Capítulo 13

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Me desperté en medio de la noche. Por alguna razón, no podía moverme, pero estaba consciente. Todo estaba oscuro y tranquilo. Sin previo aviso, la puerta de mi habitación se abrió y vi a una criatura enorme entrar. Traté de moverme, pero era en vano. La criatura se me acercó y se me quedó viendo fijamente.

-Trai...dora...- habló el demonio.

Quien estaba a mi lado, era el señor Eduard.

-Me... mataste...-

Tenía tantas ganas de llorar y correr por mi vida, pero seguía siendo en vano.

Mi difunto amigo abrió su boca, enseñando sus dientes afilados. Se me acercó lentamente y me lamió la cara.

-Es tu turno de morir-

Abrió más la boca y de un rápido movimiento, me mordió la cabeza... o eso creí.


Me desperté de golpe y me levanté de la cama lo más rápido posible para dirigirme al baño. Vomité varias veces dentro del inodoro. Sentía tanto asco y culpabilidad. Al terminar, bajé la cadena y me levanté para lavarme el rostro.

Lavé mi cara y la sequé con mi toalla. Al verme al espejo, me di cuenta que me había salido otra cana, bueno, más bien muchas más. De pronto, sentí picazón en mi espalda. Pasé mi mano por la zona y sentí algo suave. Me quite la camisa y me puse en posición donde podía ver mi espalda en el espejo. Tenía varios mechones de pelo plateado por algunas zonas de mi espalda; además pude ver mi marca de Lambda, era la primera vez que la veía.

-Efectos secundarios...- me dije a mi misma en voz alta.

Suspiré. Aproveché que ya estaba en el baño y decidí bañarme para poder ir a ver a Elías. Él debe de tener una solución para esto.

Habían pasado 3 semanas desde lo ocurrido en el bosque. La culpa me comía todos los días y no he podido ir a ver a Ayshe. Por otro lado, Norman nunca se disculpó y no muestra interés en hablarme, y agradezco eso, ya que yo tampoco quiero ni verlo.

Aún me tenían que vigilar, de vez en cuando llegaba alguien a verificar que estaba allí, pero esta vez no me importó salir.

Toqué la puerta de la habitación de Elías y esperé a que abriera.

-Yuri... Wow- se me quedó viendo. -¿Mucho estrés?-

-Muy gracioso. Estoy pasando por efectos secundarios, ¿podrías revisame? Por favor-

Elías se fijó en el pasillo de derecha a izquierda.

-Ven rápido, aún no tienes permiso de salir-

Él entró a su habitación y yo le seguí.

-Se supone que no deberías tener efectos secundarios, pero lo más probable es porque usaste, por así decirlo, el modo ordenes-

-No lo usé, lo usaron en mi contra- bajé mi mirada al suelo.

-Lo que pasó es algo complicado, los 2 tienen puntos de vista diferentes- Elías se puso a buscar algo entre sus gavetas. -Para ti, el demonio era tu amigo; mientras para él, no era más que un demonio- sacó unas tijeras. -Lo más seguro, al igual que tu, es que se sienta traicionado. El deber que él se impuso es eliminar a todos los demonios-

-Eso no justifica a que me obligara a hacer algo que no quería-

El hombre suspiró. Tomó una silla que había cerca suyo y la puso en el medio de la habitación.

-Ven, siéntate aquí, te ayudaré con tu cabello-

Fui y me senté. Sentí como iba separando mi cabello y escuchaba el corte de la tijera.

A pesar de (Norman x Fem!Reader) Where stories live. Discover now