Después de vivir la guerra en carne propia, existió una vida de paz.
Levi Ackerman tras años de vivir su vida como un soldado reencarna en la vida de un hombre común. Rose Marie su amor del pasado, nace de nuevo en una joven con el sueño de seguir...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
ɴᴏᴡ ᴘʟᴀʏɪɴɢ 𝗘𝗻𝗰𝗵𝗮𝗻𝘁𝗲𝗱 ᵀᵃʸˡᵒʳ ˢʷⁱᶠᵗ
1:30━━━━●───────── 3:17
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Una vez más la vida me había dado la oportunidad de reencontrarme con aquellos orbes plateados que tenían un curioso, pero lindo cambio de color, sin embargo, note algo.
El no me había reconocido... ¡Demonios!
Cierta parte de mi estaba aliviada— aunque no del todo— porque no había dicho ninguna palabra que me pusiera en ridículo con él, ahora, solo agradecía haber levantado el libro, lo único que debía hacer era sonreír y volver a mi vida.
—Marie— mire a mis espaldas— ¿Todo bien?
Volví a mirar al frente, esos ojos pequeños plateados lentamente expandieron sus parpados más de lo normal, como si recordara algo o estuviera sorprendido. Intente levantarme lo más rápido que mis piernas me lo permitieron, pero había ignorado la presencia del escritorio a mis espaldas, todo fue muy rápido, mi cabeza golpeo contra el escritorio provocando un sonido hueco, hoy comprobé que las caricaturas animadas no mienten, realmente vi estrellas a mi alrededor.
—Espera no te levantes.
Esa voz.
No había dudas, era él, mis mejillas comenzaron a arder de vergüenza por el ridículo que acaba de hacer y sobre todo por quien lo había mirado, el destino no está a mi favor este día, esto me lo ha dejado más que claro.
—Estoy bien , lo juro— reí nerviosa. — Solo fue un pequeño golpe.
— Puedo imaginar que eres del tipo de persona que dice eso a todo el mundo ¿No?
No supe que responder, entreabrí y cerré mis labios intentando buscar algún argumento para contradecirlo e ignorar el incidente, pero nada de mis labios porque... tenía razón, ¿Cómo lo supo?
—Levi— la voz del bibliotecario rompió el incómodo momento—¿Qué puedo traer?
—Si tiene un poco de té de romero estaría perfecto— respondió monótono— gracias Pixis.
