↣ La mariposa y el jaguar ↢

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Serie: La Mariposa y el Jaguar

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—Mirabel, ¿Querida cuidarias a Toñito un momento?

Pepa Madrigal estaba exhausta, tener un hijo a sus cuarenta años, y diez años después de Camilo; le cobró factura.

Amaba mucho a su hijo, pero ya no estaba en condiciones para cuidarlo día y noche, sobre todo con su don. Se estresaba fácilmente cuando Antonio lloraba mucho, lo asustaba con sus truenos o se podría resfriar por la lluvia.

Claro dejarlo al cuidado de una niña de diez años no era lo mejor. Pero necesitaba dormir.

—Claro tía Pepa— la niña con cuidado se sentó en uno de los sofás de la sala de Casita, donde anteriormente bordaba una bolsa de hombro.

—Lo tomas asi, ten mucho cuidado con su cabecita, solo sera un rato...

—No hay probelma tía Pepa, ve a dormir un rato, yo lo cuido muy bien.

—Si tiene hambre, le das el biberón con cuidado y despacio.

—Listo, lo tengo tia.

La mujer pelirroja fue a su habitación a dormir al menos media hora o cinco horas.

—Bien, Toñito solo somos tu y yo.

Antonio miró a Mirabel, estirando sus bracitos para intentar tomar un mechón de su cabello.

—Si, ese es mi cabello Toñito— rió tomando un mechón y acercandolo a su cara para hacerle cosquillas.

Toñito rió feliz pasando sus dedos por los bordados de la blusa de Mirabel.

Mirabel le hablaba sobre la familia, como lo querían mucho y seria la mejor prima del mundo.

Pero después de un rato le conto como se sentía de inútil al no poder ayudar a su familia.

—Sabes Toñito— murmuro después de comentar como extrañaba jugar con camilo —.Ambos seremos grandes amigos.


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—Pepa, hoy vas a regar los campos

—Mama, no puedo tengo que cuidar a Toñito...

—Puede quedarse con alguien en la casa, se acerca tiempo de sequía y tendrás que estar casi todo el dia en el campo...

—Mama...

—No esta a discusión Pepa.

Alma Madrigal abandonó la sala, dejando a su hija con su pequeño bebé en brazos. Felix tendría que ir con ella para poder controlar sus emociones, su hermana estaba muy ocupada y todos sus sobrinos y hijos también en sus tareas del pueblo.

Claro excepto uno...

—Mirabel— llamo entrando a la guardería que se convirtió en la habitación de Mirabel.

—Tía, que sucede... Oh, hola Toñito— salto de su cama dejando un peluche de oso a medio bordar.

Se acercó rápidamente al bebé quien rió feliz de ver a Mirabel.

La Familia Madrigal | Encanto | One-shortsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora