16: Enfrentamientos

17 6 0
                                    


Capítulo 16

Unos cálidos brazos me envuelven haciéndome abrir los ojos. Sonrío adormilada cuando veo a mi pequeño sobrino de seis años sonriéndome tiernamente. Es un amor, Richard tiene los ojos marrones y el cabello castaño claro, casi parece rubio. Está vestido con unos pantalones deportivos y una pequeña sudadera.

-Via, papá te espera -murmura y sale corriendo a la cocina.

Recuerdo cuando yo apenas tenía once años y Marcos tenía dieciséis, llegó a casa diciendo que su novia estaba embarazada. No recuerdo con exactitud que fue lo que dijeron nuestros padres, pero sí se que Marcos estudiaba y trabajaba para mantener en ese momento a su familia.

Estiro mi cuerpo intentando alejar el sueño y el cansancio, bostezo perezosamente caminando al baño del pasillo para hacer mis necesidade. Después de cepillarme los dientes y cambiar mi ropa por algo decente bajo las escaleras con la mirada fija en el celular y paro en seco cuando observo a Marcos discutir muy acalorado en la puerta.

-Ya te he dicho que no tengo nada que ver con eso -murmura irritado -Claro, lo que tú digas -responde cerrando la puerta de un portazo haciendo que corra de puntitas a la cocina y finja estar desayunando.

-Vaya alguien se despertó con hambre -bromea besando mi mejilla al pasar por mi lado para dirigirse a la pila a fregar.

-¿Fuiste a casa a buscarme ropa? -pregunto y Marcos asiente enjabonando un baso -¿Que tal todo por allá? -no puedo evitar susurrar con cautela.

-Nov...

Ambos nos callamos cuando sentimos el timbre del apartamento sonsr con insistencia, me levanto de mi puesto dirigiendo abrir la puerta cuando soy empujada debido a la fuerza con que la otra persona la ha abierto.

-Recoje tus cosas que nos vamos ¡Nova Elizabeth Wilson! -el grito de papá es tan fuerte que incluso Richard da un respingo y corre a esconderse tras las piernas de Marcos.

-Nova sube con Richard a la habitación por favor -mi hermano me pide y asiento nerviosa.

-No, tú no vas a ninguna parte -ahora es mamá quien me toma del brazo haciéndome apretar los dientes  fuertemente causandome una mueca de dolor.

Trato de no apretar la manito de Richard, qué nos observa confundido. Delante del niño sí que no, el no tiene porqué presenciar estas discuciones de adultos. Marcos parece leerme la mente y le ordena subir a ver más caricaturas a lo que él, sonríe con mucho gusto.

-Lo primero que voy a decir, es que en mi casa no quiero discuciones. Nova se va a quedar aquí y punto -Marcos habla autoritario y mi madre le propina una bofetada volteandole el rostro.

-¿Quién te crees Marcos para pasar por encima de nuestra autoridad?, como se te ocurre incubrir las malcriadeces de Nova por dios santo.

-¿Incubrir mamá? -pregunta incrédulo -A caso ustedes le dieron la oportunidad de explicarse, de contar su versión de la historia -murmura y el silencio solo confirma su respuesta -Claro que no la escucharon como siempre hacen.

-Y la vas a escuchar tú, que tuviste un hijo con dieciséis años y que ni siquiera pudiste mantener con vida a esa chica -el desdén en las palabras de Nelson es tan notable que incluso Marie lo observa perpleja y dolida.

-Son detestables -hablo observándolos a los dos -Son un puto asco, les soy sincera nunca había conocida a dos seres tan horribles, tan...-un nudo en mi garganta se hace presente y respiro intebtando alejarlo -asquerosos. Mira Marie nunca he sido una mala hija, ni siquiera te he dado en diecisiete años los dolores de cabeza que te ha dado Nicolás, y aun así nunca será suficiente para que me creas. Mira que jugar con el tema más sensible en la vida de tú hijo es inhumano y cruel, Nelson, deja de querer manipularme a como quieras. Andrés y yo ni siquiera somos novios, si Nicolás te dijo que él había sido la causa de mi ruptura con Rodrigo, déjame decirte que no fue así, tu yernito favorito me había pegado los cuernos -hablo y siento una tranquilidad enorme.

-Sí te quedas con Marcos y ese chico a mi casa no entras más -papá sentencia provocando que cierre mis manos en puño debido a la impotencia.

-Pues entonces ve recogiéndeme las cosas porque me quedó con mi hermano -cruzo los brazos sobre mi pecho.

Las dos personas que un día creí que iban apoyarme, que me aconsejarían y ayudarían a educar a mis futuros hijos no hacen más que observarme con asco y repulsión. Ellos a partir de este momento son desconocidos, sí tan solo Adriana estuviera aquí, estoy segura de que nada de esto estaría pasando.

-Tranquila, vámonos al cole -mi hermano me pasa las manos por los brazos y les sonrío levemente.

Bajo del auto con la capucha de mi sudadera puesta. El timbre de inicio de sesión está al sonar así que apresuro el paso, a lo lejos mis amigos me levantan la mano y camino en su dirección. Sin embargo no logro llegar porque unos fuertes brazos me levantan del suelo, haciéndome girar y reír.

-Hola niñita -su voz se sienta en mi oído y siento mi corazón latir apresurado.

-Hola peliazul -sonrío girandome para verlo mejor. Aún lleva algunos moretones y el labio partido, pero nada que en unos días no se pueda arreglar -Vaya te veo mucho mejor.

-Sí, ya estoy casi entero -murmura haciéndome negar -Por cierto, dice Samuel que ya sabes qué somos hermanos -se separa de mí y me siento fría sin su tacto.

-Mjm -encojo mis hombros dispuesta a evadir el tema de una vez.

Agradezco a los brazos de Emma y las palabras de Lenny por llegar a mi rescate. Andrés les saludo con un acentamiento de cabeza antes de unirse al grupo de sus amigos y recibir palamdas en la espalda. Le veo sonreír y por inercia sonrío yo también.

-Soy yo, o te está gustando Andrés -Emma susurra en mi oído un poco alto para qué el pelirrojo lo escuche.

-Emma no empieces con tus famosas visiones -ruedo los ojos mirando a la rubia -y tú -apunto a Lenny que reprime una risa -Ni siquiera se te ocurra mencionar uno de tus comentarios, sobre de qué entre nosotros dos hay cachondeo -hablo seria y ambos explotan en carcajadas.

Decido no hacerles mucho caso porque siendo sincera, ellos dos no tienen remedio alguno. Caminamos hasta el salón de clase, sin embargo una mano toma mi brazo obligandome a voltear. Nicolás me observa y juro que tengo ganas de propinarle un buen puñetazo. Me suelto de su agarre y le observo neutra.

-Al parecer tienes pensado no hablarme más -sus palabras tienen un pequeño deje de dolor.

-Pues acabas de aceptar, no pienso hablarte más. No hasta que se me olvide qué por tú maldita culpa Marcos está destrozado, porque tú madre y tú padre, decidieron venir a mandar en su casa y herirlo de la manera más mezquina posible -hablo molesta y una pizca de culpa cruza su expresión.

-Nova yo...-le detengo.

-Por favor Nicolás, no me vengas con una disculpa porque sabes mejor que nadie qué eso no va arreglar la situación. Si de verdad quieres hacer las cosas bien, empieza a cambiar tu forma de ser, porque al paso que vas te quedarás solo. Ya perdiste a tú hermano mayor, perdiste a la chica que quieres y encima me perdiste a mí también, ¿por qué?, simple, porque con tu maldito egoísmo terminas hiriendo a los demás -espeto dando media vuelta y comenzando a caminar eliminando la lágrima que se desliza por mi mejilla.






Nota de autor:

¡Feliz inicio de semana!, ya ven que soy un sol y les actualizo para que no piensen que volveré a perderme. Espero que disfruten del capítulo y no olviden votar y comentar para seguir apoyando a la historia.

¡GRACIAS POR LAS 512 LECTURAS!

LOS QUIERO MUCHO MUCHO.

Aunque no seamos compatibles [VERSIÓN 2024]Where stories live. Discover now