarla.

—¿Y si fuera mamá quien lo dijera? — Estaba determinado a convencerla. Su hermana en un futuro podría ser tan buena como su madre si iba al departamento de apoyo, no cabía duda, pero jamás estaría satisfecha.

—Pero ella ya no está aquí — dio un golpe a la mesa apretando los palillos con fuerza. Sin duda su tono era más agresivo de lo que pretendía, asustando a su hermano.

Antes de poder disculparse Aki se levantó de la mesa sin decir nada más. No necesitaba decir nada más. Fue directo hacia una puerta, allí estaba el antiguo taller de su madre. Abrió la puerta, dejando ver el taller, en el que pasaba su madre tantas horas. Ahora estaba completamente abandonado. Aki se fue a su habitación dejándola sola frente a aquella estancia. Encendió la luz y se adentró en aquel pequeño taller. Estaba lleno cajas que no sabía su contenido, lleno de herramientas, de armarios con materiales y expositores con los aparatos que nunca se llegaron a terminar o vender. Al fondo, encima de la mesa de trabajo aún había hojas con planos e instrucciones sobre el uso de los inventos. Entre las hojas había una carpeta con una nota adhesiva «Kata ». Este tenía menos polvo que el resto, seguramente Aki lo había leído.

Abrió la carpeta casi conteniendo la respiración. Había unos cuantos bocetos de algo parecido a una muñequera. Las instrucciones estaban incompletas pero con los dibujos y anotaciones al margen pudo deducir que lanzaban un cable que de alguna forma su quirk debía poder controlar. La última página tenía el dibujo de un traje. Era bastante simple, un mono negro sin mangas con el cuello alto y capucha. Tenía algunos detalles en azul claro. Llevaba algunos accesorios: unos guantes sin dedos que llegaban por encima del codo, un cinturón con dos bolsas a los lados para guardar cosas y una visera que servía como protección y como gafas de visión nocturna.

Subió escaleras arriba hasta su habitación. Abrió el primer cajón de la mesita de noche para guardar la carpeta dejando fuera la hoja con su traje. Rebuscó el formulario de su mochila y empezó a rellenarlo. Tal vez se arrepentiría de esto pero seguramente se arrepentiría de no hacerlo. Mañana en cuanto le acepten el formulario estará oficialmente en el club de artes marciales.

« Este es el primer paso».

Kenopsia: La sobrecogedora atmósfera triste de un lugar que normalmente se llena de gente, pero ahora está abandonado y tranquilo.

Mha - El pasar de las nubesWhere stories live. Discover now