Extra 3: ¡Oh YoonGi-Hyung!

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— Ya te dije que me voy a encargar de todo, dame tiempo, cielo.

Y entonces JiMin quedó en blanco.

Sus ojos se perdieron, un silencio invadió sus oídos y las puntas de sus dedos se enfriaron, dejó de sentir el tacto de JungKook sobre su brazo, sus mejillas se pintaron de rojo y se paralizó por completo durante unos buenos segundos.

Su mente viajó a ese momento preciso en el que conoció a JungKook, justo cuando ambos recién entraban a la Universidad y se sentaron juntos en la misma mesa durante la charla de bienvenida que dió el comité, cuando sostenía una bolsa llena de gomitas en forma de dinosaurios y, muy amablemente, el menor le preguntó si podía darle una de la bolsa. JiMin no compartía sus gomitas con nadie, pero como se trataba de un chico lindo y de apariencia reservada, cedió, y entre sus dedos sostuvo el dulce en forma del animal prehistórico.

El resto de la charla estuvieron hablando sin parar, tratando de reírse sin llamar la atención del rector, que aunque los veía desde lejos con los ojos entrecerrados, nunca hizo nada para que bajasen la voz. JiMin recuerda haber pensado que JungKook era el chico más increíble de todos, que no había alguien más como él y que sería genial pasar el resto de sus días a su lado, y todo incrementó al enterarse de que serían compañeros de cuarto.

Pero entonces, cuando cierto peculiar moreno aparecía desde lejos, con su sonrisa cuadrada, sabía que JungKook no fue hecho para él.

Fueron incontables las noches en las que JungKook hablaba sin parar sobre lo asombroso que era su mejor amigo y lo mucho que le apreciaba, le contaba esas historias de cuando ambos se metían en problemas durante la secundaria y reía al recordarlas, luego mencionaba lo atractivo que le parecía y, con tan solo escucharlo hablar sobre él, JiMin tuvo dos cosas bien claras:

La primera era que JungKook era el hombre más idiota del mundo, pues claramente estaba perdidamente enamorado de su mejor amigo y no se daba cuenta.

Y la segunda era bastante sencilla: JungKook ya tenía a su persona especial, y él no era nada más que otro personaje secundario en su historia

No le pertenecía.

Por ese mismo hecho decidió ayudarlo y apoyarle justo cuando las cosas iban mal entre su compañero de piso y TaeHyung, darle la espalda era imposible y en el corto tiempo que tenían de conocerse, ese chico de ojos brillantes se había robado su corazón.

Con el pasar de los meses su falso enamoramiento por JungKook se desvaneció, y de su parte, cree que el ser compañeros de cuarto lo ayudó a olvidarse de eso, es decir, había visto a JungKook hacer las cosas más asquerosas sobre la tierra, lo escuchaba roncar en las noches, orinar a un volumen alto bastante preocupante en las madrugadas, vomitar luego de haber bebido en una fiesta, no usar desodorante y mucho menos bañarse a menos que fuese estrictamente necesario, e incluso llegó a encontrarlo mirando porno en el baño que ambos compartían.

Si se lo preguntan, ninguno de los dos quiere hablar sobre ese hecho, así que es mejor dejarlo hasta ahí.

JungKook era su hermano menor, como uno de los tantos que tenía en casa, era su gran cachorro y él su pequeño hyung, así que la idea de enamorarse de él sonaba ridícula en su cabeza.

Y entonces ahí regresó al presente.

Frunció su ceño en rabia, mordió su lengua, formó un puchero en sus labios e hizo de sus manitas dos puños.

¿Quién se creía ese mocoso para hablarle así?

Rápido, alzó su mano libre y le propinó un buen golpe en seco en la nuca a su menor, logrando que este lo liberase de su agarre y pasara a quejarse del dolor. Le enseñaría una lección.

◠i'm gay, jungkook ᵏᵒᵒᵏᵛ o.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora