Dakota

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En la noche mientras que los demás dormían Makkari sale del porche y se encuentra a Druig mirando las estrellas sentado en el pastizal.

— Mi preciosa Makkari, ¿qué haces aun despierta? – pregunto él observando sus cálidos ojos –

— Eso debería preguntarte a ti – firmo Makkari –

— Perdí el sueño por eso vine a ver las pequeñas estrellas y escuchar a los grillos tocar su canción favorita – explica el telepata – Ahora dime tú –

— Tuve una pesadilla así decidí tomar un poco el aire – firma su novia –

— La misma de ayer y antier – dijo Druig –

— Si, es como lo estuviera reviviendo una y otra vez – firma Makkari –

— Estoy seguro de que debió marcarte mucho – dijo Druig –

— Era la primera vez que había sentido algo así – confeso su novia – Cuando pensé que te había perdido, mi mundo se vino abajo y lo único que pude hacer era descargar todo mi dolor a él –

— Pero estoy aquí contigo, no tienes porque sentirte así – dijo su amado acariciando su mejilla –

— Quisiera que ese recuerdo desaparezca de mi mente – solloza – Por favor hazme olvidarlo – ruega Makkari –

Él se lo piensa mucho antes de decidir algo.

— Preciosa, entiendo que me lo pidas pero ten esto en mente por favor – dijo Druig – Cada recuerdo nos hace vernos a nosotros mismo –

— Cariño, ¿que intentas decirme? – firma su novia –

— Sentiste dolor con esa experiencia quiere decir que te importa mucho – interpreta el recuerdo el telepata – ¿Quieres simplemente borrar algo que te hace ser tú? – pregunta retórica –

— Entiendo pero ¿como hago para lidiar con esto? – pregunta Makkari –

— Con mejores recuerdos, haz cosas que te hagan feliz – aconseja Druig – Ese recuerdo se repite en tus sueños como un disco rayado, pero siempre puedes cambiar de disco y grabar de nuevo –

— Tienes razón cariño – abraza a su amado –

— Descuida todo es cuestión de tiempo, algo nos sobra – bromea Druig – Volvamos a la cama, ¿te parece bien? – invitándola con su mano –

— Sí – responde la velocista –

Ambos van a sus camas y después de unos largos minutos se duermen. Una semana después sale en las noticias internacionales a Tiamut congelado a la hora del desayuno, en la cocina.

— ¿Todo bien? – pregunta el hijo de Phastos –

— Si, aveces me confundo – intentando usar una tostadora –

— Igual yo, papá dice que eres la diosa Atenea – dijo Jack tratando de alcanzar una naranja –

— Es Thena, si se parece – corrige la guerrera –

— ¿Cuál es tu súper poder? – pregunto Jack –

Thena saco su arma para alcanzarle la naranja a Jack.

— Te encargo mi plato, esperame un segundo – Phastos yendo a ver que sucede en la cocina – Cuidado con eso, casi te rebana una oreja – dijo en broma –

Le pide a Jack que se tapara los oídos.

— ¡Eso, que obediente! – acariciando su cabeza –

Mira con cara seria a Thena.

— Todos tus derechos de niñera quedan revocados en su totalidad – regaña a Thena por usar su arma delante de su hijo –

Le dice a Jack que se quite la mano de los oídos.

— La violencia nunca es la solución, verdad T, siempre hay que usar la cabeza – enseñándole a Jack –

— Como tu al pelear en la playa – dice Thena en tono de burla –

— Tu padre hablo con calma y firmeza con el malo y no tuvo más remedio que escucharme – dijo Phastos a su hijo –

Makkari se dirigió a la cocina.

— El niño tiene 10 años, no es un tonto – dijo la velocista con sus manos –

— Entonces ¿cuando se van?. Tienen planes ¿no? – respondió Phastos para echarlos – Sí, ese es Druig, ni te le acerques – alejando a su hijo de él –

Todos salen de la casa.

— ¡Wow papá!, el domo esta súper cool – expreza admiración por el domo –

— Tu padre lo arreglo solito – responde orgulloso Phastos –

— ¿Iremos al espacio un día? – pregunto el niño –

— Ya veremos cuando tengas tu permiso de conducir – contesto algo perezoso –

— Oye Phastos, los humanos tienen suerte de que te quedes – dijo Druig –

— Gracias Druig, se que no te gustan los abrazos – estrechándole la mano –

Druig acepta el apretón de manos pero lo empuja hacia para darle uno abrazo.

— Un poco sí – dijo el telepata –

Makkari se acerca después de que Druig se despidiera de Phastos.

— Cuando encontremos a los Eternos que hay ¿crees que acepten la verdad como nosotros? – habla en señas con su novia Eterna –

Ella primero asiente con la cabeza.

— Porque la verdad los hará libres – respondió Makkari –

Después de la despedida suben en el domo y salen del planeta Tierra.

Eternal love on earth and domeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora