CAP12

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El ambiente es tan tenso que me causa mareos, mi madre ni siquiera me respondió el saludo momentos atrás, a diferencia del asistente de la señora Jeon, quien no solo fue el que me saludó, también nos indicó hacia donde nos dirigíamos haciendo que uno de mis miedos llegue más antes que después.

¡Maldición!

¿Es que acaso a esa familia les gusta tener todo bajo su control?

Si es así, están muy equivocados conmigo.

–Mamá – decido hablarle a mi madre y evaluar que tanto sabe.

–¿También soy responsable de tu falta de confianza hacia mi, Jimin? – me mira desde el otro extremo del asiento trasero del vehículo. No se que decirle por lo que solo agacho la cabeza – pero que pregunta es esa – esboza una sonrisa irónica y suspira – por supuesto que lo soy, casi nunca estoy contigo y…

–Mamá – la interrumpo, mis ojos empiezan a aguarse al caer en cuenta que ella ya lo sabe todo – yo te lo iba a decir…

–Pero no tuviste la confianza suficiente para decírmelo y preferiste mentir, dilo como es Jimin, porque como ser humano y como tu madre también he cometido errores, nuestra poca comunicación y mi poca presencia a tu lado no te permitió tenerme la confianza que un hijo le debe de tener a sus padres. Es esa la realidad y depende de nosotros trabajar en ello para que deje de ser un problema entre tú y yo.

Asiento.

–Bien, no te pediré que me cuentes todo ahora, pero en algún momento nos sentaremos a hablar, ¿Está bien? Perdóname por esperar a encontrarnos en esta situación para recién darme cuenta del error que he estado cometiendo, perdóname, hijo.

–Perdóname tú también mamá – la abrazo y lloro en su pecho, sintiéndome un niño entre sus brazos otra vez – te amo – su abrazo se intensifica y sonrío a pesar de las lágrimas, se que no me va a responder, pero no me hace falta, su calor me dice que me ama más que a nadie.

–Tú… tú sabes que yo también.

Pero ella nunca deja de sorprenderme. Asiento una y otra vez porque está en lo correcto, yo se que me ama.

–Hoy en la mañana una mujer visitó la escuela diciendo que quería hablar conmigo – empieza a contarme – la recibí en la sala de profesores y lo que me dijo me sorprendió mucho, Jimin.

–Yo no sabía que él es menor de edad, te lo juro mamá – le digo rompiendo el abrazo para mirarle a los ojos y vea la verdad en ellos.

–Está bien, yo te creo. Ya estoy al tanto de todo y también se de la conversación que tuviste ayer con esa familia, ¿Estoy contigo de acuerdo? Nunca permitas que nadie te intimide, recuerda que la punta de la pirámide se viene abajo con solo quitar una ficha de la base.

Asiento. Si hay algo de lo que debo agradecer a mi madre, es el haberme inculcado la ley del como me trates te trato.

Veinte minutos después, el vehículo ingresa al estacionamiento de una clínica privada. Ambos accedemos a usar los accesorios que el asistente de la señora Jeon nos brinda, alegando que es para evitarnos problemas con los medios de espectáculos. Por muy respetada que sea la familia Jeon, hay quieres están dispuestos a pagar las consecuencias de una demanda solo por un porcentaje de rating televisivo.

Mientras somos escoltados por los pasillos de la clínica, mis nervios aumentan y me aferró a mi madre, no la suelto ni siquiera cuando nos detenemos.

–Los señores y el joven Jeon los esperan – el asistente procede a abrir la puerta de lo que parece ser una oficina, pero mi madre lo detiene y se gira hacia mi con el semblante serio que la caracteriza.

–Jimin, ¿Hay algo por lo que tengas que estar nervioso? – me pregunta, yo niego de inmediato – entonces deja de temblar. No es muy inteligente de tu parte ingresar a una jaula de leones mostrando el cuello como si fueras una maldita ofrenda.

Asiento cohibido y de reojo miro al hombre alto quien no hace mucho esfuerzo en reprimir su risa. Lo miro mal.

–¿Y tú, como me dijiste que era tu nombre? – mi madre se dirige al asistente de la señora Jeon.

–No le he dicho mi nombre, señora Park.

–Entonces dímelo.

–Lucas.

Ahora soy yo quien me rio del gorilón este.

–Muy bien Lucas, puedes abrir la puerta.

Sorprendente esta mujer, y por la expresión en el rostro de Lucas no soy el único que lo piensa. 

Suspiro y exhalo un par de veces, y cuando la puerta es abierta, mi madre me empuja hacia el interior.

Por el calor que siento extenderse de la zona de mi cuello hasta mis mejillas, asumo que soy todo un chico tomate.

–Señora Park, Jimin – la señora Jeon es quien nos saluda primero.

–Señora Jeon – le correspondo el saludo junto a una reverencia, a diferencia de mi madre que se mantiene callada y observando a los presentes. Yo también los miro, sobre todo al hombre alto que se me hace muy conocido.

–Él es mi esposo, Jeon YongWha – su nombre también lo he oído en algún lugar, pero no recuerdo exactamente donde.

Reverencio al señor Jeon y en seguida mi mirada es capturada por los oscuros y penetrantes ojos de Jungkook.

–Tomen asiento – la señora Jeon nos señala un elegante sofá blanco – nuestro médico no tardará en llegar, mientras tanto podemos ir poniéndonos de acuerdo en algunas cosas.

–Me parece perfecto – dice mi madre, tan imponente como la mujer que tenemos en frente. Ambas mujeres parecen tener una guerra de miradas, el cual crea una tensión que me hace poner aún más nervioso de lo que ya estoy.

–InHye… – internamente agradezco al señor Jeon por intervenir.

–La familia Jeon se encargará únicamente de los gastos médicos de Jimin, esto hasta que sobre mis manos estén las pruebas que afirmen que es una o un Jeon al que estamos esperando – dice la señora Jeon – si la prueba resulta ser positiva, yo personalmente me encargaré de que mi hijo se haga responsable y no se desatienda de sus deberes como padre.

–Vamos por buen camino – suelta mi madre y yo me muerdo el labio inferior.

–Pero si resulta ser negativo…

–Su advertencia entre comillas – le interrumpe mi madre – me quedó bastante claro, señora Jeon.

Ambas vuelven a tener una guerra de miradas, pero esta vez es el sonido de la puerta siendo abierta el que las interrumpe.

–Disculpen la tardanza – todos incluyéndome, nos giramos hacia el doctor – Jung.

–Hola Kim.

Frunzo el ceño ante el apellido que usó el doctor Kim para dirigirse al señor Jeon, y solo entonces sumo uno más uno y…

“Jung YongWha”

No.

Si.

O talvez.

–Tú ceño fruncido te hace ver aún más tierno – me sobre salto por el susurro de Jungkook y me giro para encararlo,   éste tiene una tierna sonrisa burlona que no me permite enfadarme con él.

–No estoy entendiendo nada – hablo bajito – ¿Tú padre es el chef más reconocido de Asia?

Jungkook asiente.

–Pero tú eres un Jeon.

–Son asuntos internos de la familia Jeon.

–¿No querrás decir secretos?

–No es tan secreto, en Wikipedia hay cierta información.

–¿Me estás mandando a estudiar, mocoso?

–Oye – finge estar ofendido y se ve tan tierno.

Mientras nosotros seguimos cuchicheando, a un par de metros, el doctor parece informarle a nuestros padres sobre todo el proceso que me tocará vivir.

–Bien, Jimin – después se acerca a mi – he leído tu historial médico para ponerme al corriente contigo, desde hoy seré yo quien te tratará y monitoreará tú embarazo.

Asiento.

–Muy bien, voy a hacerte una revisión de rutina y después veremos si tuviste alguna mejora con respecto a tu última revisión, ¿Te parece?

Vuelvo a asentir.

–Acompáñame.

–Yo también iré – Jungkook literalmente grita y cuando volteo a verlo, parece un niño muy emocionado. Inconscientemente sonrío.

–Por supuesto que puedes – le dice el doctor.

Para mi tranquilidad, mi madre y los padres de Jungkook prefirieron quedarse en la oficina del doctor Kim a según ellos, ultimar algunos detalles.

–Jimin, recuéstate ahí – ya en la sala de los aparatos, el doctor me indica el sofá cama al lado del ecógrafo, como ya tengo experiencia no espero más instrucciones y arrimo mi camiseta destapando mi abdomen plano.

–¿Estuviste siguiendo las instrucciones de tu anterior médico? – me pregunta el doctor mientras verte ese líquido frío sobre mi vientre.

–Si.

–Perfecto – pasa la maquinita haciendo movimientos circulares e imágenes borrosos aparecen en la pantalla, miro hacia Jungkook y me causa gracia lo concentrado que está intentando descifrar la imagen.

–No veo nada – se queja.

–Aun está muy pequeño, pero ahí lo tienes – el doctor le indica una mancha negra en la pantalla – está rumbo a sus cinco semanas.

Ambos nos concentramos en esa pequeñita manchita negra y la emoción me puede, sin meditarlo las lágrimas salen de mis ojos y cubro mi boca para acallar mis sollozos.

–Jimin, yo confío en ti – dice de repente Jungkook llamando mi atención – no luces como alguien que mentiría sobre esto, ese es mi bebé…





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Uwu, que bonito el Kuko🥺 quiero uno🤭

Acá actualizando en la madrugada porque si🤟👀.

Hehe, espero les haya gustado el capítulo. 💜



"PAPÁ EN PAÑALES" (Kookmin) Место, где живут истории. Откройте их для себя