Epílogo - Cinco años después

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“Te dije alguna vez. Por qué te escogí. Ya me conoces. observé, investigué. Al igual que los demás eras fuerte, rápido y valiente. Un líder nato. Pero tú tenías algo que los otros no. Algo que solo vi yo. ¿lo adivinas…?; Suerte…. Estaba equivocada…”

En una noche tranquila en Luna Brillante, una noche como todas desde que terminó la guerra con Hordiano primero hace cinco años. Una noche que marcaría un antes y un después. Adora se encontraba profundamente dormida a lado de Catra. Cómo noches pasadas ambas dormían abrazadas en paz y armonía. Pero esa noche algo estaba pasando en la mente de Catra. Una experiencia, una sensación que sería nueva para ella o tal vez un recuerdo.

—Ains… — me levanté de la cama con un fuerte dolor de cabeza. No entendía porque estaba pasando esto, me pare de la cama caminando hacia el balcón. Abrí ambas puertas de cristal y me senté arriba del balaustre mirando la luna. No sabía porque lo estaba haciendo, no me sentía yo misma.

Melog notó la presencia de Catra caminando hacia el balcón, a pesar de estar conectado a ella y a sus emociones. Aquella noche el ser la miro con curiosidad. A la mañana siguiente cuando Adora despertó. Miro a su amada dormir profundamente a sus anchas.

—Hey… despierta dormilona. — río entre dientes la rubia para acercarse a ella y despertarla con un beso.

—Hola Adora. — se estiró erizando todo su cuerpo para acomodarse mirando a Adora. — ¿Descansaste? — pregunto después de mover los cabellos del rostro de la nombrada.

—Dime tu. — volvió a reír. — si no fuera porque la cama es demasiado grande para ambas ya me hubieras tirado de una patada.

—¡Cállate! — tomo una almohada y la aventó a la cara de Adora. La nombrada solo se limito a reír mientras movía la almohada a un lado de ella. Ambas se miraron fijamente unos segundos. Cerciorándose que no fuera un sueño del que pronto tendrían que despertar. En eso Melog salto a los pies de Catra.

—Parece que alguien tiene hambre. — la morena acarició al felino. Al cabo de un rato ambas se levantaron de la cama, se cambiaron y salieron de la habitación. Al caminar por los pasillos se toparon Glimmer que también ya había salido de su habitación. Cabe destacar que sus habitaciones estaban a unos pasos.

—Buenos días Adora. Hola Catra. — las nombradas regresaron el gesto caminado hacia Glimmer que en sus brazos cargaba a una hermosa bebé de apenas un año de edad.

—Buenos días Glimmer. ¡Hola bonita! Cómo está hoy. — la rubia se agachó al nivel de los brazos de la pelirosa, haciendo muecas y haciéndole cosquillas, la pequeña en brazos respondía a los arrumacos; por su parte Glimmer también disfrutaba el momento.

—Que hermosa niña. ¿cómo dijiste que se llamaba? — dijo Catra uniéndose al momento. Pero aquel momento no duró nada, las miradas atónicas de ambas chicas se concentraron en la felina. — ¿Qué? — pregunto al sentir la mirada de ambas.

—¿De que estás hablando Catra? — pregunto.

—Por supuesto que lo sé brillitos. — bufo con su tono molesto. — Se llama Angella como tu madre.

—Perdona a Catra. Glimmer. — Adora trato de calmar los ánimos. — Aún está un poco dormida.

—Estoy listo Glimmer. — la voz del maestro arquero salir de la habitación hizo olvidar aquel momento incómodo. — ¡oh! Hola Adora, hola Catra. Melog — levantó su mano derecha saludando a las presentes. Acto seguido ayudo a su esposa a cargar a su hija.

—Bow… otra vez te tardaste por culpa de ese bigote. — bufo molesta la reina. Ya hace unos meses se le había metido la idea de hacerse un bigote, pero para su pequeña hija ese bigote era curioso y cada vez que tenía oportunidad lo tomaba con mucha fuerza.

—¡Basta! ¡Basta! ¡ Glimmer ayúdame! — exclamó de dolor el moreno. El pasillo se inundo de risas. Aquel momento incómodo había desaparecido. Cuando la pequeña soltó el bigote de su padre todos se dirigieron al comedor; era casi medio día. El resto del día transcurrió normal; con mucha tranquilidad pero al caer la noche. Catra volvió a levantarse a la misma hora haciendo lo mismo que la noche pasada. Pasaron los días y aquellas irregularidades se hacían más notorias. No solo de noche, si no ya durante el día. Había veces que Catra se perdía en su mirada, no podía recordar momentos, nombres, ni rostros. Confundía las cosas. Una noche de luna llena y mucho viento Catra volvió a hacer lo mismo de hace noches pasadas; camino hacia el balcón dejando ambas puertas abiertas. El fuerte viento fue suficiente para despertar a Adora.

—¿Catra? — la nombrada alzó la mirada, aún dormida alcanzo a ver a su amada sentada arriba del balaustre sin hacer nada. — ¿Catra estás bien?. — se levantó de su cama caminado lentamente hacia la ella. — ¿Catra? — al oír la voz de Adora está volteó a verla. Adora se pasmo, no podía creer lo que estaba viendo, la luz de la luna reflejaba una mirada de dolor y sufrimiento en ella. Esa no era la Catra que conocía. — ¿Amor? Estás bien. — no obtuvo respuesta de la morena, está camino sin decir palabra pasando de largo a su pareja volviendo a la cama para caer profundamente dormida. A la mañana siguiente Catra despertó como lo hacía siempre; erizando su cuerpo.

—Hola Ado… — me sorprendí al no ver a Adora a mi lado. — ¿Adora? — dije de nuevo está vez un poco alto, era raro cuando se levantaba más temprano sin avisar. Hundida en mis pensamientos el maullido de Melog me hizo volver a concentrar. No me había dado cuenta que estaba en mis pies mirándome extrañado.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2022 ⏰

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