capitulo 2

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Sus amigos no tenían ni la mínima idea de que hacer, por lo que lo único que hicieron en ese momento, fue apagar la música, (para que pudieran pensar tran-quilos), fue ahí cuando se dieron cuenta de que lo que pasaba, pasaba solo en el momento en el que sonaba ese tipo de música, (ya que en el resto de música que probaron no pasaba absolutamente nada).
Pasaban las horas, y no tenían ninguna idea de que había provocado lo ocurrido, ni cómo. Pero llegaba el momento en el que se tenían que ir a sus casas, por lo que seguirían con este tema otro día (si es que podían dormir, sin pensar en lo ocurrido).
Al día siguiente Felipe se despierta con la llamada de uno de sus amigos el cual le dice.
–Felipe despértate, tenemos que averiguar qué fue lo que causo eso, y si lo podemos controlar –.
Él no tenía ganas de seguir con la investigación, ya de por si lo habían levantado temprano, que es algo que realmente detestaba, y encima se tenía que cambiar e ir al lugar en donde su amigo le dijo que lo esperaba, lo cual tampoco le gustaba.
Luego de un par de horas, finalmente pudo llegar al lugar de encuentro
–Miren quien decidió aparecer, después de TRES HORAS – exclamo su amigo molesto, al ver que había tardado mucho en llegar –.
–Y bueno, pero yo no fui el que decidió juntarse en el primer lugar extraño que encontrara – respondió Felipe –.
–Desde ahora no va a ser solo un lugar extraño, de hoy en adelante va a ser el cuartel de operaciones de los “Pendejos” (como se hacían llamar en su grupo de amigos) – continúo afirmando uno de sus amigos –.
El principal objetivo que tenía el cuartel, era comprobar que era lo que realmente había pasado esa noche. Por lo que decidieron crear absolutamente las mismas condiciones que habían ocurrido antes de que “eso” pasara, y para su sorpresa, no ocurrió absolutamente nada.
–Luego de todo lo que hicimos ¡ESTO NO FUNCIONA! – grito enojado uno de ellos mientras lanzaba lo que tenía en la mano –.
En su ataque de ira, uno de ellos lanzo una pieza de metal que tenía en la mano, la cual se estaba dirigiendo al pecho de otro de sus amigos, y fue en ese momento cuando volvió a ocurrir lo que tanto habían buscado, el trozo de metal fue desviado salvando a su amigo de que lo lastimara.
–¡Funciono!, ahora hay que intentar controlarlo para que no solo ayude cuando están en peligro alguno de ellos. Pero la verdadera pregunta es, ¿Cómo? – exclamo su amigo con tono de alegría –.
Una vez que se dieron cuenta de que sus “poderes” se manifestaban solo con esa canción, decidieron pasar cada segundo de su vida, si era necesario, para poder comprender como controlar ese poder, para que Felipe se sintiera relajado, y tal vez poder salvar personas.
Pasaban los días y no habían podido avanzar absolutamente nada en el tema de los “poderes”, no fue hasta que uno de sus amigos decidió empezar a lanzar todo tipo de cosas hacia Felipe. Al final paso lo que estaba claro que pasa-ría, cada cosa que lanzara, los pelos de Felipe las desviaban. Decidieron subir el nivel, e ir desactivando la música poco a poco, y activarla sólo cuando el objeto estaba muy cerca.
–¡¿Estás loco?! – exclamo Felipe muy alterado por la decisión de su amigo –.
Por fortuna para ellos, los pelos tuvieron la suficiente velocidad para des-viar los objetos antes de que pegaran en él. Luego de descubrir eso, se dieron cuenta de que realmente estaba listo para ayudar a la gente, el único problema era que necesitaba de la música en cada momento, y si tan solo llevaba unos auriculares, con el tiempo se terminarían rompiendo y pondrían en riesgo su vida; al instante uno de sus amigos (Franco), le fabrico unos auriculares irrompibles, y con los cuales también podría estar en contacto con su equipo del cuartel.
Tenían listos los auriculares y los poderes, solo les faltaba una situación de peligro, para poner a prueba todo lo que habían practicado, y ver si podía convertirse en un verdadero héroe, fue en ese instante, cuando escucharon la sirena policiaca.
–¡Están robando el banco del centro, tenes que hacer algo! – le exclamo uno de sus amigos al escuchar la sirena –.
La situación (aunque no era la mejor para la ciudad), era la perfecta para demostrar a la ciudad y a sí mismo, que podría ser un verdadero héroe, por lo que (sin pensarlo dos veces) agarro los auriculares, encendió el auto, y se fue a toda velocidad hacia el banco.
–Apresúrate, en las noticias están diciendo que los policías no se pueden acercar al banco ya que hay mucho tránsito así que busca un atajo – le comunicaban sus amigos por el auricular –.
Felipe sabía que tenía que tomar un atajo, solamente que no sabía por dónde ir ya que realmente estaba todo lleno de tránsito y se le hacía imposible pasar. Fue ahí cuando se dio cuenta que nunca llegaría al banco, por lo que decidió intercambiar su auto por una motocicleta, le dolía hacer ese intercambio ya que fue el último regalo de su padre antes de morir, pero sabía que temía que salvar a la ciudad, y detener a los ladrones del banco, y para eso tenía que hacer todo lo que estuviera en su poder, por lo que agarro la motocicleta, y empezó a maniobrar entre los autos hasta llegar al banco. Dentro del mismo se encontraba una gran destrucción por doquier, y todo estaba en llamas, pero no encontraba a nadie dentro.
–Chicos, llegue al banco, pero no hay nadie, lo unico que veo es una montaña de billetes que estaba prendida fuego – exclamo Felipe por el auricular esperando respuesta –.
Sus amigos no tenían idea de que decir, solamente que se les hacía muy extraño que solo fueran al banco a prender fuego todo, sabían que lo único que tenía que hacer en ese momento era extinguir el fuego para que no ocurriera nada más.
–¡Hay fuego por todas partes!, ¿Cómo lo extingo? – pregunto Felipe asustado –.
Sus amigos no tenian mucha idea de cómo hacerlo, pero finalmente se pudieron acordar de algo que habían visto en la televisión.
–Acércate al fuego, los pelos te protegerán, y al hacerlo extinguirán el fuego – le comento uno de sus amigos –.
Él pensaba que su amigo estaba loco, y que no podía hacer eso ya que no confiaba en que sus poderes sean a prueba de fuego, pero se dio cuenta de que no habia otra forma, y que el fuego estaba avanzando rápidamente, por lo que decidió caminar hacia el fuego. Justo en ese momento sus pelos hicieron un escudo alrededor de él, formando una esfera perfecta, la cual el utilizo para caminar arriba del fuego, generando que se extinguiera.
–Chicos, ¡Finalmente pude extinguir el fuego!, pero creo que algo paso con mis pelos – exclamo Felipe –.
Tenía que volver al cuartel para ver qué era lo que había ocurrido con sus pelos, y para festejar su gran victoria; el único problema era que estaba lleno de oficiales de policía afuera, y no sabía si estaba listo para que la ciudad supiera de él. Después de unos segundos se dio cuenta de que él era un héroe y aunque capaz no quería que toda la ciudad supiera de su existencia, tenía que ir al cuartel, y salir para que no lo tomaran como el culpable del incendio, por lo que decidió salir, y justo en ese momento se acercaron los policías.
–¡No te muevas!, pon las manos en la cabeza y camina lentamente – exclamaron –.
–El no tuvo la culpa del incendio, él fue la persona que lo extinguió – exclamo una civil que lo había visto en acción –.
–Perdóname, no tenía idea ¿te encuentras bien? – exclamo uno de los policías disculpándose –.
Él le hizo saber que estaba todo bien y que lo perdonaba, pero lo más importante, le hizo saber que no quería hablar más, y que se tenía que ir devuelta al cuartel, Fue en ese momento cuando se acercó una periodista del noticiero de la ciudad.
–Perdona que te moleste, pero ¿puedes dar alguna información sobre quien eres, de donde saliste o por lo menos cómo te llamas? – exclamo arrimándose con la cámara hacia el –.
Felipe sabía que no le podía decir su nombre verdadero, pero también sa-bía que tenía que decirle algo para que lo dejara en paz, por lo que en ese mo-mento dos de sus amigos, (Mateo y Franco), los cuales estaban escuchando todo lo que pasaba, decidieron ponerle el apodo de “Selva Negra”, ya que su superponer venia de sus pelos, y además lo molestaban por su piel negra. Luego de aclararle eso a la periodista, decidió agarrar su motocicleta, y volver al cuartel, pero lo que realmente no se había dado cuenta, es que de ahora en más la ciudad lo conocería como “Selva Negra” el héroe que los protegía.

"Selva negra Las Aventuras de Felipe"Where stories live. Discover now