Capitulo 18

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.



Sasuke conducía de regreso a su hogar. Durante todo el trayecto, Sakura no dejó de estar reprochando por marcharse tan temprano, no obstante, él ni siquiera la escuchaba, toda su concentración estaba en la imagen de Hinata parada frente a él... hermosa, indiferente, e inalcanzable para él. Fue evidente su molestia ante el comentario malintencionado que lanzó Sakura y no era para menos, su esposa no tenía porque sacar ese tema en público, ni en ningún otro lugar.

—¿Que demonios te pasa? ¿Porque no respondes?—el azabache apretó el volante ante los molestos gritos de su esposa.

—Es tarde Sakura y debo trabajar mañana—respondió mordaz.

—¿En serio querido?—pregunto con burla—¿No será más bien por la tipa esa? ¿O fue por el interés de Kakashi en ella?

—¿Cual es tu problema Sakura? ¿A donde quieres llegar con esto?—el Uchiha se molestó y comenzó a elevar la voz—¿No crees que tu comentario te dejó como a una persona sin educación? No tenías para que hablar con ella... Hinata no es una amenaza para ti, después de todo, fue ella quien más perdió, tú sigues con lo que siempre tuviste.

—¿Lo tengo mi amor? ¿Estás seguro que tengo todo lo que tenía antes de ser secuestrada por tus enemigos?—estaba perdiendo terreno y no lo podía permitir, entonces lanzó de nueva cuenta el tema de su secuestro. Sasuke de inmediato cambió su semblante y guardó silencio. No volvió a decir nada, ni siquiera cuando arribaron a la mansión.

Sasuke no entró en su alcoba y ella no le cuestionó nada. Años atrás, le costó mucho enamorar al azabache, inclusive cuando se embarazó, él continuaba frío, no obstante, apenas nació la niña y él comenzó a cambiar para bien. A partir de ese día, se dedicó a quererlas a ambas, siendo un hombre ejemplar. Ella se sintió plena hasta que se volvió a embarazar, no es que no quisiera a Taro, pero no contaba con ese embarazo, lo cual le trajo muchas responsabilidades y agotó por completo su tiempo.

Con los meses se sintió frustrada, presa de su familia. Mientras Sasuke se veía cada vez más feliz y hogareño, ella se sentía asfixiada sin poder continuar su estilo de vida. Fue durante una convención médica fuera del país y a la que asistió sola. Luego de la conferencia médica término, se fue a un antro con sus compañeros y fue ahí que conoció a Darui, un apuesto hombre bronceado alto y músculo.

Darui la miro y de inmediato envió una botella con el licor más costoso. Ella lo acepto y levantó la copa en señal de agradecimiento. Luego, todo sucedió sin planearlo. Nunca antes le fue infiel a su marido, sin embargo, estar siendo poseída de manera salvaje en esa lujosa habitación de hotel, la hizo no sentir culpa alguna y también la dejó con ganas de querer más.

Una cosa llevó a la otra y mantuvieron encontrándose en el apartamento del varón durante algunos meses, hasta el día que ella descubrió que Darui era contrabandista y pariente del Raikage, el enemigo de su esposo. Darui se encontraba en Konoha por cuestiones familiares, ya que sus negocios los tenía en Rusia. Llegado el tiempo en que él debía partir, la invitó a irse con él y ayudarlo a liderar el negocio, pues sabía que ella tenía la capacidad de hacerlo. Sakura dijo que no quería perder a su familia, que a pesar de sentirse ahogada, de todos modos no pensaba dejarlos y tampoco podía pedir el divorcio ya que Sasuke le quitaría a sus hijos. La pareja lo pensó y fue como llegaron a la solución de hacerse pasar por muerta.

Las cosas sucedieron tal como las relato, la única diferencia, fue que ella accedió a irse con las personas encargadas de llevarla, dado que ella misma planeo el viaje en el crucero. Darui se encargó de tener lista la nueva documentación de su amante y para cuando la comenzaron a buscar, ellos ya estaban muy lejos. Antes de partir a Rusia, miraron los avances de su búsqueda y cuando estuvo segura que nadie tenía idea de su paradero, salió del país cambiando su aspecto. El varón quedó complacido con la autoridad y el desempeño de Sakura en el negocio, la chica lo hizo ganar millones y las noches estuvieron cargadas de pasión drogas, sexo y alcohol.

No quiero ser ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora