🍩𝑋𝑋. 𝑅𝑒𝑐ℎ𝑎𝑧𝑜🍩

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Allison se atrevió a hacerme un rumor y lo único que me reconfortaba era recordar su cara cuando se dió cuenta de que era inmune a el.

Entré a mi habitación y cerré la puerta de un azoto con ayuda de mi telequinesis, gracias al cielo funciono, si no tendría que haber regresado para cerrarla yo misma y hubiera sido patético, mis poderes respondían mas al enojo y la presión aunque fuera manera caótica.  

Me sentía despreciada por absolutamente todos en esa casa, de no ser por Klaus, Ben y Luther. Aunque Ben me corriera de su habitación cada vez que Vanya llegaba y Luther cambiara su actitud a la de un cachorro cada vez que Allison estaba presente... 

Olvídenlo...

Maté el tiempo entrenando, hacia levitar las cosas en mi escritorio con el tema de Matilda sonando en mi cabeza. Incluso intenté hacerme invisible, obviamente no lo logre, mis manos lo hicieron pero el resto de mi cuerpo no. 

Mi cabeza empezó a doler como todas las veces que entrenaba junto a los chicos. 

Me recosté en la cama y ocupé la manta de Klaus como una almohada, tome una esquina de ella con mi mano y la puse junto a mi mejilla. Me quedé dormida esperando a que el llegara a casa. 

[Martes 8 de Marzo]

La alarma sonó a las seis y me duché como de costumbre, Aunque ese día cumpliera una semana de haber llegado me sentía especialmente desanimada. 

—¡Vamos niños, ya es hora de salir! —gritaba Reginald tocando la puerta de cada una de nuestras habitaciones.

Salí de mi habitación y me dirigí al pasillo del centro, Cinco era el único que estaba ahí junto a Reginald, no entendía el porque. Normalmente los entrenamientos los comenzábamos en el recibidor o en el patio.

 —¡Una fila!  —ordeno Reginald señalando que me formara.

Luther salió corriendo a formarse la principio de la fila como si estuviéramos en una base militar. —Lamento la tardanza, Buenos días —saludó muy disciplinadamente. 

—Ridículo —susurró Cinco. 

Seguido de él bajo Ben, Allison, Vanya y Klaus que al parecer se le hizo tarde. 

—No me esperaste, pudiste si quiera tocar la puerta  —dijo Klaus metiéndose en la fila a mi lado.

—¡Numero cuatro, a tu lugar!  —Reginald lo regañó y Klaus tomó su lugar junto a Allison y Cinco.

 —Es impresionante la cantidad de tiempo que se puede perder por culpa de la holgazanería, tiempo valioso que podría cobrar vidas valiosas —dijo refiriéndose a los que llegaron tarde.

—Pogo me ha informado de la reciente misión que hubo el fin de semana durante mi aucencia y del accidente que se origino a raíz. Después del calentamiento hablare con los involucrados, No necesito preguntar quienes fueron, ustedes mismos deben hacerse cargo de sus responsabilidades —anuncio. 

—Tres vueltas a la academia, vamos  —ordenó Reginald y todos comenzamos a trotar menos Vanya.  

Llegamos a una parte de la casa con demasiadas escaleras para una prueba de velocidad. Pan comido para mi, la supervelocidad era el único poder que controlaba en un treinta porciento. Reginald hizo sonar el silbato desde arriba y corrí. 

—Listo —grité cuando llegue arriba. 

—Llegué —avisó Cinco unos segundos después. 

 —Esperemos a los demás —dijo Reginald a secas.

Diego y Luther corrían empujándose el uno al otro. 

Después de aquel "pequeño calentamiento" según Reginald, a los chicos los separaron de mi para darme un entrenamiento aparte. Grace colocaba una diana a unos metros de donde yo estaba y en una mesa frente a mi puso unos cuantos dardos.

The Night We Met  (Shifting-The umbrella academy)Where stories live. Discover now