Querido Yo

Inseguridad

Dicen que las inseguridades te hacen más fuerte, que te hacen alguien centrado y que comprendes que existe algo más allá de ti y de tu mundo.
Sí, existe algo más allá de tu mundo, de tu mente centrada en cada pequeño detalle que afecta hasta tu respirar.

Sí, es de mi noción que para ti es un detalle sin importancia pero para mí y para muchos más no lo es. Sí, soy consciente qué hay millones de razones por las cuales estar agradecida de ser quien soy y de tener lo que tengo, que no carezco como aquellas pobres almas que nadie ampara ni voltea a ver a sabiendas que poco a poco se van consumiendo hasta convertirse en una cifra más de personas que mueren por hambre, falta de atención médica, falta de dinero; pero también soy consciente qué hay otro millón de razones para no agradarme.

Una inseguridad no nace por sí sola, es fruto de las constantes críticas de la sociedad. Una inseguridad no me define como una persona auténtica, me define como alguien que tiene constantes dudas. No, una inseguridad no me hace ver tierna o hermosa, una inseguridad da paso a saber que una vez confíe en palabras vacías o malintencionadas y que ingenuamente creía.

No, no es romántico que te gusten mis inseguridades, romántico para mí sería que me ayudaras a encontrar maneras de convertirlas en otra cosa que no sea una inseguridad. Porque ya no sólo debo complacer el estándar de una sociedad hipócrita, sino que también debo de complacer mi propio estándar distorsionado de belleza y de quien aspiro a ser.

Una inseguridad no te hace alguien más fuerte, te hace alguien débil y que acepta las migajas que le lanzan porque crees que no mereces nada y que eso es un regalo.

Lo que para ti es una palabra vacía, puede cambiar la vida de alguien más y acabar con su mundo. Lo que para ti vale una cosa, para mi vale el doble. Lo que para mi significa una palabra, en tu mundo no existe.