02. 𝘚𝘰𝘶𝘵𝘩𝘦𝘳𝘯 𝘢𝘤𝘤𝘦𝘯𝘵.

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CAPÍTULO DOS
Acento sureño.

⌜ CAPÍTULO DOS ⌝╰► Acento sureño

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STELLA

—Tal vez mudarte a otra ciudad sea una nueva oportunidad para que olvides el pasado. —Dijo papá tranquilamente acariciando mi cabello mientras me abrazaba fuerte.

Hace años los brazos de mi padre eran mi refugio seguro pero hoy es solo un abrazo más. Damon y yo nos despedimos de Nueva Orleans lo mejor que pudimos con el tío Kol... tal vez la ciudad necesite un buen cambio de imagen después de este adiós.

—Ya suelta a la niña y déjame despedirme de ella. —se quejó el tío Elijah. —Traten de no buscar peleas con los perros. —aconsejó el mayor y yo rodé los ojos intercambiando una mirada de complicidad con Damon mientras mi tío me abrazaba.

—Voy a intentarlo. —respondí con sarcasmo y papá negó con la cabeza sonriendo.

—Darle la vuelta a esa ciudad. —susurró el tío Kol abrazándome fuerte.

—Créeme, lo haré. —aseguré y el original soltó una risita.

—Cuida a mi sobrina o te mato. —La tía Bekah amenazó a Damon quien solo puso los ojos en blanco.

—No quisiste matarme el mes pasado mientras gemías mi nombre. —respondió Damon y yo hice una mueca de disgusto junto con el tío Elijah mientras la tía Rebekah le gruñía al Salvatore.


(...)


—Esta ciudad es el fin del mundo. —refunfuñé mirando el bosque de Foks.

—La ciudad es fría. —Comentó Damon. —Te gusta el frío. —él recordó.

—Ya no me importa. —Me encogí de hombros.

Pasamos el resto del viaje en silencio hasta que llegamos a la mansión que papá había comprado para Damon y para mí. La mansión era grande, pero ni siquiera se acercaba a la majestuosa mansión Mikaelson. Salí del auto y caminamos juntos hacia nuestra nueva mansión, oliendo el aroma familiar de un nuevo hogar.

—Los Cullen viven cerca. —Comentó Damon mientras sacaba las cajas del auto usando magia.

—No sabía que vivían en Forks. —Comenté cerrando la puerta en cuanto todas las cajas entraron flotando a la casa.

—Elijah dijo que han vivido aquí durante dos años y tienen un tratado de paz con los lobos. —Comentó, arrojándose en el sofá.

—¿Tenemos que preocuparnos por los lobos? —pregunté sintiendo que mi garganta comenzaba a arder, señal de que necesito alimentarme.

𝑨𝑵𝑶𝑻𝑯𝑬𝑹 𝑳𝑶𝑽𝑬, 𝚓𝚊𝚜𝚙𝚎𝚛 𝚑.Where stories live. Discover now