I

58 10 2
                                    

en el edificio más alto de la ciudad, se encuentra jeonghan, en el balcón con la mesa que da a la mejor vista, a su lado derecho está wen junhui, un modelo en ascenso, proveniente de una de las familias más ricas y respetadas de ciudad, y a su izquierda, nada más y nada menos que xu minghao, apodado como el príncipe, hijo de dueños de una cadena de casinos, toda una celebridad por excelencia. el viento golpea su rostro dejándole la nariz enrojecida por el frío en aquella altura, que se mezcla con el enrojecimiento por la gran variedad de bebidas alcohólicas que ingirió, demasiado costosas para saber sus nombres. esta es la vida que merezco, piensa.

vestidos cortos y apretados danzan en la pista, joyas con sus piedras brillan con el contacto de las luces, esta es la vida que merezco, se repite. jun se levanta y jeonghan lo sigue con la mirada, es fascinante, la cadena alrededor de su cintura es sublime; camina como si de la pasarela se tratase, el pantalón acampanado aletea con gracia al ritmo de sus caderas y sus pasos firmes haciendo presencia. jeonghan quiere estar ahí, bailando en trajes pequeños y costosos, con esa seguridad como si el mundo estuviera en sus manos, con joyas en el estómago como jun, con los abrigos más exóticos sobre sus hombros como minghao. quiere estar ahí, quiere llegar ahí.

—¿quieres probar lo que nos trajiste? —ofrece minghao a su lado.

jeonghan no tuvo tiempo de dar una respuesta, minghao le tira una bolsa de plástico pequeña, con polvo rosa dentro.

—asegúrate de tener la decencia de que cuando te lo tires no sea en público.

—tú como siempre tan amable, minghao —le responde jeonghan con ironía.

toma la pequeña bolsa de plástico y se dirige a los baños.

***

puede sentir el calor que emana su cuerpo salir de él, puede verlo evaporarse, intenta atraparlo y ríe. jeonghan es una mezcla de pensamientos desordenados y excitación, quiere más, necesita más.

deja de bailar para ir en busca de minghao, demasiado apresurado para avisarle a las chicas con las que bailaba, que se iba. recorre cada rincón y nada, no encuentra a minghao por ningún lado, recuerda haber visto a jun en su mesa, se dirige para preguntarle.

—amor —lo llama jun cuando lo ve—. ¿dónde has estado?

—buscando a minghao.

jun se burla y jeonghan no está en condiciones de ofenderse.

—lamento informarte que se marchó hace un rato.

jeonghan se queja para sí mismo, se sienta a un lado de jun sin saber exactamente qué hacer, está bajando y no quiere tener que soportarlo. jun pasa sus largos dedos por su nuca, jeonghan se estremece y se acerca más, apoya su cabeza en el hombro de jun. la mano habilidosa de jun juega por todas partes que tiene alcance. pequeña mierda rica, piensa jeonghan, recuerda que es un prodigioso pianista.

—¿tienes dulces para mí? —le pide a jun, inseguro.

—no, amor —dice con falso lamento—. minghao se llevó todo con él.

—¿no te puedes conseguir más?

—claro que puedo —la sonrisa que se expande lentamente en el rostro de jun, le hace sonreír también—. pero no lo haré, tienes que tener más autocontrol, amor, no queremos que lo sepan, ¿o sí?

la sonrisa de jeonghan cae y la de jun permanece intacta, como el gran idiota que es. la mano de jun cae y le guiña un ojo.

jeonghan sabe lo humillante que puede resultar a veces esta extraña amistad, minghao y jun le dejan bastante claro que no es uno de ellos. aunque no es todo completamente personal, ya que ser un par de víboras es algo que está incrustado en ellos. recuerda a minghao con su cara recta, ojos duros y vacíos, diciéndole a jun lo muy gordo que se veía, sabiendo sobre su anorexia, sus desmayos en el set y los trabajos que perdió por estar asquerosamente flaco, en cuanto jun tuvo una pequeña mejora, minghao se encargó de derrumbarlo otra vez. no los puede culpar por completo, de cierta manera, aprendieron a sobrevivir así, si no quieres ser pisado, tienes que hacerlo tú.

—bailemos.

y es así como junhui lo arrastra a la pista de baile.

jun es fascinante, siempre es foco de atención dondequiera que vaya, baila de forma tan sensual y desinteresada como si nadie lo estuviera mirando, pero él lo hace, sabe que lo están mirando. jeonghan da lo mejor de sí junto a él, jun lo toca y están consciente del espectáculo intencionado que están dando y le encanta.

el tiempo avanza y jeonghan empieza a desesperarse un poco, es dificil escabullirse cuando junhui no le quita un ojo de encima. aunque podría parecer el gran idiota narcisista que, de hecho sí es, jun no es del todo malo, es un poco sobreprotector con jeonghan, a su manera, pero lo es.

se van a la mesa con un grupo más de personas y es ahí cuando jeonghan aprovecha la situación para salir, miente que va al baño, junhui no podrá seguirlo debido a las personas con las que se encuentra. recorre el lugar en busca de una presa. en una mesa que está dentro del sector, puede ver a unos tipos en traje, no era lo suficientemente exótico como todo lo que se ve aquí, pero definitivamente sí sabían cómo vestir, lo suficientemente aburrido para un rico, que, jeonghan puede olfatear, a negocios se dedican. se mantiene dando vueltas por ahí para sutilmente llamar la atención de alguno.

—nunca te había visto antes —alguien le habla al oído desde su espalda.

jeonghan se gira y definitivamente le gusta lo que ve. no se da cuenta que no respondió a lo que sea que el hombre dijo, se quedó atrapado analizando lo que veía enfrente. un hombre fuerte, con una postura confiada que sabes que solo es posible conseguirla porque fuiste criado para el poder.

—me preguntaba de dónde salió este bonito nuevo amigo de wen junhui, ¿colegas del modelaje?

jeonghan ríe falsamente de forma coqueta al cumplido tan básico y se acerca lentamente, humedece sus labios cuando está seguro que está mirando su boca, para retroceder y bailar, esperado que este tipo venga por él. no tarda mucho en unirse, no hay tanto contacto como a jeonghan le gustaría, bailan cerca, pero no lo suficiente, hay pequeños roces, pero no es suficiente. está comenzando a aburrirse así que tuvo que tomar medidas por, literal, sus propias manos. apega la espalda a su pecho y toma ambas manos del hombre para ponerlas en su cintura, el agarre no es fuerte, pero si es firme.

—¿no tengo un nombre? —pregunta mientras pasa sus manos debajo de la camisa de jeonghan.

—jeonghan.

el hombre tararea mientras jeonghan pone la cabeza en su hombro.

—choi seungcheol.

no pregunté, se tienta jeonghan a responder.

las cosas se calientan y jeonghan arrastra a seungcheol a un lugar más privado, entre besos y toques, seungcheol lo toma brusco del cabello y jala, jeonghan gime, siempre siendo tan dócil, sobre reaccionando para inflar su ego, seungcheol está enloqueciendo y jeonghan está seguro que seungcheol lo tomará, así que decide soltarlo:

—si traes un color, puede que te deje aspirarlo sobre mi.

seungcheol se detiene en seco, se aleja y se ríe sin humor, jeonghan está confundido, no entiende que está pasando.

—no, gracias.

—no seas aburrido —dice intentando tocarlo nuevamente.

—no pago por sexo, niño —dice alejándose y arreglándose la ropa para irse—. quien iba a pensar que el nuevo amigo de los chinos se vende por unos gramos.

jeonghan nunca en su vida se había sentido tan humillado.

—¡¿quién te crees que soy maldito imbecil?! —intenta defenderse—. no puedes estar hablando en serio, eres un idiota aburrido que no diferencia sexo divertido con venderse por sexo —dice sonando para nada convincente.

seungcheol se ríe sin gracia y se va, dejando a un jeonghan furioso y humillado atrás.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 05, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

taking sips of pink [jeongcheol]Where stories live. Discover now