Capitulo Treinta: ¿por qué?

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Recorrer el pasillo buscando en que consultorio estaba me hizo recordar cuando no sabía donde estaba mi madre, cuando mis lágrimas no se detenían, cuando los nervios acabaron conmigo, cuando estaba pálido, estaba acabado, estaba a punto de morir porque no me alimentaba.

Pero no podía dejar que nada acabara conmigo, no podía dejar que el dolor me venciera y me levante de la cama, empecé a ir al gimnasio y cuando estábamos listos, las apuestas empezaron, las chicas nos llegaban a montón, cuando nos dimos cuenta que eso nos hacía sentir mejor, pero ahora ultimo todo ha cambiado, todo ha sido diferente, una chica nos terminó envolviendo sin querer, el karma viene por todos.

Cuando entramos, ahí estaba Carlos durmiendo, jamás me lo imagine en esta posición, tenía que utilizar una ayuda para respirar, hacía mucho frio, todo era color mostaza o blanco o gris.

-Carlos, hermano. -Dijo Kendall en susurro, pero Carlos abrió los ojos al instante.

-Chicos. -Dice con voz débil.

- ¿Cómo te sientes?

-Creo que mejor-acomodó su cuerpo.

- ¿Qué fue lo que paso?-Pregunte.

Carlos respiro hondo.

-Estaba acostado pensando en las mil y unas cosas que nos han sucedido, de repente pensé en mi madre, luego pensé en como murieron ellas, luego en que ellos podían salir de la cárcel y matarnos, luego vi como él llegaba y me golpeaba, me agarraba del cuerpo para mantenerme en la cama, y me decía que nadie me iba a escuchar que ya mi madre me abandono y estará El para hacerme la vida imposible, fue demasiado horrible. -Dice llorando y moviéndose como si aún lo agarraran.

Yo lo tome de los brazos.

-Calma, no estás solo, estamos nosotros.

-Luego...

-No sigas, Carlos.

-Luego que me pusieron de pie él decía que ustedes no podían con él y sentía como me asfixiaba.

-Mentira, mentira. Ya basta, cálmate.

-Alguien también vino con nosotros.

- ¿Quién?

-Más bien, quienes. -alce una ceja.

Baje para buscar a las dos mujeres de Carlos, Rosa y Alexandra.

Cuando ya me encontraba abajo, y estaba cerca de la sala de espera, Marta lloraba junto a un hombre, Rosa solo le palmeaba la espalda a ambos, yo camine más rápido.

Le dije a Alexandra que subiera, y le detalle donde estaba Carlos, ella asintió.

- ¿Qué le sucede a Marta?-Pregunte.

-Su hija tiene muchos golpes internos y externos.

-Pero está viva y debe agradecerlo. Ven dame un abrazo. Mantengan la calma todo está bien. -Les dije para animarlos un poco.

-Dijeron que tenía muchos golpes en las piernas, y su cara tenía unos pequeños rasguños el casco se rompió en trocitos.

-Deja de hablar de eso, Marta. -Digo abrazándola más fuerte. Ella estará bien.

Creo que el papa necesitaba también este abrazo, de hombre a hombre le di la mano y un abrazo demasiado fuerte, como hubiese deseado que me lo hubiera dado alguien cuando estuve solo, cuando era niño.

-Con 17 años ella no puede morir.

-Es una niña, vivirá mucho más. -Digo separándome del hombre.

-Rosa, Carlos está un poco mejor, hay que subir con El.

-Mientras tanto acompaña a Marta por mí, por favor.

-Claro-masaje su hombro.

Estábamos sentados, en silencio cuando de repente Marta hablo.

-¿Ya no eres como tu padre, verdad?, o ¿nunca lo fuiste?

No sé si era una pregunta, yo no le respondí.

-Iré al baño un momento. -Ambos asentimos.

-Respóndeme James, además de pensar en el accidente he pensado todo lo que he descubierto de ti y ____.

- ¿Cómo sabes quién es ____?

-Ohh...

- ¿Ohh?-le miré confuso.

-En fin, ¿cambiaste? Ella ha sufrido mucho, y has sido un hijo de perra.

-Quizás viene de sangre, pero me estas cambiando de tema, ¿Cómo la conociste? ¿Cómo sabes esto? Dime.

-Cuando me respondas algo.

-Hecho.

- ¿La amas?

Inhale y exhale.

-Me he equivocado mucho, no sabes cuánto, y con ella más, con ella todo ha sido diferente, tanto que hice lo posible para cancelar todo, para borrar lo que le hice pero es imposible.

-La amas pero no lo logras aceptar.

-Creo-me encogi de hombros.

-Entonces no puedes saber cómo lo descubrí, James. Luego te diré.

-Marta. -Fruncí el ceño, no pude seguir hablando porque llego su marido.

Pude ver que apenas estaban hablando con los que llegaron después de Marta, que al parecer se conocían, no entiendo muy bien esa historia. Quizás fue algo grave, tanto que Marta se levantó rápido, lo más rápido que pudo y se encontraba con una señora abrazándose.

-Dustin, está muy mal. Pero muy mal, su cabeza recibió un golpe muy fuerte por darle el casco a ___, ¿entiendes?. Se puede morir. -Decía ella llorando, algunas palabras no se le entendían, juraría que dijo Dustin y ___, sé que escuche mal, ando loco últimamente.

-Creo que si no hubiese sido por Dustin, ____ estuviera quizás muerta, en coma, tengo tanto que agradecer, pero ahora él está en esta mala situación, ¡que desesperación tengo!.

No sabía que me hablaba a mí, pero al final capte lo que dijo, ¿realmente pronuncio el nombre que vengo escuchando hace rato?

El esposo de marta me miro al tiempo que yo lo empecé a mirar, no quería llorar pero no lo logre evitar mi corazón no aguantaría tanto dolor en ese momento.

- ¿Qué te sucede?-Me pregunto sorprendido de mi reacción.

Parecía una niña, odiaba llorar, pero no lo evite.

- ¿Cómo... Como se llama su hija?-Pregunte. ¡Dígame que no se llama ____ Cullen, por favor!

El me miro con los ojos llenos de confusión, no entendía que estaba sucediendo.

-James... ¿La conoces?

-Por supuesto.

El me abrazo como mi padre nunca lo hizo, fue un abrazo demasiado fuerte, sentí un dolor inmenso, ____ estaba a punto de morir, la que yo conocía, con la que pelee últimamente con ella. Estaba a punto de morir, no, no. La última vez estaba en perfecto estado, ¿Cómo va a estar así de la noche a la mañana?

Comencé a imaginar cómo fue el accidente, me estaba matando por dentro.

-¡No, por favor no!-Susurre para no parecer dramático. ¡Ella no!

Todos voltearon a mirarme, y pude ver cuando Marta pronuncio la palabra: No.

- ¿Por qué?-Susurre.

-Lo mismo me pregunto. -Dijo el padre de ____.

Apuestas Sin Corazón © James Maslow [Sin Editar]Where stories live. Discover now