Capítulo 9

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Lan Wangji se mantuvo rígido, actuando como un mero observador e ignorando sus propias lágrimas.

Wen Qing se había aproximado a Nie Huaisang susurrándole algo en el oído, pero la conexión también la había afectado pues un montón de lágrimas se agolparon en sus mejillas ruborizadas. De pronto, Nie Huaisang levantó la cabeza y observó de pies a cabeza a Lan Wangji antes de volver a concentrarse en lo que Wen Qing le estaba contando.

—Bien, los dejaré a solas. —La mujer se incorporó, comenzando a retirarse de la habitación y se detuvo al pie de las escaleras—. Ambos tienen mucho que conversar.

Tras su salida, Lan Wangji vio de reojo la escalera de caracol, recordando el consejo de Wen Qing minutos antes de entrar al departamento.

«No le gustan las mentiras»

Nie Huaisang carraspeó.

—En verdad eres Lan Wangji. . . —murmuró, apenado—. Por favor toma asiento.

Le indicó con la mano un espacio entre las repisas y la vitrina donde se ocultaba un taburete mediano, un punto intermedio entre ambos. Lan Wangji se dirigió a dicho lugar, sentándose en silencio como si fuera la única opción en esta situación.

—¿Y qué tal estuvo el viaje? —Nie Huaisang limpiaba con un trapo limpio sus gafas como si se tratara de una charla trivial—. Me imagino que los hermanos Wen te habrán contado algunas cosas.

—Dijeron que tenías algunas respuestas.

El hombre acabó de limpiar los lentes, cambiando su gesto ameno a una expresión sombría. Lan Wangji pensó que Nie Huaisang prefería continuar pintando sus abanicos o hablar de algo trivial, en vez de afrontar esta conversación.

—Sí y también sé por qué viniste, Lan Wangji —dejó sus gafas sobre la mesa, cuidándose de no rozar la tinta fresca—: Tienes la misma mirada que tuvo Wen Qing, Wen Ning, yo y otras personas que buscábamos respuestas de algo que sentimos. ¿Sabes de qué hablo?

—¿Del Yiling Laozu?

—Casi, pero él es solo el origen de toda la verdad y la punta del iceberg.

Lan Wangji frunció el ceño, no muy convencido de la respuesta.

—Entonces cuál es la verdad.

—La verdad, ¿qué significa que algo sea verdadero? —se acomodó en el asiento, moviendo un poco la silla giratoria con los pies—. Existen muchos tipos de verdades. Incluso una mentira con algunos elementos verídicos puede convertirse en una verdad.

Nie Huaisang se detuvo, fijando sus ojos avellanos en el muchacho—. ¿Qué es la verdad para ti, Lan WangJi?

—Lo que se ve y se comprueba.

—No, porque entonces no estarías aquí —refutó, convencido—. Lan Wangji tú has venido porque sabes que hay algo mal y raro en este mundo, y eso que has percibido casi toda tu vida te trajo hasta aquí.

—Vine aquí por respuestas.

Nie Huaisang se levantó, pasando tan cerca de Lan Wangji que juró verle una sonrisa taciturna al hombre. El sonido de sus pasos se confundía entre las bocinas de algún vehículo que cruzaba por ahí; Nie Huaisang se detuvo frente a la vitrina de libros.

—Te las daré, aunque tengo mi propia ética al respecto —tras abrir la puerta, se tomó su tiempo para elegir uno de los libros—. Lo que estoy a punto de contarte me recuerda a una vieja historia, ¿conoces la alegoría de la caverna*?

—No

Con su máscara de inalterabilidad en su rostro, clavó su mirada en el hombre, quien había sacado de la vitrina una obra de tapa dura y hojas amarillentas.

Cosmic Love (MDZS) (Wangxian)Where stories live. Discover now