capítulo 14

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Fui a trabajar con esa voz tan molesta que desde hace unos días está a mi lado, no le he dicho a nadie ¿Quien me va a creer?.
Busqué su expediente y ahí vi la foto de la mujer que me acompaña, efectivamente estaba muerta.
Lalisa manoban, 24 años, dueña de una empresa que se dedica a comprar otras y revenderlas, prometida de Nadia Flowers, murió por un traumatismo el día 14 de Noviembre, fue enterrada al día siguiente, hija única, benefactora de muchas casas dedicadas a rescatar animales, aunque también apoya a los jóvenes que muestran talento para los negocios y el baile.
- Era una millonaria, y muy atractiva.
Dijo y me guiñó un ojo.

- Hola a todos.
Saludé.
- Hola jennie, ¿Que tal tu fin de semana? ¿Hablaste con el hermano del doctor Sheppard?.
Con todo lo que había pasado ni siquiera lo recordé.
- No, yo he tenido unos días pesados.
Dije mirando a Lalisa que a su vez miraba a Cassandra visiblemente maravillado.
- ¡Tienes que contármelo todo!.
- Pero no ha pasado nada jisoo.
Seguía mirándola.
- ¿Que miras?.
- Nada jichu.
Me dispuse a firmar mi hoja.
- No me había dado cuenta que la rubia es muy atractiva ¿Como se llama? Cassandra ¿no?.
La ignoré.
- ¿jennie puedo hablar contigo...? .
Me fui al vestidor.
- Eres muy grosera ¿sabes? Estuvo mal que la ignoraras.
- Eso es algo que a ti no te importa.
- Yo no se por que siempre estas de mal humor.
Puse lo ojos en blanco.
- Yo te lo hubiera quitado.
- No se como demonios harías eso.
- Yo si sé.
Se me acercó acorralándome con sus brazos y bajando la cabeza.
No se que demonios pensaba esa cosa, quería que la ayudara pero esto de acosarme como todo una pervertida, no era lo que yo necesitaba.

Mi sombra se había ido y lo agradecí, escuché mi teléfono y era un mensaje de Christian.

Así que sencillamente la atravesé y me fui a trabajar.

Hola como estas? Espero que aceptes mi invitación a cenar un día de estos, de verdad quiero conocerte más.
Christian

Sonreí, yo también quería conocerlo a pesar del miedo que sentía.
- Vaya, vaya ¿Quien es él?.
Me asustó tanto que casi me caigo del asiento, todos me miraron.
- ¿Estas bien jennie?.
Me pregunto Max.
- Si yo solo... Eh.... Todo bien.
Y le sonreí, pero siguió con sus cosas y yo fulmine a Lalisa con la mirada, quería evitar verla, cada vez que lo hacia se volvía mas real .
- Deja de hacer eso.
Le susurré.
- No es mi culpa que te asustes por todo, no has respondido mi pregunta ¿Quien es?.
- No tengo por que decirte.
Alcé un poco la voz y miré alrededor por si alguien me había escuchado.
- Pues tu y yo estamos juntas en esto, así que si es de mi incumbencia.
- No lo es, vete a acosar a tu Nadia.
Me miró mal, torció la boca y se fue.
Si, la había lastimado pero ella se lo buscó.
Por fin llegué a mi casa después de un noche de trabajo muy pesada y mi sombra se había quedado callada, dándome un poco de paz.
Me duché y me puse mi pijama lista para dormir, no la vi por ni ningún lado y me fui a mi cama, estaba muy cansada y enseguida me dormí.
Soñé con ojos grises y sonrisas burlonas.
La luz del sol iluminaba mi cuarto, no quise despertar bien así que me dí la vuelta sólo que algo no estaba bien, sentí una presencia, abrí los ojos y vi otros, marrones, tardé segundos en darme cuenta de que no estaba sola en mi cama .
Me sonrío como siempre lo hace.
-¿ ¡Pero que demonios haces tu aquí!? .
Grité al mismo tiempo que lo empujaba de la cama.
- Que mal pareja eres.
Se levantó del piso y volvió a sonreír.
- Jamás lo vuelvas a hacer maldita cerda aprovechada, vete a vagar por ahí como las almas en pena.
- Pues las demás chicas con las que estuve me decían lo contrario.
Puse los ojos en blanco, me puse mi ropa favorita y salí a comer algo, quería desestresarme y olvidar aunque fuera por un rato lo que había pasado solo algunos días antes,aunque sabia que no lograría gran cosa con Lalisa a mi lado.
- Que rico ¿A dónde vamos?.
No le conteste y llegue (llegamos) a un pequeño local, pedí mi desayuno.
Al poco rato me llegó un mensaje.
Hola jennie, espero que tengas un buen día ¿crees que puedas ir a cenar hoy? Se que hoy es tu día libre, me lo dijo Daniel, si no puedes yo lo entiendo.
Bueno eso es todo .
Christian.
Sonreí, Lalisa trataba de ver que decía el mensaje y le respondí.

Si claro que acepto, nos vemos a las 8.
Jennie.

Al tiempo que llegaba mi desayuno.
Lalisa siguió preguntando sobre el mensaje y yo la seguí ignorando, escogí cuidadosamente mi ropa, jeans y tennis, ya no me dejo llevar por la moda.
- ¿Enserio no me vas a decir donde vamos? Igual lo voy a saber, ya sabes estoy atada a ti, ademas en teoría deberías buscar como separarnos.
Me seguí maquillando, algo ligero pero que se vea bonito, rimel, brillo labial y listo.
- Te ves igual que siempre.
Me dijo mirándome de arriba a abajo.
- Vaya gracias, eres todo un Don Juan con ese tipo de cumplidos.
- Solo digo la verdad.
- Vete a molestar a alguien más.
- No, tu eres más divertida.
A las ocho en punto, sonó mi timbre.
- ¿Ya es hora?.
Dijo lalisa levantándose del sofá.
Abrí la puerta y ahí estaba Christian, con una camisa de cuadros azules que contrastaban con sus ojos verdes, me quedé sin habla.
- Wow, jennie estas tan hermosa.
Me sonrojé.
- Gracias Christian tú también estas muy bien.
- ¿Yo? Gracias.
- Guacala, no puedo con este derrame de miel, lo digo en serio mejor busca como separarnos...

La ignore y lalisa saco la lengua como si fuera una niña.

Me llevó a un restaurante muy elegante pero también lindo, me la pasé muy bien, me hace reír con pequeñas cosas, hablamos de lo bueno y lo malo que nos pasado, lo que queremos para nuestro futuro.
Es tan fácil hablar con él.
Lalisa me decía tonterías en el oído al principio era molesto pero la ignoré tan bien que se hartó y se fue a sentar en una mesa sola y solo nos miraba .
- Gracias por la cena, estuvo increíble.
- A ti jennie, por aceptar, espero que no sea la última vez que aceptes.
Dijo sonrojándose y mirando el piso.
- Ñoño.
Dijo Lalisa.
- Espero que así sea.
Me dio un beso en la mejilla que me perturbó.
- Descansa jennie.
- Tu igual Christian.
Lo vi alejarse y Lalisa se atravesó, empujándome adentro.
- ¿Que te pasa?.

- ¿A mi? Nada, ¿no es obvio?.
- No lo sé .
- No entiendo por que estas molesta, si tu eres la que no me dejaba en paz.
Ya no me miraba.
- ¿ Y bien?.
Seguía sin mirarme.
Algo se me pasó por la cabeza pero era imposible.
- Estas... ¿Estas celosa? O es alguna cosa rara de fantasma.
Y por fin me miró.

El Hilo Rojo (Adaptación Jenlisa) Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora