Me entregan el expediente.

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Tan solo cinco minutos antes de abordar su vuelo, un agente le entrega en mano el informe del caso, y antes de que pudiera dar las gracias ya había seguido su camino. Esto solo significaba una cosa: estaba sola. No tendría apoyo ni un compañero.

Nada afecto la concentración de Clara, ni el tipo inquieto del asiento de al lado, ni la señora mayor que se quejaba del servicio, se dispuso a leer el informe que parecía delgado entre sus manos. Se trataba de un crimen que complicaba seguro a las autoridades dado que un ciudadano español había sido asesinado en un barrio de Manhattan, donde se asentaban en su mayoría españoles. Legalmente se disputaba a quiénes y cuáles les recaía el deber de resolver, y ahí es cuando entra el consejo de detectives, que básicamente entra donde se le canta, pero en estos casos no va haber nadie que se oponga. El crimen era tan fresco que la investigación científica no había terminado y cuando llegara al barrio español el cadáver solo tendría dos días.

Un simple trabajador, quien no tenía enemigos, ni familia en EEUU, entró en su casa a los 2 am, luego de terminar su turno en el Restaurante Milord, para toparse con su asesino que lo esperaba en la sala. El arma fue un cuchillo no encontrado en la escena, su hoja debió de estar tan afilada que de un corte le rebanó cuatro dedos de la mano. Al parecer no hubo tortura sino un forcejeo que convirtió a la escena en la sala de un carnicero.

A su llegada al hotel, metió las maletas a la caja de zapatos que tenía por habitación, para salir de inmediato para el barrio español. Pero se detuvo en seco en la puerta al oír el teléfono sonar, pero no hizo más que apurar el paso, no contestaría ya que sin duda era el director, lo que se dice el jefe, el que manda, un ser calculador que atinó a llamarla apenas piso la habitación, esta  no quería oír su discurso de que si no era lo que esperaba no tenía más que entregarle el caso a algún otro compañero novato, y volver con la etiqueta de fracaso en la frente. Aunque se lo negaba pensaba que su caso debut, el que le valió la entrada al consejo, no fue más que una serie de coincidencias afortunadas para una chica de 20 años.

Para su sorpresa en la puerta de la pocilga del hotel, el guardia le dio la llave de un escarabajo negro que brilló ante los ojos de Clara, tomó las llaves y se metió a la nave:

-¡Gracias Doc! Que tengas linda noche.

-¡Igualmente señorita Rubik, y mi nombre es Peter!

Al bajar del auto se topó con policías y un revuelo en la casa del crimen. Unos jóvenes bromistas habían contaminado la escena con graffitis en una pared con insultos que ofendió a todo el barrio, ganándose unos días en la cárcel. Al pasar la cinta policial mostró la licencia internacional, la que le permite operar en cualquier país al consejo, y esto a menuda provoca que te tachen de arrogante, sobre todo cuando tu interlocutor es un ignorante. 

De inmediato vio todo tras el lente de su cámara instantánea y pidió las otras fotos sacadas con la escena fresca. Lo que vio fueron las huellas de un crimen mal ejecutado. El asesino esperaba aprovechar el factor sorpresa para atacar a su víctima en su lugar seguro, la entrada no estaba forzada pero... nuestro asesino no tenía llave, y la policía se había saltado la parte de extraer huellas de todas las entradas posibles. Clara se sintió observada por los investigadores mientras daba giros en la sala, pero ni eso puede frenar la sucesión de ideas cuando empieza a hilar deducciones. Encontró marcas de zapatos deportivos en la pequeña ventana de la cocina, lo que extrañó a todos, ya que nuestro victimario era de una complexión menuda y pequeña. No había sangre ni cabellos de otro que no fuera la víctima, de todos modos la técnica del análisis del ADN no estaba perfeccionada aún en 1985, cualquier dato así se guardaba para la posteridad. En la lista de testigos que le entregaron solo se hallaban dos nombres, levantó la mirada y el jefe de policía le contestó intuitivamente:

-No sabemos por qué o por quién los vecinos no quieren hablar.

-¿El vecino que llamó a emergencias?

-El primero y antepenúltimo de la lista, nadie quiere que la policía los visite o ir ellos a la comisaría.

-¿No tenemos nada de él? Altura, ascendencia, qué vestía...

-No se que espera que tengamos si los testigos oculares no quieren contar lo que vieron, me veré forzado a pasar el caso a oficiales con más experiencia en estos casos.

-¿Cuáles? ¿Los archivados por falta de pruebas? Disculpe señor, pero creo que espera en vano que las pistas le toquen la puerta.

El jefe se hizo el indiferente pero su panza tembló de rabia o tal vez de hambre. No había mucho en aquel lugar, así que antes de irse Clara les comunicó:

-Buscamos a un pre adolescente de poco menos de 1.60, delgado, y con algún talento relacionada a la gimnasia o el deporte.

 El jefe alzó la voz preguntándole de donde había sacado semejante adivinanzas, pero esta no se molestó en explicarle lo que nunca verían sus ojos. Ya harían pruebas de lo que le decía, tratando de hacer pasar por aquella ventana a cuantas personas quisiera. Agregó:

-Además nuestra víctima, Felipe Costa, de constitución delgada, de unos 50 años, bastante alto, luego de un día de trabajo, cansado, no se hubiera atrevido a forcejear con una persona robusta y temeraria. No fue atacado con arma de fuego, le era más fácil la huida de la escena sin salir lastimado ¿Entonces por qué lo atacó? El asesino no robó absolutamente nada, ese no era su objetivo, así que no lo encontró con las manos en la masa. Costa se vio amenazado de muerte directamente y decide luchar por su vida, tal vez podría haber triunfado de no ser por la agilidad  del asesino, en apuñalarlo tres veces seguidas con espacio de un centímetro entre herida y herida.

Poco después decidió retirarse, generalmente las escenas de este tipo aportan más datos pero a dos días del crimen ya se había levantado todo al parecer, porque todo estaba sumamente limpio. Se acercaba al auto cuando vio hacia la casa de al lado, una señora de cara redonda y vestido floreado estaba pegada a la ventana de su casa, seguramente algo tenía para aportar. 

Detective RubikOnde histórias criam vida. Descubra agora