15. Los sellos de la mente emocional.

389 45 6
                                    

Los recuerdos y las posibilidades son siempre más terribles que la realidad.
H.P. Lovecraft.


   Él estaba alejado definitivamente de cualquier tipo de emoción pero ahora podía percibir en su interior la profunda  y terrible angustia del capitán de la Enterprise

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



   Él estaba alejado definitivamente de cualquier tipo de emoción pero ahora podía percibir en su interior la profunda  y terrible angustia del capitán de la Enterprise. Se lo había advertido, pero Jim Kirk lo había ignorado y lógicamente ahora estaba preso de un vulcano  en su esencia más instintiva.
   Los empalagosos conflictos emocionales no eran de su agrado. Sin embargo, tenía que intervenir o S' chnn T'gai Spock rompería el vínculo que los unía, y no podría asegurar la integridad física del capitán de la Enterprise.
       Salió del camarote que compartía con James T. Kirk hacía su actual ubicación. Su dolor de cabeza creció de forma exponencial, S' chnn T'gai Spock atacaba sin parar la barrera que él había colocado para proteger la mente del capitán de la Enterprise.  Sutterein cerró los ojos, y se apoyó en la pared del pasillo, comenzaba a sentir como la "locura" de S' chnn T'gai Spock infectaba su mente haciendo hervir su sangre.
    —Director Sutterein, ¿se encuentra bien?
    Sutterein abrió los ojos y lo que miró reflejado en los ojos de M'Benga fue un golpe para su orgullo. Ya no era un lógico vulcano sino una especie de animal enjaulado.
    —Vaya por el doctor McCoy y T' Rhea.
    M'Benga asintió y salió corriendo en dirección al ala médica. Sutterein respiró profundamente y utilizó las enseñanzas de sus ancestros para controlar sus emociones. Él era un ser lógico. Un vulcano. Él era V' Listralk Sutterein.


    
   James Tiberius Kirk, capitán de la nave insignia de la flota estelar estaba en problemas, lo cual no era una novedad dada la naturaleza de su trabajo pero está vez debía admitir que se lo había buscado; Sutterein se lo advirtió

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


   
   James Tiberius Kirk, capitán de la nave insignia de la flota estelar estaba en problemas, lo cual no era una novedad dada la naturaleza de su trabajo pero está vez debía admitir que se lo había buscado; Sutterein se lo advirtió. Tenía que pensar en una manera de salir de esta, pero no podía pensar con claridad; su mente era un lugar de lucha también entre el Spock de este universo y Sutterein.
    Justo ahora-que sus huesos comenzaban a crujir por el agarre de Spock-deseó tener la fuerza física de un vulcano.
     —Spock, vamos podemos hablar de esto —dijo Jim tratando de no mostrar el dolor que sentía, sin embargo Spock parecía no escucharlo, seguía aumentado la fuerza de su agarre al mismo tiempo que la intromisión en su mente. En cualquier momento tanto sus huesos como la barrera de Sutterein que protegía su mente se romperían.
     —¡Ya tuve suficiente! —gritó Jim, y de forma sorpresiva, de un solo empujón mandó al otro extremo de la habitación al primer oficial de la Enterprise.
     Jim se levantó y miró sus manos mientras pensaba de dónde había salido toda esa fuerza. No obstante en un instante volvió a ser arrojado a la cama.
     —¡Eres mi T'hy'la, y aún así te vinculaste con otro! —rugió Spock.
     —¡Nunca se lo dijiste! ¡Los humanos no somos telépatas!
     Spock se detuvo, y ahora su mirada lucía confundida:
      —¿Él? ¿Quién eres tú?
      —Es una curiosa historia que puedo contarte si me sueltas. —dijo Jim esperanzado, pero en un instante la mirada de Spock se llenó de ira, y la dirigió hacia la puerta que se abría.
    Sutterein estaba ahí; su rostro estaba impasible, no revelaba sorpresa, ni enojo. Jim se sintió  incómodo cuando sus miradas se encontraron.
       —Yo... solo.
       —No se disculpe, capitán. Sus acciones fueron de cierta manera lógicas.
       —¿En serio?
       —Sí, usted es un humano, y basado en su historia tienen tendencia a hacer cosas estúpidas.
       —¡Oye!
     Sutterein dejó de prestarle atención, y la dirigió a su congénere; podía leerle la mirada y ver el peligro reflejado en sus ojos.
         —S' chnn T'gai Spock —lo llamó, esperando que se calmara aquella extraña agitación que sentía en la sangre—, somos seres lógicos, somos vulcanos.
          Spock liberó a Jim y avanzó hasta Sutterein. Esté último apretó los puños al oler el aroma del capitán de la Enterprise en Spock. Se repitió que esta no era su realidad, que él no estaba vinculado con James T. Kirk pero ya no conseguía del todo ver la línea divisoria.
          —Lo somos. —contestó Spock, y añadió—, así que lógicamente propongo un kal-if-fee.
          Sutterein dirigió su mirada al capitán de la Enterprise. <<¿Iba a luchar a muerte por este humano?>>. Recordó su primera noche en la tierra, y reconoció que en esta ocasión la opción lógica era la violencia.
         —Acepto.
         Y al decirlo todo sucedió como una cadena de fatalidades inevitables. La lucha, el olor de la sangre de su contrario y el deseo de matarlo. Los gritos, el sentimiento de entumecimiento y luego la inconciencia.
        Los vulcanos  no tienen la capacidad de soñar pero tenía que  haber una explicación científica para lo que ahora veía:
      Tenía la apariencia física de un infante, y sostenía con fuerza la mano de una mujer humana que discutía con un grupo de vulcanos.
         —La composición genética de Sutterein es de un 97% de un vulcano, lo lógico es que crezca como lo que es.
        —¡Sutterein es mi hijo y debe crecer a mi lado!
         —A pesar de ese 3% que comparte contigo, Sutterein es un V' Listralk, no dejaremos que su potencial sea desperdiciado.
       —¡No, es mi hijo! ¡No pueden separarme de él!
       —Podemos ahora que Suiten está muerto.
  Al despertar  Jim Kirk estaba sentado en una silla, junto a su cama. Era la primera vez que lo vio mostrarse sorprendido.
      —¿Tú madre es humana?
      —Mis familiares solo me dijeron que mi padre y madre habían muerto pero nunca hablaron de la naturaleza de mi madre.
       —Supongo que te sientes asqueado.
       —No.
       —Pensé que te eran repulsivos los híbridos como Spock.
        —No es así, —dijo Sutterein mientras observaba como Jim jugaba con un nódulo de silicio, y después de un momento, prosiguió más seriamente—, la existencia de S' chnn T'gai Spock es irrelevante para mí.
        Al escuchar esto el capitán de la Enterprise hizo añicos con las manos el nódulo de silicio.
       —Un desperdició de un nodo de silicio con una masa de...
       —Sí, una masa de más de 30...
       —Por lo tanto imposible de romper incluso con la fuerza de un humano adulto.
        —No puede ser.
         —¿Capitán, deseó tener la fuerza de un vulcano?
        —¿Cómo lo sabes?
        —Estamos vinculados sé lo que piensa, y creo que es lógico probar todas las opciones aunque parezcan "inverosímiles o demasiado fáciles".
         —Sí, supongo que no hay nada que perder.
         Sutterein asintió.
         El doctor McCoy estaba por abrir la puerta cuando escuchó a su capitán decir, <<Deseo que Sutterein y yo volvamos a la realidad>>, instantes después, su mundo se desvaneció como el sueño que era.

Sinestesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora