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Sus ojos oscuros no podían dejar de seguir la silueta de su nuevo profesor de Historia, por primera vez después de tanto tiempo volvía a sentirse atraído hacia un hombre. Habría preferido que la presencia del adulto le causará nada en particular, siendo mejor verlo solo como el nuevo suplente, nada más que eso.
Pero como bien en su vida todo era una completo desastre, está era otra pata que le salía al gato.

Había tratado de parecer lo menos interesado posible, pero más allá de eso, casi le fue imposible no quitarle la mirada de encima, trato de distraerse lo más posible que pudo, garabatenado en la parte de atrás de su cuaderno o mirando por la ventana, cualquier cosa que no lo hiciera ver cómo el resto de estudiantes, que parecían fascinados con la presencia del hombre de sedosa cabellera rubia.
Pero después recordó que por nada del mundo debía volver a escarbar de aquel lado, suficiente había tenido con el pasado y no quería experimentar nuevamente el sentimiento de impotencia, engaño y repulsión que sintió en aquel entonces.

Él se había mentalizado en dejar el pasado atrás, pero con cada inhalación que daba los recuerdos parecían querer comérselo vivo.

Por esa razón no podía pasar nada con su profesor y quiso seguir con su aburrida y monótona vida como hasta ahora, siendo neutro ante todo, pero su coraza flaqueo cuando aquellos profundos ojos azules conectaron con los suyos. Después se agrietó un poquito cuando surgieron las primeras palabras y se sintió tambalear cuando hubo el primer roce, uno tan inofensivo como aquel contacto entre sus manos.

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𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 𝙎𝙝𝙚𝙚𝙥 ©Where stories live. Discover now