[Misión]

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En un cuarto tapizado de rojo volaban las telas, algunos zapatos eran arrojados con veracidad, nuestro protagonista peli blanco sintió como uno de esos zapatos pesados de madera impactó justo en su frente, si había sido golpeado y no por cualquier persona, no por cualquier chica. Sino por esa linda rubiesita que todavía tenía el descaro de ir a molesta he interrumpir en el escenario.

Sin embargo ella no dijo nada, ya habían pasado unas 7 veces que el iba y la solicitaba pero esta siempre terminaba ignorandolo, le miraba de pies a cabeza, se giraba y se iba caminando con descaro detrás de un telón.

Podría jurar que ese era el patrón hasta que, si, ahí estaba esta vez levanto su ceja y eso le permitió ver sus hermosos ojos amarillos con más claridad.

Puede que sea un poco fea pensó internamente Uzui pero eso no le importaba, en todas las parejas que había conseguido antes.

¿Será su maquillaje, o esos cachetes pintados de rojo intenso?.

Se preguntaba cómo era su cara sin maquillaje, seguro se vería igual de bien o hasta mejor sin el.

-Uzui san!- Corria Suma de un lado a otro advirtiéndole donde se encontraba ahora. -Perdone, nos perdimos cuando veníamos para acá. Lamento que haya estado esperando por nosotras tanto tiempo-

-¿Tanto tiempo?, me sirvió para conocer el lugar. Además no es tanto, que bueno que llegaron.- decía mientras se rascaba la cabeza.

Seguido de ella llegó una rubia y otra de coleta y kimono lila.

-Que alivio, te lo dije.-

La rubia le dio un golpe seco y regaño.

-Sino hubiera sido porque nos diste mal las indicaciones nada de esto hubiera pasado, ¡Suma!.-

La pequeña solo sonaba su cabeza y pedía disculpas sin parar.

-Cambiando de tema.- hablo más calmada la chica rubia.

-No es bueno que este aquí Uzui-San, ¿Sabe que es este lugar?. Además parece que un borracho acaba de formar una pelea aquí, mire todo esto tirado.-

Uzui veía la ropa que con anterioridad le había tirado esa pequeña rubia enojona que no se dignaba hablar con él.

-Claro, claro. Muy irresponsables.- rasco su nuca, el sabía la razón.

Las chicas lo sacaron como pudieron, le pidieron que rentara una habitación para ellos y que podían irse al día siguiente sin problema a su Aldea, sin embargo notaron raro a Uzui, parecía más ido de lo común y eso que el se destacaba por ser alguien meticuloso.

La noche paso igual, ahora más aburrida que antes, no podía ver que esos cabellos revolviendose mientras tocaba con sus pequeñas manos ese instrumento. Le pareció ver chispas saliendo de tanta fuerza que era aplicada sobre el.

Era las 12 cuando decidió ir a dar un paseo, nada fuera de lo común solo saldría correría un poco para despejar su mente, mentalizando que mañana sería su último día en ese distrito.

Salio del futon, el mismo donde las chicas estaban recostadas y con gentileza las tapó de nuevo.

Las calles de por ahí eran sorpresivamente frías, más que las montañas, le parecía raro pero solo podía deducir, los árboles son más acogedores que miles de casitas apiladas.

Siempre había distinguido por tener buen oído, era parte de su fuerte y su habilidad especial.

Escucho unas pisadas, de la persona que fuesen pero se notaba delicadeza como si las hicieran intentando no hacerlas, algo confuso pero que en la mente de Uzui tenía sentido
Corrió un poco, se acorraló en la pared para no ser visto hasta que logró toparse con una silueta pequeña deambulando por las calles estrechas.

Mi musa, mi mal de amores [Uzui x Zenitsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora