Extra de San Valentín

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Esto es otra línea temporal, es totalmente desligada de la trama principal. 

Gracias por los que están leyendo la historia y... 

¡¡¡Hemos llegado a las 1k de vistas!!! 

Estoy muy emocionada y muy agradecida por todo el apoyo a esta cortita historia. Gracias a muchas personas en realidad. A los comentarios, votos y a las que pidieron el Link por instagram. También a las que llegaron aquí por medio de otras cosas. 

Un beso y Feliz San Valentín <3 

muchas veces. Pocas veces en la vida hay un final feliz, ¿Cómo lo habría si ésta termina con la muerte?

Muchas veces no vemos que hay más después de la tormenta. Porque solo nos enfocamos en pasar el momento. Sinceramente, a mi parecer, hay muchas etapas luego de la tormenta; hay nubes, frío, puede haber réplica de tormenta, al final, cuando ya has completado todo eso, puede que vuelva la calma.

Sin embargo, no siempre es así, no como ahora.

Nosotros estamos pasando una tormenta. Una que no tiene fin. Una que ha vuelto más de una vez. Una en la que sufrimos a cada instante.

Luego de terminar la historia veo en su dirección cerrando el pequeño libro que hice con mi puño y letra.

—¿Cómo te sientes?—pregunto cautelosa.

Él me sonríe con algo de esfuerzo.

—Bien, no te preocupes.

—Sabes que no lo puedo evitar.

Trato de sonreír, pero no sale como lo esperaba. Menos cuando comienza a toser. No puedo contener las lágrimas, no lo puedo hacer, no con mi chico sufriendo.

—Emilio, yo...

—¿Cómo te sientes?—pregunta el doctor interrumpiendo.

—Bien, solo un poco de tos, nada más—responde él.

—Isabela, puedes retirarte, tengo que informarle a Emilio sobre su situación médica a solas.

—Pero, él siempre quiere que esté a su lado—digo, perpleja.

—Bella, por favor—me pide él.

Asiento y me levanto de la silla en la que estaba para ir a darle un beso en los labios que mantiene secos. Después de eso me dirijo a la puerta saliendo de la sala en la que tenían en quimioterapia a Emilio.

Esto comenzó hace unos cinco años, hemos ido a ver a muchos médicos desde entonces. Cuando él comenzó con vómitos, mareos y se ponía cada vez más débil, nos fuimos enseguida al primer hospital que encontramos. Me dolió ver como le inyectaban Dios sabe que en su organismo. Me dolió más cuando después no despertó por días. Tenía miedo, miedo de ver que realmente se podría morir.

Nos dieron el diagnóstico una vez pagamos los gastos de ese hospital. Le dijeron que tenía dos meses de vida, pero no nos rendimos y nos cambiamos de ciudad luego de investigar por internet.

Siempre he estado a su lado, aún cuando él quería que me fuera. Las primeras veces tuvimos muchas peleas cómo pareja por lo mismo. Él tenía miedo de que yo lo dejara y lo lastimara, por eso era quien quería alejarme antes de que "le rompiera el corazón".

Caminé por los pasillos hasta llegar a la cafetería, no me di cuenta que pasé a chocar con alguien y me sorprendió que fuera esa persona.

—Hola, Isabela. ¿Ya dejarás a mi chico tranquilo?

En Otra Vida© ✔Where stories live. Discover now