Operación ceniza

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“He perdido la cuenta de cuántas veces he escapado de Adora y sus patéticos amigos, estoy empezando a hartarme. Hordak no ha salido de su “nuevo laboratorio” solo se la pasa encerrado, esto es patético, esto es cansado, esto no es vida… Pero ¿Qué estoy diciendo? Soy la líder de todas las bandas del desierto Carmesí, soy la jefa. Yo soy Catra.”

Catra caminaba hacia el puente de la nave de Mara hundida en sus pensamientos ignoraba a todo subordinado que la saludaba al pasar. No había estado concentrada en los últimos días; la falta de sueño y las constantes pesadillas estaban pasando factura a la felina, su rostro demacrado y las grandes ojeras era el precio que debía pagar por sus acciones.

—¿Jefa? — hablo “Kyle” detrás de ella.

—¿Qué quieres? — respondió tajante sin prestarle atención.

—El ha salido…

Abrió aún más sus ojos. Ella sabía perfectamente a quien se referían con “El”. Rápidamente dio media vuelta empujando a aquella chica mitad cabra corriendo hacia la habitación. Al llegar recobró la postura, apretando el botón la puerta se abrió.

—Me han dicho que haz salido de tu encierro — empezó la felina recargada en el marco de la puerta cruzada de brazos. La habitación estaba completamente a oscuras aún así ella sabía que Hordak estaba allí.

—Lealtad, obediencia, resistencia. Son las palabras que tienen recompensas. — Hordak salió hacia la luz mostrándolo seguro de sí mismo — Y tu capitán de la fuerza Catra haz demostrado tener.

—Es un chiste verdad… — dijo después de reír burlonamente —¿Yo. Capitán de la fuerza? — volvió a reír con soberbia — Por si no lo sabes… no tienes nada — rápidamente su tono de voz cambio a un tono de odio y rencor — No tienes un ejército, no tienes un plan y no tienes a Entrapta.

Eso último hizo enfurecer a Hordak pero recobró la postura mirando a Catra con seguridad — Parece que aún no lo comprendes — saco un dispositivo, era el dispositivo de Entrapta — Entrapta cumplió con su deber y mi señal fue captada.

La felina no daba crédito a sus palabras. Tomo el dispositivo de las manos de Hordak. Tenía que verlo con sus propios ojos. — Estarán aquí en diez minutos — en efecto, la pantalla mostraba un punto mediano acercándose hacia su posición a toda velocidad.

—¡Jefa Catra! Un objeto de acerca a toda velocidad — interrumpir aquella chica lagarto. Ambas salieron hacia el exterior de la nave dejando a Hordak en la habitación. La noche ya había caído, el cielo estaba despejado y las estrellas brillaban a excepción de una.

—Es la nave — dijo Hordak detrás de Catra. Del cielo una nave de gran tamaño aterrizó cerca de ellos. En cuestión de minutos un pelotón de soldados hordeanos formaron una fila. — Entremos capitán de la fuerza Catra — ambos caminan hacia la nave mientras los soldados reverenciaban a Hordak. Al llegar al centro de la nave alguien ya los estaba esperando. — El ha llegado, el capitán supremo de la fuerza está aquí. — Catra quedo sorprendida por un momento, todo lo que Hordak decía por días resultó real.

— Aproxímate — ordenó Hordak al ver a la chica estática, Catra camino hacia Hordak y al otro individuo.

—Ahora ¿Qué pasará?

—Atacaremos. Capitán de la fuerza Catra. La horda sacudirá Etheria y a su patética rebelión. Dime Catra ¿Cuál es el origen de su fe?.

Una sonrisa se dibujó en ella — She-Ra.

—Correcto… está presencia, este androide del capitán supremo de la fuerza es un gran honor. Un honor que quiero compartir con mi más leal soldado.

El androide volteó hacia ellos. — General Hordak. La operación ceniza está apunto de empezar. Tú eres una herramienta que ayudará a traer a el emperador. Escucha a mi androide el te mostrará el objetivo.

—¿Ese es el capitán supremo de la fuerza? — la felina apunto irónicamente a punto de reírse cuando el androide se acercó a ella tomándola del cuello casi asfixiándola.

—No estás autorizada a esa información — el androide la empujó, Catra cayó al piso apoyándose de su rodilla tosiendo e intentando recuperar el aire.

—Esa información puede esperar capitán de la fuerza Catra. Por ahora… estos son tus objetivos. — le entrega un dispositivo móvil — Son objetivos que ya estás familiarizada. Ve capitana. Haz lo que sabes hacer.

La felina salió de la nave aún intentando recuperar el aire, una vez lista miró el dispositivo. Su objetivo era un cristal oscuro escondido en el extremo norte. Catra frunció el seño al saber que tendría que volver a ese lugar helado, pero no había opción; tenía una misión que cumplir y una vez más mostrar su valía. Un transporte ya le esperaba, tomo su abrigo, una mochila y zarpó hacia el extremo norte.

Estas naves del capitán supremo de la fuerza eran rápidas y más modernas no como las viejas naves que tanto estaba acostumbrada. El viaje fue rápido, tardo la mitad de tiempo como era habitual. Bajo de la nave en su atuendo contra la nieve caminando hacia la abandonada base de la horda. Al entrar el silencio invadió el lugar. Todo estaba a oscuras. Con toda la tranquilidad saco una linterna iluminando su caminó, el dispositivo le marcaba la posición del cristal. Tenía todo el tiempo del mundo para buscar hasta que un ruido la alertó.

—“Maldita sea” — se dijo a si misma refiriéndose a Adora, otro ruido la tomo por sorpresa; está vez se escondió detrás de una caja y cuando fue el momento dio un salto hacia el lugar del ruido. — ¡Te tengo! — golpeó una pequeña caja. De ella un pequeño mamífero salió corriendo despavorido. — Solo es un tonto animal — suspiro de alivio, recobró la postura pero antes de seguir su camino un objeto atrajo toda su atención. Era el cristal. Un cristal tan oscuro como la noche y del tamaño de un casco hordeano.

Se agachó para tomarlo. Era la primera misión donde Adora y sus amigos no lo echaban a perder y eso le confortaba, con el cristal en sus manos volvió a su nave emprendiendo el regreso a casa.

(…)

—Aquí está tu cristal. — puso el cristal con rudeza en la mesa de Hordak — ¿Ahora cuál es el siguiente paso?.

—Reúne a toda tu gente y a los supervivientes de la zona del terror, es hora de demostrarle a Etheria el poder de la horda. — la felina acento por hecho la orden saliendo de la habitación. Tras horas de formación todas las bandas del desierto Carmesí y los hordeanos restantes esperaban ansiosos en el lugar indicado, un cráter donde había muchos huesos.

(…)

—Esto esta mal — intuyo Huntara observando desde lo lejos junto con Swift Wind. 
—Hay que atacar — exclamó el corcel extendiendo sus alas.
—No… esto apenas está comenzando — Huntara observó cómo varios satélites en cadena apuntaban al cráter. — Hay que avisarle a Adora — montó al caballo volando a toda velocidad a Luna Brillante.

(…)

—Jefa Catra ¿Qué ocurre? — pregunto “Kyle” percibiendo el peligro. — Esos son los aparatos que tu gente construía con una piedra.

—No lo sé — respondió la felina — No sé que ocurre. Hordak dijo que necesitaba ese cristal para la operación ceniza. Pero… No dijo para que era, ni el blanco. — rápidamente una explosión de ira se apoderó de Catra, una vez más había sido utilizada por Hordak. — Reúne a todos y salgan lo antes posible de aquí — la felina corrió como nunca lo había hecho hacia la nave espacial. Sabía que Hordak estaba allí. Al llegar no le importó derribar la puerta.

—No le mandé a llamar capitán de la fuerza Catra — hablo Hordak con toda calma.

—Satélites en posición general.

—Excelente — le respondió a su oficial. 

—¡Ellos son el blanco! Pero ¿Porqué? — su voz era preocupante.

—Uno de ellos. Si — respondió mirando los satélites sin prestarle atención a Catra.

—¡Pero ellos nos ayudaron cuando lo necesitamos. Ellos te ayudaron! ¡Son leales a la horda! — Catra trato de persuadirlo pero Hordak estaba decidido.

—El capitán supremo de la fuerza así lo ordena, purgaremos este desierto y otros puntos. El miedo se propagara y Etheria recordara que la horda tiene el control.

El ambiente se volvió pesado — ¡Este es nuestro hogar ahora! — la felina apunto al desierto, su voz se estaba quebrando sabía perfectamente que iba a pasar.

—¡La horda es nuestro hogar! — tomo a Catra de la barbilla haciendo que volteara a ver los satélites — ¡y haremos lo que ordené el capitán supremo! — soltó a la chica bruscamente. Catra suspiro mirándolo irónicamente a los ojos.

—Yo no sigo órdenes de hombres inexistentes — estaba retándolo, Hordak dio un paso intimidante hacia delante.

—¡Tú. Sigues. Órdenes. De MI! — Catra no cedió ante él. Sus ojos representaban su odio. — Activen los satélites. Ahora — le apunto a su oficial. Este dio la orden a control. Hordak ignoro a Catra que ahora se encontraba desesperada.

—No… ¡Nononono! — corrió hacia el ventanal. Los satélites ahora encendidos dispararon un potente rayo color naranja hacia el cráter. Los gritos despavoridos podían escucharse casi por todo el desierto.

—Debes ir a Dryl de inmediato. Entrapta posee otro cristal. Es tu único objetivo. Eso es todo… — Catra estaba en shock; no daba crédito a lo veía — Eso. Es. Todo. Capitán de la fuerza Catra. — Hordak se puso delante de ella, la mirada de la felina volvió a llenarse de odio pero aún así cedió, dio media vuelta ignorando a Hordak.
Hordak sabía que aún podía controlar a Catra pero ¿Hasta qué punto?.

(…)

Dos semanas antes del inicio de la operación ceniza las cosas en Luna Brillante empezaban a ser alarmantes. La noticia de una nave espacial estrellada se recorría tan rápido como la pólvora, era cuestión de tiempo que la noticia llegará a oídos de la Horda.

“¿Dónde…? ¿ Dónde estoy?”

Desperté aturdido, no podía moverme, al principio me alerte pero en cuanto me revise note las vendas y gasas cubriendo mi cuerpo.

—¡Despertaste!

La voz de una chica rubia me tomo por sorpresa.

—¿Quién eres tú? ¿Qué es este lugar. Dónde está Mara?

—Mara… Mara se ha ida. Me llamo Adora, soy la nueva She-Ra. — La mirada de aquella chica se volvió triste — Hay muchas cosas que quiero preguntarte. ¿Quién eres tú y cómo sabes de She-Ra?

—Me llamo Breyton…

Nuevo capítulo señores!!! Está vez la horda viene con todo. Estoy emocionado por este capítulo, use un par de referencias y encajan perfectamente con la trama. El próximo capítulo estará intenso. ya estoy con el escrito. Mensajitos... Sugerencias

El principio del finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora