: 01 :

1K 177 48
                                    

Era una noche perfecta para salir de cacería.

Deshacerse de cabos sueltos y personas que le estorbaba se estaba convirtiendo en algo aburrido. Taehyung creyó que pasado un tiempo, la gente empezaría a tomarlo en serio. Obviamente se equivocó.

Si había algo que los criminales tenían en común además de la ambición, era que ninguno de ellos aceptaba los cambios con amabilidad. Cuando alguien nuevo llegaba para robar protagonismo, se aseguraban de dejar en claro su rechazo y no era agradable tratar con ese tipo de idiotas.

La mayoría iba directo al punto: asesinar a un líder de la mafia no era lo más sencillo, pero eso no evitaba que siguieran intentándolo.

Ya le habían advertido que nunca dejaría de haber atentados contra su vida mientras fuera líder, y Taehyung empezaba a cuestionarse sus propias decisiones.

—Hay movimiento —escuchó la voz de Jooheon a través del auricular y prestó atención.

—Jungkook, reporta ubicación.

—Avanzando hacia el punto establecido.

Taehyung movió los dedos sobre la superficie de la mesa y dirigió una mirada a Changkyun, quien esperaba paciente con sus katanas listas reposando contra su pecho. Parecía que el muchacho estaba dormido, pues tenía los ojos cerrados y su respiración era profunda, sin embargo solo un imbécil o alguien que no lo conociera de verdad se confiaría de ese aspecto aparentemente en calma.

—Esto es estúpido —comentó Jimin por encima del hombro de Taehyung—. ¿Cómo se te ocurrió utilizar comunicadores? Ahora parecemos policías. Incluso estamos esperando fuera del edificio dentro de una maldita furgoneta, ¿qué sigue? ¿drones militares?

—Los comunicadores son útiles. Los espías los usan, nos hacen ver profesionales.

—Nos hacen ver patéticos.

—Señoritas, no peleen —interrumpió Jackson, jugando con el teclado de las computadoras para tener una mejor visión de lo que ocurría al interior de ese edificio. Cada monitor proyectaba una imagen diferente de las cámaras de seguridad que habían conseguido hackear.

Taehyung resopló y sostuvo la mirada de Jimin antes de sentenciar:

—Necesito una manera de mantener a Jungkook bajo control. Ya sabe cómo se pone cuando se "emociona" haciendo el trabajo.

—Para eso tiene a Jooheon con él, para que lo mantenga al margen.

—¿Alguna vez has visto que Jooheon lo controle?

Jimin rodó los ojos, pero no dijo nada al respecto.

Hubo un sonido estrangulado llegando desde uno de los comunicadores

—¿Qué sucede? —exigió saber Taehyung.

—Este jodido traje me está ahorcando —gruñó Jooheon.

—Tenías que usarlo o no te hubieran dejado entrar, es una reunión elegante.

—Llena de criminales de alto calibre —se burló Jooheon—, ¿por qué no estás aquí? Según recuerdo, eres el líder de nuestro grupo o algo así.

—No me arriesgaré a ir a reuniones así de obvias. Allí dentro no pasa más que cosas turbias.

—Bienvenido al mundo de la mafia —se burló Jooheon sin gracia.

Jimin negó repetidamente con la cabeza y señaló a uno de los monitores donde la imagen de Jungkook, vestido en un traje color negro exquisito, se movía tras un grupo de hombres.

—Guarda distancia, Kookie —pidió Taehyung con preocupación—, no queremos que sepan que los estamos siguiendo.

—Estaré bien.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 17, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

FAMILY » KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora