Capítulo [2]

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-vamos! vamos! -

- ve con cuidado клевер, -

-Mamá, Papá los amo -

-Nosotros a ti Riley -

Cada vez más borroso...

-Recuerda клевер, tu eres una No..k todos te temen y te respetan, eres el trébol de la Famila.

Las imágenes se desvanecen por completo.

Abro los ojos, moho, goteras, telarañas. Otra ves esos sueños tan extraños, el soñarme a mi misma con una pareja llamándome y diciendo que me ama es algo que he querido toda mi vida.

Siento como las lágrimas caen por mi rostro ¿serán estos recuerdos? ¿por qué mis padres me abandonaron?. Mi cuestionamiento es interrumpido por Alana.

-hey, ¿que pasa cariño? ¿Porque estás llorando? -

Intento pero las palabras no salen de mis labios.

-denuevo esos sueños, ¿no es así? -

-¿Y si no son sueños? ¿Y si son recuerdos que he olvidado? -

-para saber si eso es verdad hay que averiguarlo - antes de preguntarle que tiene en mente la hermana Aurora entra al sótano.

-niñas buen día, ya tienen que ir a comedor rápido o vendra la madre superiora. - la hermana Aurora es la única que nos trata con cariño, al parecer es a la única que le gusta los niños.

°•°•°•°•°•°•°•°•°

Nos encontramos ya en el comedor haciendo fila para que nos sirvan comida.

-¿y si nos escapamos? -

-Alana, te recuerdo que las carreras ilegales las deje hace mucho. -

-Pero tamb -

-no, menos las peleas -

-Bueno, si no es ninguna por lo menos salir de aquí -

-Como? ¿Telepáticamente? No podemos, Alana, el orfanato está vigilado como si fuese la Casa Blanca. -
Nos dirigimos a una de las mesas más aisladas.

-ya tengo un plan, tu solo ve hoy a la dirección a las 12 pm -

Antes de darle una respuesta tocan el timbre.

-NIÑOS SALGAN! - Alana y yo dirigimos la mirada a las lámparas que se encuentran detrás de nosotras y el color verde aparece en ellas.

El verde es para los niños de siete años para abajo.

El azul para los niños de ocho años hasta los doce.

Y el amarillo para los niños de trece hasta los 17, el amarillo es muy raro verlo ya que las parejas prefieren a los niños más chicos, ya saben por eso de disfrutar su infancia.

—Bien vámonos, tenemos un escape que planear.

Los Hermanos DuboisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora