Ácido

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Los tenues destellos de luz que se filtraban por su cuarto lo despertaron, suspiro aburrido por tener que iniciar otro día de la misma forma. Desde que tiene  razón de ser toda su infancia fue igual ir a su baño privado a hacer sus necesidades para luego tomar un baño. Vestirse con una yukata de color blanco donde sus negros cabellos destacaban radiantemente. Peinar su largo cabello asegurándose no dejar ni un nudo, simplemente verse bien en todo momento era su obligación.

Desearía poder haber  jugado con los pocos niños de su distrito en su infancia en vez de eso recibía clases de modales y etiqueta impartidos por la dueña de la casa donde lo tienen confinado.

En esos momentos siempre tenia presente que aquella mujer era su madre ya que su aroma le resultaba reconfortantemente familiar, pero no tenia permitido decirle madre o dirigirse a ella como tal sino quería recibir azotes en sus tobillos como castigo.

Ya varias veces lo regañaron por intentar salir de su habitación, solo debía quedarse callado, comer solo aquello que le permitieran para cuidar su figura. Toda su vida fue tratado como un muñeco de porcelana, que desconocía todo a su alrededor, para evitar maltratos solo debía ser sumiso ante ellos.

-Mastica despacio tu alimento, ten modales niño - le ordenó la señora mirándolo con esos fríos ojos.

-Madre, no debe alterarse por cosas insignificantes - musito una joven de cabello negro trenzado cerca suyo- Giyuu esta cumpliendo con las expectativas acordadas - agregó observándolo con una muy leve sonrisa

Era tal vez la única en esa casa que lo trataba como si fuera de la familia.

-No interfieras Tsutako, nisiquera deberías estar en esta habitación retírate- demando en alto la mujer mayor.

La joven apenada por lo que ocurriría  con su hermano menor cuando este cumpliera la edad de trece años, le atemorizaba de tal manera que sus piernas temblaban. Ella solo era una simple beta sin importancia, era una más del montón dentro de la casa Tomioka pero desde que Giyuu nació intento convencer de mil maneras a su madre que no podia hacerle eso a su único hijo varón, lastimosamente su madre hizo oídos sordos ante sus peticiones y solo se encargo que nadie pudiese ver al joven que crecía encerrado entre esas cuatros paredes ajeno a su entorno y lo que su madre le tenía destinado.

Después de todo Giyuu era el único omega varon en todo el distrito rojo, si una omega era un atractivo fuerte para cualquier casa. Cuando el omega  debute en su casa puede ver ya  las grandes ganancias que tendrá.

-Cada vez falta menos - mencionó mientras observaba al omega.

Ante sus ojos no habría otro omega más bello que el, ni todas las Oiran de las demás casas del Distrito juntas podrían igualar la belleza de ese joven omega. Solo faltaba poco tiempo y sus esfuerzos  se reflejaran cuando vea la gran cantidad de clientes que vendrán a pagar por los servicios de su mejor inversión.

La mujer de la casa en ningún momento de su vida vio en el a un hijo, solo era mercancía muy valiosa que necesitaba madurar para empezar a ofertar su cuerpo al mejor postor.

Otros intentan tan siquiera imaginar como luciria  la joya mas valiosa y oculta del Distrito Rojo. Solo los progenitores tenían acceso a el, nadie más tal vez la hija mayor. Eran reservados y las muchachas que trabajan en la casa si querían evitar ser castigadas solo debían limitarse a atraer a clientes a la casa de sus patrones y cumplir con su trabajo.

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¿De todos los lugares a donde pudo escapar tuvo que acabar en un sitio así? ¿Como fue tan descuidado para perderse? No podia volver a su hogar luego de la ocurrido, preferiría dormir en la calle a dejar que aquel tipo le pusiera una mano encima.

- ¿En donde estaré?- se pregunto desorientado.

Tan solo caminar por esa calle demacrada sentía como las finas telas de su kimono se ensucian con el lodo, el olor a podrido inunda sus fosas nasales obligándose a sí mismo a cubrirse la nariz con la manga de su ropa. Estaba anocheciendo y ese sitio tenía poca iluminación.

Llamaba fuertemente la atención de las mujeres quienes lo veían con envidia notable por ver su apariencia tan pulcra y vestimenta costosa, lamentable para el fue  ganarse la obscena  mirada de varios tipos que no dudaron en posar sus ojos sobre su frágil figura.

- ¿De cuanto es tu tarifa? - le pregunto uno de esos tipos sujetándolo de su fino rostro- Vayamos a tu habitación quiero apreciarte mejor - soltó mientras se relamia los labios frente al omega que estaba petrificado del miedo.

-P-Porfavor... suelteme - intenta sonar firme pero solo reflejo su miedo.

El destino estaba en su contra, él intentando escapar del sujeto que se había metido a su habitación cuando tomaba su siesta despertando al sentir como esas  manos tocaban su espalda baja fue suficiente para tomar un florero que estaba cerca suyo para estrellarlo en la cabeza de ese tipo, y correr por primera vez fuera de aquel cuarto y con suerte lograr salir de la casa logrando escapar  ocultándose  entre las sombras para al final terminar siendo presa otra vez de un desconocido.

-¿Y dejar ir esta oportunidad de poseer a tan bello joven ? Mejor vayamos a mi habitación esta cerca de aquí-  demando sujetando con fuerza su brazo arrastrándolo dentro de los pasillos de ese sitio.

Un gran nudo se formó en su garganta impidiéndole gritar por ayuda. Sus esfuerzos por forcejear contra el sujeto eran en vano, sentía como sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas debido al terror que sentía, cerró sus ojos un segundo y sintió con alivio como su brazo era liberado pero un sonido punzante se oyó cerca junto al grito ahogado de alguien. Un olor metálico llego a su nariz.

Al abrir los ojos visualizo a un hombre parado cerca suyo observándolo fijamente con una grotesca expresion, con la ropa sucio y olorosa. Su cuerpo era demasiado delgado para ser humano y su rostro con manchas cubriendo parte del mismo, esos raros ojos mirándolo como un depredador a su presa.

- ¿De donde  saliste? - su voz era rasposa y extraña solo logró alterarlo más- Se ve que tuviste una buena vida hasta ahora  - dijo viéndolo burlonamente - ¿por qué rayos estas aquí? Tu aroma a miedo me gusta-

Al bajar la mirada pudo ver a su captor ahogándose con su propia sangre por el corte profundo de una hoz extraña que atravesaba su cuello, de un solo tirón la hoz es quitada de su sitio liberando consigo una gran cantidad de sangre. Era obvio para ambos que el tipo estaria muerto pronto.

Siente como sus piernas flaquean con tan solo tenerlo delante suyo, sus fríos y maliciosos ojos clavados en su cuerpo. Esa sonrisa que todos catalogan como repulsiva, como su mundo se detiene con ver la sangre en la hoz que sostenía ese desconocido y como este la acerca  a su rostro manchando su cabello con la sangre de la misma.

- Tienes un buen rostro, seguro vienes de una buena familia con dinero - por su forma de hablar eso es todo menos un halago - Sin manchas ni cicatrices notables... -  no puedo evitar cerrar sus ojos al sentir las manos posarse en sus mejillas- ¿Seria una lástima no crees...? -

¿A que se refería? Sentío como unos afilados colmillos rosaban la piel de su cuello, sus lágrimas incrementaron junto a los temblores de su cuerpo. Ese tipo era un alfa. Su aroma era demasiado ácido pero raramente refrescante mezclado con el aroma metálico de la sangre.

- Esto no está pasando, no estaba pasando - se repetia constantemente en su mente. Con fuerza este  empezó a sujetarlo de su cabello.

-Patetico, débil  e inútil  omega - empezó a zarandear su cabeza de un lado al otro  lastimandolo-  ¿ Acaso no eres siquiera capas de hablar? ¿O no merezco oír la voz de mi omega? - dijo para empezar a reírse de forma desagradable en su cara.

Se maldigo a sí mismo, y a todos los dioses por lo que le ocurría, como pasó de dormir plácidamente en su cama para estar ahora de rodillas siendo sujetado con fuerza del cabello por quien ahora se autoproclamaba como su alfa ¿Nadie lo ayudaría? Miro a su alrededor para confirmar lo obvio, no había nadie a quien pedir socorro.

- ¿Ocurrio algo hermanito?- alcanza a oír una voz que  desconocía, antes de caer inconsciente.

Preso del pasado (All x Giyuu)Where stories live. Discover now