U n o.

186 24 264
                                    

4 de noviembre
—¿Cuánto te falta? —desvié mi vista de mi brazo para mirar a la profesora de historia. Estaba de espaldas a los alumnos apuntando algo en la pizarra.

—Ya está. —Jake le puso la tapa del boli y me volví a girar para contemplar su dibujo en mi mano. Había dibujado el rostro de un perrito en mi muñeca, y al lado había escrito sus iniciales. J. K.

Jake Keller.

—Es muy bonito —sonreí y él puso los ojos en blanco.

—¿Bonito?¡Pero si es una obra maestra!

—Shhh, silencio por ahí detrás.—nos llamó la atención la profesora, menos mal que el timbre sonó y todos cerramos nuestros cuadernos y recogimos nuestras cosas—¡No os olvidéis de traerme el trabajo mañana!

Salí del aula detrás de Jake evitando que todo el bullicio de gente me tirase al suelo. Casi todo el mundo me sacaba una cabeza y sumando al hecho de que por genética mis extremidades parecían fideos no tenía muchas papeletas de mantenerme en pie por algún empujón.

Nuestras taquillas estaban al lado. La 24 y 25. Nos dirigimos a ellas y cuando estuve enfrente de la mía, metí la llave en ella y esta se abrió.

—Por cierto Leah, mis padres han quedado con unos amigos esta tarde y mi hermana se va a casa de una amiga, ¿te apetece venir a mi casa? Así me sentiré menos solos.—hizo un puchero y me dieron ganas de reírme a la vez que las mariposas flotaban en mi interior.

—Tengo entrenamiento, pero luego me puedo pasar sobre las ocho.—cerré mi taquilla y me apoyé en ella mirándolo y preguntándome que fue lo primero que me llamó la atención de él. ¿Tal vez sus ojos? ¿O su sentido del humor?

—Eh chicos.—Ian se acercó con una sonrisa en la cara y con su pelo rubio alborotado. Era el mejor amigo de Jake y prácticamente parecían hermanos. Se paró enfrente nuestra con los libros aún en la mano—¿A qué no adivináis lo que me acaba de pasar?

—Que te acabas de encontrar con Zendaya—respondió Jake.

—Ojalá que en otra vida sea así.

—¿Te has vuelto a enamorar? —dije lo primero que se me ocurrió. Ian era muy enamoradizo, se había enamorado de dos chicas y tres chicos este año.

—¿Cómo lo has adivinado? —abrió los ojos con asombro y me miró con la boca abierta.

—¿Y es chica o chico?

—O chique—intervine.

—Esta vez es chico y solo diré tres palabras para definirle, buenorro, sexy e inalcanzable.

—Uy, de los que te gustan.—se rió Jake a mi lado.

—¿Inalcanzable por qué? ¿Es hetero? —el negó con la cabeza.

—Ni idea, aunque si lo fuese me decepcionaría un poco, los hetero sois unos aburrido, solo vais a por un sexo cuando no habéis probado el otro.

—Y bien que te pasas todo el día con nosotros—resopló mi mejor amigo a mi lado.

—Oye si queréis me voy.—levantó las manos en signo de rendición.

—Entonces cual es el problema.—quiso saber Jake y yo también, tanta intriga me estaba matando.

Ian nos miró a los dos antes de soltar la bomba.

—Que es el nuevo profesor de educación física.

Jake escupió el agua que estaba bebiendo de su botella sacada de su taquilla y el contenido fue a parar a mi jersey.

El Arte De Leah © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora