Tercera parte de Promedio Imperfecto
Dream y George están felizmente casados y tienen dos hijos. Todo parece ir de maravilla. Pero la vida no son mariposas y flores.
Sus hijos entran a la adolescencia y eso les trae más problemas a su vida. Entre e...
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Era el comienzo de una nueva vida. Nueva casa, nuevos amigos, el reencontrarse con sus amores. Todo aquel año había sido muy agitado para todos. Llenos de discusiones, malentendidos, problemas, risas, llanto y sobretodo de experiencias. ¿Si es que se divirtieron aprendiendo? Tal vez no tanto, pero ahora eran más expertos. Y aunque seguirían cometiendo errores, sabían que podían contar con el otro.
Tuvieron que pasar dos años, para que las cosas volvieran a cambiar. Los mellizos tenían que ir a la universidad y cada uno tenía un enfoque distinto. Lizzie estudiaría programación, mientras que Nick estudiaría leyes y ya tenía un buen mentor, ese era Quackity que no dudó en ofrecer su ayuda después de haberse burlado porque Sapnap era más bajo que Nick, aunque Quackity también lo fuera.
—Parece que hubiera sido ayer cuando les mostramos su nueva habitación. Aún me veo ahí pintando las paredes y comprando los juguetes para que sea lo más acogedor para ellos. Míralos ahora. Han crecido bastante y no sé en qué momento dejaron de ser mis pequeños.
—George, siempre serán nuestros pequeños, aunque tengan ochenta años.
—Vas a estar muerto cuando tengan ochenta.
—Uno nunca sabe si es inmortal hasta que se muere.
Sus hijos ya tenían las maletas hechas. Les habían alquilado un apartamento a cada uno, que compartirían con sus amores, así podrían cuidarse entre ellos.
Dream y George descansarían un tiempo de los streams, a cambio subirían vlogs sobre sus viajes por todo el mundo, aprovechando que ya no tenían que preocuparse tanto por sus hijos.
Eran la definición de vivieron felices para siempre, porque los problemas no arruinarían su felicidad.
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Los cuatro estaban en el auto, llevando a sus hijos a su nuevo hogar.
—¿Están emocionados? —les preguntó Dream.
—Yo sí, pero siento que los voy a extrañar —dijo Lizzie, mirando a través de la ventana del auto.
—Tienes a Olivia.
—Eso no significa que ya no me van a hacer falta.
—Les traeremos recuerdos cuando regresemos de nuestros viajes.
