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El carruaje había sido preparado y ambos se subieron, el General le había dado la mano para ayudarla y ese simple gesto provocó que todos sonrieran, todos menos los sirvientes Sigfred que no entendían el actuar de su joven maestro

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El carruaje había sido preparado y ambos se subieron, el General le había dado la mano para ayudarla y ese simple gesto provocó que todos sonrieran, todos menos los sirvientes Sigfred que no entendían el actuar de su joven maestro.

— Marcus, por favor acompáñanos — Marjory pidió amable a su mayordomo.

Marcus asintió y se acomodó al frente en el lujoso carruaje, Marjory miró a Mateo — Mateo, estarás a cargo de las funciones de Marcus por hoy, espero no me decepciones — lo miró con seriedad.

Tristán miró con curiosidad al hombre.

— Daré mi mejor esfuerzo para cumplir sus expectativas — fue la respuesta de Mateo, después de eso la puerta se cerró y el carruaje finalmente avanzó.

— ¿Quién es él? — Tristán no contuvo su curiosidad, no recordaba al hombre.

— Un mayordomo que el Duque Daigo envió para ayudarme — contestó la pelirroja con calma.

Tristán asintió, miró a su esposa de forma descarada dándose cuenta que rl pantalón negro que usaba acentuaba demasiado sus curvas, y claro que había notado el cambio en su físico, ahora tenía caderas anchas, muslos fuertes y un precioso trasero en forma de durazno 🍑 , la blusa verde musgo que llevaba era larga y cubría un poco su silueta, las mangas estaban recogidas al nivel de los codos y su cabello rojo atado en una coleta y sus botines café.

Esa se veía realmente preciosa, tanto que dolía verla y no poder tocarla. Se preguntó quien de las sirvientas la maquillaba, acentuaba sus bonitos y delicados rasgos, iba a recompensarla.

Una hora y media después estaban en la primera tienda, Libender, estaba llena, tanto damas como caballeros deambulaban por el lugar seleccionando estilos que ya muchos usaban, ropa casual, elegante y pijamas, algunos accesorios como bolsos, billeteras de dama y caballero.

Ambos entraron juntos a la tienda, Marjory tomó la mano del General, ella lo guió por el local llevándola a ver la sección de niños, dónde Tristán sonrió al ver como algunos niños veían las comodas camisetas, similar a la que él usaba, solo que algunos diseños eran extrañas y divertidas para los niños.

— Aquí esta toda la ropa para niños, esta dividida por edades, las niñas están en la parte izquierda tal como el letrero lo indica, del lado derecho la sección de masculina, también divida por edades — Marjory explicó, ambos recorrieron de la mano el lugar.

El General había entrelazado las manos con su esposa, y apreciaba las reformas que habían hecho a la tienda, era grande y ella la había comprado por lo que un segundo piso estaba previsto dentro de unos meses para separar la parte de los niños de los adultos por completo.

— Es adecuado como han decorado para que cada zona tenga imágenes, en lugar de colores — Tristán comentó ahora dejándose guiar por ella a la sección de Damas.

— Tenemos una sección VIP, la veremos una vez este libre — Marjory expresó mientras se detenían en la sección de pijamas para las damas.

Él miró los maniquíes vestidos con ropa extremadamente sensual y miró de reojo a su esposa, recordando lo diminuto del pijama que ella usaba al dormir.

— Amor, te digo que me da vergüenza comprar esto — una joven decía con timidez y recato.

— Pero te veras preciosa — un joven unos años mayor le contesto — siempre dices que no te veo lo suficiente, bueno, con esto estoy seguro que no podré dejar de verte — sonrió besando la frente de la dama.

Marjory estaba ocupada mirando como algunas mujeres veían las faldas cortas con las blusas a juego, parecían estar debatiendo si era adecuado comprarlo o no, entonces una opto por llevar una falda azul marino con una blusa negra y camino hasta el probador, después de eso otras tomaron sus conjuntos y fueron a medirse la ropa.

— Bueno, ahora vamos a la parte masculina — explicó Marjory guiando a Tristán que veía con ojo crítico como algunos jóvenes adinerados incluso nobles compraban prendas femeninas para sus parejas.

Se preguntó si él debería regalarle algo así a ella, pero, si lo hacía él querría verlo puesto y entonces le darían ganas de quitarlo, una cosa llevaría a otra...

— General — Marjory le hablo sacándolo de sus pensamientos, él la miró luchando con un posible sonrojo debido a sus pensamientos indecorosos — le explicaba que para la sección masculina hay una puerta lateral, ya que a muchos les gusta de esta manera — ella explicó.

Aunque parecía más una queja, no la culpaba la mayoría de los hombres eran vanidosos y quejumbrosos, peor que cualquier dama.

— Entiendo — fue la escueta respuesta del General, ambos seguían de la mano.

Mientras caminaban por la sección masculina, Marjory hablaba explicando una que otra cosa y Tristán aportaba sus propias ideas, la ropa estaba también por secciones, casuales, elegantes, pijamas, ropa interior.

Incluso él se sorprendió de ver algo diminuto que creyó sería más apropiado para las mujeres, pero ante sus ojos vio como algunos hombres mayores los adquirían, comentando lo cómodos que eran los calzoncillos.

Luego estaban los bóxers, esos que eran mucho más buscados por los jóvenes.

Entonces los accesorios estaban disponibles, como billeteras, muy elegantes desde el punto de vista de un noble, hasta algo económico, aunque agradables a la vista para los jóvenes plebeyos.

Los maniquíes tenían incluso ropa elegante que sólo había visto por su esposa y ropa casual que eran agradables a la vista.

— Bueno, tal parece que no requieres mi ayuda, todo el negocio es muy próspero y esta perfectamente equilibrado — murmuró atrayendola hacía él, dándole lugar a unos jóvenes que estaban mirándola como tontos.

Esos malditos pantalones eran la muerte para Tristán en esos momentos.

— Bueno, gracias por tus palabras, es bueno saber que te ha gustado, ¿alguna sugerencia? — Marjory preguntó guiandola a la zona VIP en ese momento.

— Sí — Tristán miró la zona, era pequeña y habían aún algunas personas — usan el segundo piso como zona VIP, atiende ahí a los clientes importantes y el estado de "Importante" será mejor remunerado — expresó.

Marjory tarareo pensativa, ella asintió tomando en consideración a su esposo — Bueno, tienes un punto, los trajes más caros podrían estar en ese lugar también — murmuró la pelirroja.

Tristán asintió.

Ambos se acercaron a ver algunas revistas que habían sido colocadas para los clientes con algunos diseños de vestidos que aún no estaban en exhibición, aquello era para ver si habían pedidos previos.

Algunas nobles habían tratado de llamar a los sastres y costureras de Libender para hacerlos suyos, más estos se rehusaron, todos eran leales a Marjory, por lo que las damas habían terminado yendo a Libender para ver la variedad.

Habían muchos estilos de vestidos que con rapidez habían entrado en su armario, claro que los diseños exclusivos eran los más caros, porque tenían que pagar para que nadie más pudiera usarlos, y con ello, Ignacio redactaba un contrato con la suma registrada para que Libender accediera a hacer este tipo de vestimenta.

Esa era una de las razones por los que algunos habían visto a Marjory, ella siempre que visitaba la tienda llevaba atuendos únicos y nunca estaban a la venta a menos que ella lo dijera.

Habían modelos similares, como los pantalones que algunas chicas compraron, pero no todos lo usaban con la confianza que ella tenía.

Lα Lεccισ́и dε lα SαитαWhere stories live. Discover now